7. Vivo

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Luego de ese día no volvimos a hablar, seguíamos juntándonos, pero ya con menos frecuencia, a revisar algunas de las piezas para el último concierto. Baekhyun me decía que no había de qué preocuparse, pero era fácil sólo decirlo, las graduaciones estaban a nada de suceder y Yoongi se veía cada vez menos receptivo.

Durante ese tiempo, aprovechando que Jungshin estaba en mi salón, comencé a hablar más con él. No se me ocurría por qué jamás nos habíamos hecho amigos, nos sentábamos cerca, teníamos gustos en común y él tampoco hablaba con mucha gente.

–La primera persona con la que hablé en el colegio fue Baekhyun–me contaba mientras caminábamos al salón de música.

–¿Y entonces?

–Bueno, luego de eso estuvimos un tiempo como amigos pero sabíamos que la cosa iba más allá. Los dos teníamos miedo de dar un paso en falso, yo no lo conocía y pensaba que podría tener novia o algo así porque se ve muy bien.

–¿Y después?

–Después... una tarde estábamos practicando en el salón y decidí que ya necesitaba soltarlo o explotaría. Paré de tocar y le dije, estaba muy sorprendido–se sonrojó y se llevó una mano al cuello–. Luego nos besamos, una, dos, hasta que perdí la cuenta...

–¡SUFICIENTE! Demasiado pda para mi gusto, pero qué bonitos–dije colocando mis manos bajo mi mejilla mientras él buscaba la llave del salón de música.

–Fue muy difícil para los dos, incluso sus padres aún no lo saben, queremos mantenerlo en secreto lo más que podamos...

–Entiendo, no te preocupes, su secreto está a salvo conmigo...–entrecerré los ojos, viendo el espacio entre la puerta y la pared–¿no está abierta?

–Déjame ver, si es así no tiene caso que busque la llave–observó la puerta y la movió un poco hacia un lado–. Mejor así, pero quién la habrá dejado...

Un ruido agudo y disonante, casi como un grito, nos dejó atónitos. Pudimos ver cómo Yoongi se levantaba dejando caer el banco del piano, aún con la mano hecha un puño sobre las teclas. Corrió con fuerza las partituras que estaban en el piano, cayendo al piso hechas una lluvia de papeles. Jungshin se apresuró a tomarle de los hombros, no pude hacer nada, sólo me quedé viendo cómo el menor trataba de calmarlo sin efecto alguno.  Lo siguiente que supe fue que Yoongi casi me saca el hombro al salir de la habitación, con una mirada fulminante y pequeñas gotas agrupadas en sus pestañas.

Jungshin me miró con extrañeza y luego con determinación, supe que iba a llamar a Baekhyun cuando sacó su teléfono. Asentí y entré al salón mientras él salía. Vi las hojas en el piso y sentí un nudo en la garganta. La pieza ya estaba terminada.

Jungshin no regresó al salón, en su lugar apareció Baekhyun con unas ojeras bastante grandes y preocupación en su mirada.

–¿Dónde está Yoongi?

–No sé, Choi–dije desde el sofá con la cara entre las manos.

–Necesito encontrarlo...

–Choi, ¿qué sucede? ¿Pasó algo malo?–Baekhyun se acercó a mí y tomó mis muñecas con delicadeza, dejando a la vista nuestros ojos rojos.

–Escucha, él está pasando por una situación algo... delicada.

–Baekhyun, puedes decirme.

–Los problemas con su familia empeoraron...–respiró hondo y balbuceó. La frase le era tan pesada que le costaba articularla. Tomó una bocanada de aire y lo soltó–... lo sacaron de su casa–Mi vista se nubló, no sabía muy bien si de rabia o tristeza, pero pude notar que la suya también lo hizo mientras tomaba firmemente mi muñeca, como tratando de que no escapara nada–. Quiere irse de Daegu lo antes posible.

Sky-colored SymphonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora