Cap. 34: "Decisiones"

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-Increíble... - La castaña dejó salir un suspiró mientras, estando sola en el salón de música refunfuñaba el hecho de que Anna no la acompañara esa noche a la reunión que se suponía, era una gran oportunidad para ella ¿Oportunidad? ¿Realmente lo veía así? No lo sabía aun. Se sentó en una silla con vista a la ventana y empezó a pensar en eso.

Guido... Jamás lo había imaginado para Anna, ella siempre optaba por chicos populares y más abiertos y Chino era algo tímido, aunque eso no le quitaba lo especial que podía ser, solo había una cosa de la que estaba segura y era que le gustaba ver feliz a su amiga, y se veía mucho mas sonriente de lo que normalmente era cuando hablaba de Chino. El chico hacía feliz a su Anna, solo por eso tenía su aprobación. Tenía su aprobación aunque eso significara dejarla sola en una noche importante.
Eran las 6:30 de la mañana. Dentro de escasos 30 minutos empezarían a llegar los demás chicos de la clase y acabarían con su tranquilidad, llegaría Julian también. Él... ___ se mordió el labio, Julian... hacía varios días que había decidido no pensar en él, una decisión estúpida y difícil, pero lo había conseguido, o al menos, lo había conseguido en un 70%. Entre citas de organización y tiempo con Ian su mente se había distraído lo suficiente como para, en algunas ocasiones, no notar su presencia, pero en días como ese y en mañanas tan grises con esa, pensaba en él.

Pensaba en que lo vería.

Él corazón se le puso pequeño. Esa era una jodida costumbre también, cada vez que pensaba en Julian, no podía evitar recordarlo besando con Laine. Una jodida y mala costumbre, como ya lo había dicho.
Movió su cabeza repetidas veces y echó un suspiro al cristal de la ventana, era masoquismo de su parte dejarlo vagar por su mente, pensar en eso solo le hacía mal.
Al igual que a Julian le hacía mal pensar en ella.
La estaba observando desde la puerta sin que ella notara y también dejó escapar un suspiro al aire. La había estado observando hacía varios días, e incluso, la había estado pensando más de lo que debería, pero realmente eso no le sorprendía, ahora podía decir libremente que ___ lo había hecho romper su regla número tres.
Tampoco había visto a Laine en los últimos dos días y esto era relativamente malo. Bastante. Pero él ya había tomado una decisión o por lo menos, estaba considerando el tomar una.
Quería estar solo
Ya... no se sentía cómodo fingiéndole algo que no era más que cariño a Laine. La quería, pero no la amaba. Y no le gustaba fingir, se sentía una basura fingiendo, algo que jamás pensó le sucedería, se preguntaba si realmente la había amado todo este tiempo o simplemente había sido un capricho.
¿Un capricho? ___ le había mostrado la otra cara del amor, la sencillez y la normalidad de lo que era la presencia constante de alguien en tu vida, le había mostrado esa cara del amor en la que se retorcía de rabia por la culpa de alguien más. Esa cara extraña pero real de aquel sentimiento, ahora no sabía que tan bueno podría resultar el aceptar lo que sentía por ella puesto que ya lo había arruinado mucho y se había portado como el perfecto idiota con ella, si, un idiota, Eso había sido.

El sonido del timbre los hizo reaccionar a ambos y Julian entró al salón al salón, ___ se quedó paralizada al verlo con aquella camiseta negra cruzar la puerta, ella no esperaba verlo tan pronto... la había pillado desprevenida y era un estúpido por eso, por hacerla perder el control cada vez que se sentían cerca. Ella sabía cuál era la razón de sus nervios, estaban solos en el salón y hacía mucho que ellos no estaban solos en un mismo sitio, era tonto, tenía que calmarse, pero era imposible dejar de sentir toda esa revolución por dentro si el la miraba así, la estaba mirando, y aquellos ojos parecían gritarle algo, algo que... no entendía. En próximo entrar al salón fue Guido y en ese instante Julian apartó los ojos de ___ , mostrándose frio e insensible como siempre, como si fuera una costumbre
Ambos volvieron actuar como siempre lo hacían cada vez que estaban compartiendo el mismo espacio vital delante de alguien más, se ignoraron y se demostraron lo falso que era eso de "No me importas nada"
Julian se sentó donde siempre lo hacía, en un extremo del salón y ___ se sentó en el otro extremo. Era como si quisiesen estar lo más separados posibles y se les daba muy bien alejarse, pero sus pensamientos le pertenecían al otro lo cual hacía absurdo su tonta idea de no estar cerca.

Julian Serrano Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora