¿Quién es tu tipo?

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La noche del baile. Los elfos iban a organizar una celebración.

Normalmente llevaban parejas, si querías podías ir solo.

Camino lentamente hacia el jardín donde se está llevando a cabo la fiesta. Todos los elfos están muy elegantes... bueno, siempre se visten elegantes. Y todos se hablan con todos.
Ahí es cuando me doy cuenta de lo poco social que soy, yo solamente tengo dos amigos... Legolas y Tauriel, quien al verme, se acerca a mí emocionada.

-¡Evana!-me dice. Yo sonrío.

-¿Cómo estas Tauriel?-pregunto. Ella suspira.

-Mucho mejor, no encontramos rastros de orcos alrededor del palacio, aunque sí muchos nidos de arañas...-me dice. Luego mira a mi alrededor como si buscara algo.

-¿Qué?-pregunto confusa.

-¿Y tu pareja?-pregunta. Yo pongo los ojos en blanco. Legolas me ha engañado con lo de ser su pareja... que bromista.

-Ni idea...-le digo.

En ese momento, Legolas iba llegando al jardín. Lo sé porque muchas elfas comenzaron a ver hacia la entrada.
Legolas es un príncipe, y no es nada feo... ah... no sé, todo es muy confuso.

-Mira, ya llegó.-le digo a Tauriel. Ella abrió los ojos sorprendida al ver quién era mi pareja.

-¿Legolas es tu pareja?-pregunta sorprendida. Yo asiento con la cabeza.

-Chicas...-dice una voz. Siento como Legolas pasa su brazo por mi cintura.- Estas muy bella Aleissa.

-Mh...Gracias...-digo con dificultad, a mí no se me da esto de los cumplidos.

-¿Estás loco?-le dice Tauriel a Legolas.-¿Quieres que maten a tu novia?

-¿Novia?-pregunto yo ahora fuera de órbita. Tauriel me mira y se corrige.

-A Evana...-dice. Legolas me mira y luego a Tauriel.

-¿Por qué la matarían?-pregunta confuso. Se ve que no entiende nada.

-Será porque durante años, nunca te presentaste con una pareja a los bailes, y ahora lo haces... muchas chicas han deseado durante muchos años estar en el lugar donde ahora está Aleissa...-dice Tauriel. Legolas me mira confuso.

-Todas babean por ti.-explico. Legolas sonríe.

-Entonces ¿dices que están celosas?-pregunta. Tauriel asiente.- Pero, si Aleissa no me gusta.

Frunzo el ceño ante esas palabras. ¿Qué?

-¿Qué?-pregunta Tauriel por mí, igual de confusa. Yo creía que el sentimiento era mutuo.

-Sí...-dice Legolas convencido.- Aleissa y yo somos amigos... nada más.

Me separo inconscientemente de Legolas. Solo somos amigos, claro ¿Qué estaba pensando yo?

-Legolas, ya deja el tema... mejor vamos con tus amigos...-dice Tauriel al ver mi cara confusa.

La fiesta era un gran desastre para mí. Sé que sonará cursi, pero yo creía que le gustaba a Legolas... y bueno, el me gusta. No creí que fuera lo contrario.
Suspiro, mientras estoy sentada en una mesa, viendo como Legolas habla con el resto de los elfos, rodeado de elfas... como el gran príncipe que es.

-¿Me permite este baile señorita?-dice una voz en élfico. Giro para encontrarme con un élfo joven, de unos 2,500 años...Sé que lo había visto antes, pero no sé donde.

-Ah...Yo no sé bailar...-Intento excusarme. El élfo me sonríe.

-Eso no es una buena excusa, por favor...-Me suplica. Yo suspiro y acepto su mano.

Caminamos hasta el centro del jardín, donde los elfos están bailando. Él toma delicadamente mi mano y mi cintura, y yo su hombro y su mano, y así comenzamos a movernos.

-Mi nombre es Aldaron, estoy a sus servicios, señorita.-dice educadamente. Yo hago una mueca.

-Soy Evana, mucho gusto.-Comento incomoda. El elfo sonríe.Puedo ver por el hombro de Aldaron a Tauriel sonreír al verme y levantar el pulgar. Giro para ver a Legolas, pero ni siquiera se ha dado cuenta cuando me separé de él.

Aldaron y yo mantuvimos una conversación entre los dos. El tiene el cargo de ser uno de los consejeros del rey, quien le aprecia mucho.
Con el paso de las horas puedo sentir más confianza hacia éste elfo, quien es muy amistoso.
Aldaron me habla de una anécdota suya muy graciosa. Yo suelto una carcajada al oír el final.

-.Pov Legolas.-

-Tauriel...¿Has visto a Aleissa?-le pregunto. Desde hace rato se me había ocurrido un chiste muy bueno, y la he estado buscando para entretenerme pero no la he encontrado.

-Está ocupada.-dice. Yo levanto las cejas sorprendido.

-¿Con ocupada te refieres a...?-pregunto. Ella señala al centro del jardín, donde hay muchas personas bailando, pero se puede ver claramente a Aleissa entre todos ellos.- ¿Pero qué...?

-Espera, hay más...-me dice. Miro atentamente, y entonces me doy cuenta de que está bailando... con uno de los consejeros de mi padre.
Aleissa suelta una carcajada, puedo ver que se están divirtiendo.

-¿Desde hace cuanto que están bailando?-le pregunto a Tauriel, quien me mira con una sonrisita.

-Muchas horas, y por lo que veo... van para largo.-dice. Frunzo el ceño y me siento a un lado de Tauriel a observar a la pareja atentamente.

-.Pov Aleissa.-

-Realmente me llamo Aleissa...-le explico.- Solo la familia y amigos me llaman así.

-¿Y yo que soy?-me pregunta. Yo sonrío.

-Ahora eres amigo...-digo con una sonrisa.

Alguien llama a Aldaron, así que dejamos de bailar, hace una reverencia, me da un beso en la mano y se retira como todo un caballero.
Después de soltar una risita, camino hacia Tauriel, y por lo que veo, hacia un Legolas serio.

-¡Hola!-digo emocionada. Tauriel me sonríe, Legolas no.

-¿Cómo te fue con el elfo guapo?-me pregunta. Legolas mira a Tauriel como si le hubiera salido otra cabeza.

-Bien... creo que nos llevaremos bien.-digo. Legolas suelta un bufido.

-¿Enserio?-pregunta.- Pensé que solo nosotros eramos tus amigos...

-Bueno, es hora de que tenga más ¿no?-pregunto. Legolas mira hacia otro lado. Creo que se ha enojado.

-Aleissa...-me dice. Yo lo miro.

-Dime...

-¿Bailamos?-me pregunta. Yo no puedo evitar sonreír.

-Claro... vamos..-le digo mientras le tomo de la muñeca y lo jalo al centro del jardín.

Sus manos se colocan delicadamente en mi cintura, eso significa que mis brazos irán detrás del cuello del elfo. Legolas me acerca un poco, y comenzamos a movernos.

-Dime... ¿Te gusta?-me pregunta Legolas.

-¿Quién?-pregunto confusa, estaba perdida en el olor que desprende el elfo con el que bailo.

-El consejero...-me dice. Yo sonrío.

-No es mala persona...-digo. Siento como Legolas se tensa.- Pero no es mi tipo.

-¿Ah no?-pregunta mirandome a los ojos.-¿Quién es tu tipo?

Me muerdo el labio.

-No lo sé...habrá que averiguarlo.

Legolas me sonríe y se acerca más a mí. Yo cierro los ojos respirando su aroma... quisiera quedarme así de por vida.

Como una estrella inalcanzableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora