Entonces... ¿Esto es un adiós?

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Su gran torso tomó un color rojizo, cosa que no me dio buena espina. Smaug iba a lanzarnos una gran llamarada e iba a asarnos a los tres.

Tomé a Bilbo de la cintura y lo cargué, luego con un empujón aventé a Thorin hacia las grandes montañas de monedas de oro, y yo caí con él y con Bilbo para salvarnos del gran fuego de Smaug. Pero él no se iba a detener. Cuando iba a lanzar otra llamarada, el resto de los enanos salieron del túnel para enfrentar a Smaug.-Enanos en mi montaña...-comenta Smaug divertido. Iba a lanzar otra llamarada, así que todos comenzamos a correr. Por mi parte, podía correr más rápido, mis piernas son más largas, pero la montaña es gigante, así que no tardaría en perderme en cualquier momento. Entramos a una sala, y Dwalin cerró la puerta con seguro. -¿Pero qué...?-pregunta Bilbo. Al girarme puedo observar docenas de cadáveres en esa pequeña sala, todos enanos, y muertos. Siento una punzada de dolor en la pierna, hago un gesto de molestia y me tiro rápidamente al piso del dolor. Todos los enanos voltearon a verme, y Bilbo corrió hacia mí.-¿Qué te pasa, Aleissa?-pregunta Bilbo preocupado. Yo respiro profundamente, el dolor me está matando. Bilbo no hace caso a su conciencia y retira la tela mojada de sangre de mi pierna para ver la herida que tenía Kíli, ahora en mí.-¿Cómo te hiciste esto?-pregunta Bilbo. Iba a responder pero decidí callarme.-¿Esa herida no es por una flecha de orco?-pregunta Gloin. Ahora Thorin voltea a ver mi pierna.- Es parecida a la de Kíli, tu sobrino.-¿De que hablas?-pregunto, intentando cambiar de tema, pero Thorin se acercó a mí con una mirada penetrante y sacó su espada para amenazarme.-Conozco los poderes de los tuyos, elfa. Responde. ¿Por qué tienes tú la herida de mi sobrino? Nuestras miradas son una batalla infinita. Thorin tiene la mandíbula ligeramente apretada, pero puedo observar su preocupación por su sobrino, suelto un suspiro y me limito a responder.-Kíli no iba a sobrevivir con esta herida, quise ayudarlo pero no podía, así que transferí un cambio de energía a su cuerpo quedándome yo con el dolor y la herida. Al ser un elfo, puedo recuperarme solamente si mi cuerpo acepta el veneno. Y al ver que sigo con este dolor, creo que no lo ha aceptado, por lo tanto estoy en riesgo de morir.Todos soltaron una exclamación de espanto, excepto Thorin que me seguía mirando desafiante. Bilbo me tomó la mano. -¿Por qué harías tu eso?-pregunta Thorin todavía dudando.- ¿Acaso quieres alguna recompensa?Bufo ante la respuesta del enano terco. ¿Enserio cree eso de mí?-Lo hice porque Kíli no merece morir tan joven...-digo. Thorin al escuchar eso comenzó a bajar la espada.- El es un gran enano, y le he tomado cariño. Lo hice por él, no por ti, ni por tu "tesoro".Thorin se queda conforme con esa explicación y se voltea para planear el siguiente paso con el resto de los suyos. Yo suelto el aire y giro a ver mi herida. Siento como Bilbo me aprieta la mano para llamar mi atención. Giro a verlo.-Aleissa.-susurra Bilbo preocupado.- ¿Te estás muriendo por ayudar a los enanos?Sonrío ante ese comentario. Con mi otra mano cubro la suya.-Hace muchos años, nuestra raza le dio la espalda a los enanos, dejaron que les quitaran su hogar, solamente por no perder hombres en la batalla. Pero... ¿Y no importa lo que ellos perdieron?-pregunto. Bilbo me mira atentamente, no puedo creer el cariño que le he tomado a este hobbit, juro que si salgo con vida de esta, no lo olvidaré.- Los enanos no tienen hogar, pero si hay algo que admiro y me vas a corregir si me equivoco, es el gran amor entre ellos. Todos son una familia.Bilbo asiente con la cabeza conmovido. Yo sonrío y me acerco para darle un beso en la mejilla.-Yo daría mucho por volver con la mía...-comento ahora muy sentimental.- Mi padre, me ha desterrado por ser un problema en su vida. El quería que yo fuera tranquila y respetuosa como Arwen... mi hermana.
Los enanos no son muy diferentes a nosotros los elfos, a veces creo que los enanos son mejores criaturas. ¡Claro que ahora pienso que hay una raza, mejor a todas!...Bilbo frunce el ceño confundido.-¿Quién?-pregunta. Yo suelto una risita.-Los Hobbits.- digo. Bilbo se sonroja tiernamente, cosa que me hace reír más, pero soy interrumpida por Thorin quien ya ha planeado algo.-Nos separaremos, será más fácil...-dice Thorin, no, ordena Thorin. -Pero... Aleissa está herida.-dice Bilbo. Sin embargo, antes de que Thorin dijera algo, yo me incorporo del piso.-Puedo resistir un poco más, además creo que estoy en mis últimos momentos, y qué mejor que con ustedes...-digo emocionada. Los enanos gritan emocionados, Bilbo me mira preocupado pero no importa. Todos nos preparamos. Mi equipo es con Balin y Bombur. Somos los terceros en salir corriendo por un puente llamando la atención a gritos. Al principio creí que el Dragón no aparecería, pero si lo hizo. Smaug con su gran tamaño comenzó a seguirnos hasta algunas columnas, donde lanzó una llamarada y prendió las enormes estufas de la montaña.Thorin tenía una gran idea. Así que corrió para atraer al dragón hacia un gran salón. Iba a seguirles pero el dolor de mi pierna aumento a tal grado que quise gritar. Caí al piso y respiré profundo. Todos los enanos se fueron, así que me quedé sola en ese salón. Intenté aguantar un poco más, así que con mucho dolor, caminé hasta el otro salón, pero de repente un gran temblor me hizo tambalearme. ¿Qué fue eso?Caminé más rápido y llegué al salón donde la siguiente escena no me esperaba.En la pared contraria había un gran agujero, por donde había salido el dragón, y apuesto que va directo a la ciudad.-¡No!-grito horrorizada. Corro en dirección al agujero para salir a observar. Todos los enanos iban detrás mío. Y nos detenemos al ver como el dragón se acerca a la ciudad.-¿Qué hemos echo?-dice Bilbo para sus oídos, pero llegaron a los míos. Me giro a verlos.-¡Debemos ir! Debemos ayudarles...-comento. Sin embargo nadie se mueve. Thorin frunce el ceño.-El dragón ya no es nuestro problema...-dice Thorin y se gira. ¿Qué?- Quiero que todos comiencen a buscar la piedra del arca.Me quedo estupefacta observándolos. ¿Enserio Thorin dejará a la deriva la ciudad?-¿Qué pasa con tus sobrinos? Están ahí...-digo intentando que entre en razón. Thorin detiene su caminado y me voltea a mirar.-Si es cierto que curaste a mi sobrino, entonces él debe de estar en camino.-comenta Thorin y se va. Yo me giro a ver al resto de los enanos.-¿Ustedes? ¿No irán a ayudarlos?-pregunto. Todos se miran entre ellos, y se giran para irse detrás de Thorin. Me giro a ver a Bilbo.- ¿Bilbo?Él me mira, y luego mira a los enanos que se están alejando, hasta que ellos ya no puedan escuchar.-Aleissa, sé que quieres ir a ayudarlos, yo también quiero, pero necesito estar cerca de Thorin.-me dice. Yo hago una mueca de decepción. Y Bilbo la nota.- No...no es lo que crees, yo...Bilbo suelta un sonido de exasperación y saca de su saco la piedra del arca. Yo abro los ojos sorprendida de lo hermosa que es.-¿Qué haces con eso?-le pregunto. Bilbo la vuelve a guardar.-Creo que Thorin está cambiando...-me dice. Yo asiento con la cabeza, es verdad.- Y... creo que es por esta piedra, así que necesito estarlo vigilando.Nos quedamos en silencio un momento, hasta que rompo el hielo.-Supongo que esto es un adiós.-le digo. Bilbo niega con la cabeza.-No, Aleissa. Es un hasta luego...-me dice. Yo sonrío y me agacho para abrazarle.-Ve, pequeño Hobbit valiente, ve a cumplir con tu deber.-le digo. Bilbo sonríe, se separa y se va a voltear pero se detiene y me mira.-Ven conmigo Aleissa.-me dice. Yo levanto las cejas.- Estás herida, no puedes ir a ayudarles...Es peligroso.La ternura me invade el corazón, si supiera que ya me estoy muriendo.-Tengo que ir, Bilbo. El pueblo necesita ayuda...-le digo. Bilbo niega con la cabeza.-No puedes siempre salvarlos a todos, Aleissa.-me dice.- No es tu deber...-Sé que no es mi deber, pero ellos ocupan la ayuda de todos...-le digo.- no les daré la espalda, no como lo hicimos hace años con los enanos.Bilbo me mira y comienza a jugar con sus dedos, nervioso.-¿Por qué quieres arriesgarte a morir?-me pregunta. Yo suelto un suspiro y me agacho a su altura.-Bilbo...-susurro. Bilbo me mira a los ojos.- Me estoy muriendo, no tengo mucho tiempo, y si sirvo de algo, entonces ayudaré.Bilbo retira su mirada de la mía hacia el piso. Está consciente de que me estoy muriendo, pero todavía no quiere dejarme ir. Después de un rato me vuelve a mirar.-Entonces... creo que esto sí es un adiós.-dice Bilbo con voz quebrada. ¿Quién iba a pensar que un hobbit me apreciaría tanto como para llorar por mí? Mi corazón se rompe al ver esa escena, así que no puedo evitar abrazarlo.-Sí, Bilbo... esto es un adiós.

Como una estrella inalcanzableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora