Capítulo 39 ~ Mentes Torturadas

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Pensar, pensar, pensar; la mente de Julian se había vuelto en su enemigo. ¿Por qué ella se había ido con él? ¿Por qué ni siquiera intentó perder el orgullo, cuando era ella la que estaba haciendo lo incorrecto? Julian cerró los ojos con fuerza, y tiró su cabeza hacia atrás.
Chino lo observaba con tranquilidad, mientras que Julian se volvía loco en su propia y personal burbuja. ¡Eso si era gracioso! Ver a Julian Serrano morirse de los celos era algo nuevo; normalmente él era tan, tan seguro de sí mismo...

- ¿Mejor? - preguntó Chino y alzó una ceja.

- ¿Luzco mejor, idiota? - preguntó Julian sarcásticamente.

- Bro, ____ te adora. Déjate de dramas.

- ¡Se fue con el millonario! ¡¿Qué quieres que piense?! - Julian explotó. Aun no le podía entrar a la cabeza la idea de que en verdad hubiera ido con Chino para pedir ayuda; el jamás le pedía ayuda a nadie, menos consejos. Todo eso estaba llegando muy lejos. - No confió en Ducasse. - gruño Julian, y Chino puso los ojos en blanco.

- Confía en ella, ella es la que al final tiene la última palabra, no él. - Chino suspiró. - Ian podrá querer todo con ella, pero si ella no quiere no hay nada que decir.

- ¿Cómo lo sabes? El idiota es... - Julian sacudió su cabeza, desterrando ese pensamiento. - Necesito una cerveza.

Serrano se levantó del sofá, y caminó hacia la cocina. Abrió el refrigerador, y sacó dos "Victorias". Para cuando dio media vuelta Chino ya estaba recargado en la barra, y Julian no hizo más que aventarle la lata.

- Deja de preocuparte. Anna me ha confirmado que ___ está igual de boba por ti que tú por ella, así que relájate.

Julian se quedó callado, y se dispuso a beber de su cerveza. ¿Y si estaba exagerando? ¿Y si todo eso era solamente obra de su cabeza? Bueno, el hecho de que Ducasse estuviera interesado en su novia no era un secreto; Ian se había encargado de dejarlo más que claro más de un par de veces, sin embargo quizás Chino estaba en lo cierto: tenía que confiar en ella, no podía seguir atormentándose con pensamientos incoherentes.

- ¿XBOX? - preguntó Chino, y Julian asintió, empinando la cerveza en su garganta

____ Tried esto, ____ Tried aquello. La chica se sentía verdaderamente incomoda del hecho de que todos esos ejecutivos importantes estuvieran hablando de ella como si ella no estuviera en esa misma mesa.
El mesero llegó con un platillo de carne en filete y verduras. ____ se sentía tan mareada, que muy apenas podía pensar en comer de buena manera, pero gracias a la mirada insistente de Ian, ella se vio obligada a hacerlo.

- Tiene buena imagen, una imagen comercial. - apuntó el hombre pelón con barba fea. De repente, ____ se sintió como una muñequita de trapo, un títere. - Afilamos detalles, y podría ser mostrada al público. - Comentarios variados sobre aquella observación se presentaron a lo largo de toda la mesa.

Ian, sentado al lado de la castaña, tomó su mano sobre el mantel. Ella estando tan nerviosa, lo tomó como una señal de "tranquila, estoy aquí", aunque después de que sus pensamientos regresaron a Julian, ella se dio cuenta de que, quizás, su novio tenía razón.
Una gran lucha de poderes comenzó a adueñarse de la castaña, haciéndola retorcer de dolor inmensamente por dentro. Una teoría bastante dolorosa llegó a su cabeza: ¿Qué tal si Ian solo la estaba ayudando por que él quería algo mas con ella? tragó gordo ¿Qué tal si él no pensaba que ella tuviera lo necesario? ¿Que ____ no era un poco especial?

- Necesitamos definir el estilo. - habló otro hombre. - con los CD que me has mandado Ian, se nota que la chica tiene versatilidad para su voz al momento de cantar. - El hombre fijó la vista en la castaña. - ¿____? ¿Cuál es el que más te gusta? - por primera vez, alguien ahí la incluía en la conversación. La mesa enmudeció, y ____ se encontró en la mira de todos y cada uno ahí.

Julian Serrano Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora