Epílogo.

816 45 9
                                    


¿Quien entiende a los hombres?

"La vida podía cambiarte de manera drástica sin que lo notaras y podía también ponerte en un camino completamente diferente sin que lo quisieras ¿Verdad? El recuerdo del ayer, de la vida, del amor, de un chico. El destino tenía sus mañas, pero cuando los sentimientos iban más allá, simplemente se podía escapar de él"

___ estaba escribiendo en su cuaderno de notas, sentada en la silla de su nuevo apartamento en los Ángeles, todas aquellas memorias de hacía 3 años, vividas junto al chico que desde que lo conoció una viernes de relajo en un bar, se había trazado sin saberlo, una marca de importancia en su vida.

"La vida podía darte oportunidades. También personas para extrañar"

El clima en los ángeles estaba de muerte. Hacía un calor que arrasaba con toda su tranquilidad. Aun se acostumbraba a eso, prefería mil veces el frio.

Ahora era compositora profesional. ¿Quién lo diría no? A pesar de su hermosa voz, optó por cambiar el camino de su fututo. Algo que le gustara. Para su parecer, había tenido suficiente con todo el alboroto que aun sin ser famosa se había armado cuando estudió en el instituto de artes Dreams. Si, estaba cansada de eso y después de todo, toda la vida había odiado ser el punto de atención. Escribir en cambio, era distinto. Podía transmitir sus sentimientos mediante las letras que componía y hacerlas llegar a todo el mundo, como por medio de las voces de los demás, al final, la fama nunca le importó, pero escuchar sus canciones en la radio cantadas por famosos como: Pink, Coldplay, Miley cyrus, y mas, la llenaba de orgullo.

"el orgullo lo es todo para una chica que no cuenta con nada" así que si, estaba muy orgullosa de lo que hacía.

La soledad del apartamento la hacía sentirse algo agobiada y terriblemente atrapada.
Las cajas ocupando espacios por todos lados no la ayudaban mucho. Y es que inevitablemente se ponía nostálgica al recordar esa fecha. Como una adolecente emocionada, como una niña con juguetes nuevos, como un bebe y su biberón. Quizás extremista, pero real.
Ese era el día en que se había hecho novia de Julian hacía 2 años y 11 meses.
Su castaño, celoso y enamorado, de Julian.

Miró el reloj. Eran las 4 de la tarde.

Tenía hasta las seis para estar lista en la iglesia. Iglesia... Aun no creía que fuera cierto.
Escribió en su cuaderno de notas:

"Un amor por siempre y para siempre, un te amo impregnado en mis memorias, una historia de amor, que sigue latente como el primer día"

No se suponía que se sintiera tan nerviosa puesto que los matrimonios nunca le habían sido motivo de intranquilidad. Pero inevitablemente este sí. Estaba inquieta. Y no era que le gustaran muchos las formalidades y los sacerdotes pero ¿Qué podía hacer?
Miró su perfecto vestido blanco acomodado sobre la cama y sonrió con nostalgia pasando la mano por la contextura suave de la tela, después de un momento volvió a mirar a reloj y se avivó poco convencida, ya era hora de meterse a la ducha y arreglarse, ya que aunque se sintiera un poco ridícula luciendo aquel hermoso vestido blanco, no podía llegar tarde.

Sonrió al recordar a Julian, aquella noche bajo la lluvia y su beso de perdón.

"espero que ese "Te amo" aun sea un "Te amo" y no un "Te amé"

La invasiva mente de los hombres, que podía ser tan dañina como sus pensamientos y sus imaginaciones, no hacía excepción con Él ¿Quién los entendía? ¿Se podría alguna vez hacerlo?
Incluso algunos por orgullo son capaces de dejar ir a lo que más quieren, sin pensar en el dolor que eso les contraería luego.
O como otros, en cambio, están tan enamorados que se sobrepasan y dejan tirado el orgullo en el suelo.
Lo que nos hace pensar un círculo vicioso de comparación ¿no? Chicos buenos, chicos malos. Al final, chicos como quiera.
¿Por qué se vuelve orgulloso un chico bueno? Tal vez... Porque se ha cansado de dejar su orgullo tirado por la chica incorrecta.
¿Por qué un chico orgulloso pierde a la chica correcta? Tal vez... Por miedo a que sea la incorrecta.
¿Por qué la mayoría de las veces terminan sufriendo? Tal vez... Porque se dan cuenta tarde de su error.
Son como los números: difíciles, complicados y necesarios. Y tal vez... realmente tarados.
Aunque románticos y peligrosamente sexys cuando se lo proponen. Una química, una mezcla extraña que juega con la mente de las mujeres, un peligro palpable que puede hacerlas feliz, una pregunta que puede volverlas literalmente locas y dejarlas sin sentido común
Después de todo ¿Quién entiende a los hombres? Al final ni siquiera ellos saben lo que quieren.

____ se miró en el espejo con las mejillas ruborizadas. ¡Se sentía tan extraña! El vestido le llegaba a los tobillos y tenía un pequeño escote en el pecho. ¿Tenía que ser un vestido blanco? Iba a matar a Anna. La quería ¡Pero iba a matarla!

Se dejó el cabello suelto y se echó un poco de aire debido al calor. El timbre sonó cuando se estaba colocando los aretes y salió apresurada abrir la puerta. Un respiro se quedó atrapado en sus pulmones cuando quien estaba frente a ella.

Definitivamente, no esperaba verlo tan pronto.

Julian, vestido con un smoking negro, y portando una sonrisa en los labios, estaba detrás de la puerta intentado ocultar su notoria sorpresa por verla tan delicadamente hermosa. Seguramente nunca antes la había visto de esa manera. Y no por el vestido. Había algo más.

-Estas hermosa ___ - Le dijo y acortó la distancia entre ellos para darle un beso en los labios. La castaña pasó las manos por el cuello de Julian y dejó que él la abrazara con fuerza ¡Lo extrañaba tanto! Hacía dos días que no lo veía. Julian había decidido mudarse a los Ángeles también, pero esos días había decidido pasarlos con Chino.

-Yo siempre estoy hermosa – le contestó y aspiró el olor de su perfume para mantenerlo en s olfato un buen rato y sentirlo cerca, Dolce&Gavanna una marca italiana.

-Hoy lo estás más.

__ Le guiñó el ojo y le dio una sonrisita coqueta.

-¡Tú siempre tan galante! – su sarcasmo lo hizo sonreír.

-¡Y tu tan bromista!

Ambos rieron un momento y se volvieron a besar como si no lo hubieran hecho en dos años.

-Estarás más Linda que la novia ___ ¿Cómo harás para no llamar la atención? - ella buscó sus ojos divertida y ahogó una carcajada.

-¿Quieres saber que te pasará si dices eso delante de Anna? Probablemente caigas muerto al instante, Nadie puede estar más linda que ella hoy, es su día. – Julian acaricio la mejilla derecha de la chica de la que estaba enamorado y le fue imposible no pensar en la suerte que tenía de mantenerla a su lado. Su vida sin ella, sin lugar a dudas, nunca hubiera sido tan buena. La amaba. Irracional y perdidamente, así la amaba. Se puso serio entonces.

-¿Cómo es que Anna y Chino estan a punto de casarse hoy y nosotros aun no lo hacemos, eh?

La castaña llevó su mano a la de Julian y le dio un fugaz beso en los labios. Lo amaba, a la locura y con torpeza, pero lo amaba.

-No necesitamos del matrimonio para mostrarle al mundo que nos queremos – le contestó y apretó sus manos juntas - pero es posible que alguna día, digo, si queremos formar una familia lo hagamos... ya sabes tu.. yo.. bebes

La idea lo hizo alucinar de alegría. De pronto deseo como nunca ser él y no Chino quien fuera al altar ese día.

-¡Si por mí fuera ese día será ya, ahora mismo, en este momento! – casi gritó. ___ titubeó un poco y se mordió el labio, nerviosa. Solo ese día, pensó en formar una familia. Sonrió. La idea, a decir verdad, no le desagrada ni un poco.

-Por hoy tendremos que conformarnos con ser los padrinos de Anna y Chino - aludió - ¿Esta bien?

Julian asintió, mirándola fijamente y la besó antes de tomarle las manos

-___ tried - Le dijo - ¿Quieres tener un hijo conmigo?

La castaña se quedó con los ojos abiertos de la sorpresa y le sonrió.
Después de todo y como ya se había dicho antes ¿Quién entiende a los hombres?

Fin.  

Julian Serrano Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora