En cuanto fui capaz de concebir pensamientos normales, tanto como pueda considerarse normal en mí, habían pasado algunas semanas desde que acepte el hecho de no volver a encontrarme con Ojos grises. Era martes, el sol brillaba en el cielo, lo cual significaba un retardo más en el instituto. Mejor para mí. Así podría descansar de los "¿Por qué no vienes y me la chupas?" de Angus y Orson. El pensar que Reagan planeaba una justa y colosal venganza, lograba que le restara importancia a toda esa mierda, sin mencionar que los gilipollas no sospechaban ni un ápice de quien dejaba mensajes de odio en sus casilleros cada mañana, y ni hablar del golpe final. Sin importar que tan poco supiese del tema, sospechaba que se avecinaba algo supremo, así que la cosa se pondría bastante fea.
Caminaba apresurada mente hacia el 'Wizard Market' como de costumbre, con la intención de inspeccionar los restos de alimentos de los que podría echar mano. Sentí un golpe brusco en mi costado derecho, ocasionando que ambos, el distraído que choco conmigo y yo, cayésemos de bruces, y mi mente saliese del modo "conjeturas excesivas". Maldije en voz baja al sentir el asfalto enterrarse en mi piel a través del pijama. Levante la mirada un tanto desconcertado, y casi de inmediato, mi alma intento escapar por mi boca. Ojos Grises se encontraba tumbado en el suelo al lado mío, frotando sus articulaciones con irritación. Emitió un quejido ahogado al reconocerme, y alarmado se puso en pie como un resorte, tendiéndome la mano. Me quede inmóvil, mirándole con sospecha. Sacudió una vez más la mano que tendía frente a mí, haciéndome sentir desconcertado.
-¿sabes?, por lo general, cuando alguien se ofrece a levantarte, aceptas. Por cortesía.- dijo presuntuoso.
- y por lo general las personas no taclean a otros individuos en el camino.-escupí con irritación. Su semblante se tornó divertido. Hice amago de levantarme, pero justo en aquel momento un vergonzoso chasquido me regreso al suelo. Ojos grises se cruzó de brazos, disfrutando del momento.
- ¿ayudaras, o solo te quedas para mofarte?- replique. Sonrió con suficiencia, y tomando mí mano halo de mí hacia su cuerpo. Hasta aquel momento no lo pude notar, pero es que el corazón me palpitaba frenético, estábamos muy cerca el uno del otro, el intentaba capturar mi mirada, en cuanto yo intentaba eludir esos penetrantes orbes del color de la tormenta. Si tan solo soltase mi mano, podría alejarme unas cuantas millas. Esto me incomodaba sobre manera, no importaba cuanto me atrajera el chico problema, me inhibía bastante su cercanía. Apresurado, retire mí mano de la suya. Accidentalmente mi mirada se encontró con la suya, y antes de retirarle divise un atisbo de frustración en él.
Sacudí el polvo de mis pantalones de pijama frenético por desviar la atención. Estar cerca de este adonis me ponía mal, en modo estupidez. Evitando mirarle a los ojos, dije por fin:
-Mira por donde caminas, bestia.- con timidez, mire hacia el suelo. Su boca se abrió con fingida sorpresa, y sin esperar respuesta, gire sobre mis talones, dispuesto a alejarme a un ritmo desesperadamente frenético de Ojos Grises.
Con paso decidido entre al 'Wizard Mart', pase de largo el gesto interrogante de Steve, y bastante irritado comencé a coger las cosas de la compra y a azotarlas dentro de un carrito con la mitad llena de dios sabe que cosas que se hallaba varado a medio pasillo. Comprobé el contenido. Genial. Solo tenía que coger un par de cas más, y podría salir de esta trampa. Tome la lista de compra del bolsillo de mi pijama, y alisándola leí el contenido.
-Mierda. Maldita y podrida mierda.- musite. En el primer lugar del listado, se encontraba la crema de avellanas. Probablemente ya se han hecho con el ultimo frasco hace un buen rato, pero aun así, Salí corriendo, abandonando el carrito de la compra. –Volveré por ti.- le susurre en cuanto me alejaba. Corrí y resbale por varios pasillos, chocando con compradores aburridos y quejumbrosos, y con alguna que otra pirámide de productos. Al llegar al pasillo de los pastelillos y galletas, se hallaba un tipo obstruyendo el paso. El tipo de chico que te da un empujón en un estacionamiento. El tipo de chico con ojos grises. Le mire desafiante. A mí no me jodas.
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Ojos Grises
Fantasía¿habéis escuchado alguna vez acerca de que las mejores cosas vienen sin esperarse? Bien. Esto no es una de ésas historias. Tal vez sí, sin embargo no de la manera que imagináis. Sucedió una madrugada del mes de Abril. ¿el año?, eso no importa. Er...