Melodías, palabras locas y algo más. ©

Antes de que hables.

Como una noche más me acerqué al espejo que se encontraba enfrente de mi cama. Una vez más, allí mismo pude encontrarme contigo: Mi espejismo.

Acaricié el espejo pero no obtuve respuesta, de nuevo lo único que pude alcanzar a notar fue una sensación de frío y lejanía a la misma vez.
Tu no hacías nada, ni siquiera me dejabas acariciar el rostro que siempre me morí por acariciar.

—Tan solo te pido una caricia, antes de que hables.

Ella, como de costumbre volvió a desaparecer. No entiendo porqué me hace esto, Lo único que me hace entender es que necesito una respuesta ante de que me hable.
Repentinamente la ventana de mi habitación se abrió dejándome una ráfaga de aire helado.

—Si eres real, déjame comprobar de que nunca fuiste un sueño y que ni siquiera estoy loco. Tu no vives en mi imaginación, eres mi realidad y necesito que me des una señal para sentirme vivo.

La ventana se cerró fuertemente y una presencia familiar hizo que me girara. Eras tu, mi princesa.

—Nunca te perdonaré que me llames con el pensamiento, no si ni siquiera quiero estar aquí en este preciso momento —dijo ella clavando su mirada en la mía.

Por primera vez la escuché y una vez más no me equivoqué. Su voz era angelical y tan delicada a la vez.

—¿Porqué me echas la culpa de tu rencores? Perdóname si hice algo mal —dije rogándole que me perdonada sin dar crédito a lo que estaba sucediendo.

—Olvídame, aléjame de tu pensamiento. Tu pensamiento me llena de dolor y jamás cesará, no quiero vivir en ti ni en tu mentalidad —dijo ella con un hilo de voz.

—Jamás, no me pidas esto. Tu existes y eres de carne y hueso, estoy completamente seguro..

—Solo existo en tu mundo de fantasía, un ángel me mandó a cuidarte pero tú con tu insistencia harás que me aleje cada día más —comentó y yo me quedé perplejo.

—Me niego a pensar en que esa idea es real, Solo te pido algo ¡Ven y abrázame antes de que hable!

Me lancé a sus brazos pero la imagen que estaba viendo de ella, no se encontraba ante mí. Ni siquiera alcancé a rozar su cabello color oro y tacto de princesa. Mis ojos empezaron a derramar una vez más lágrimas por ella.

Hundido miré mi espejo y con todas mis fuerzas lo destrocé con mi puño. Como era de esperar empecé a sangrar y fue cuando noté un último aliento en mi oído:

"Recuérdame. Mantén intacta mi imagen, porque mi espíritu jamás lo verás, por más que quieras, ni por asomo seré real"

Destrozado volví a notar como mi alma se rompía a pedazos, era tan grande que hasta impedía que el dolor de la herida se hiciese notar. Esto era algo sin importancia y más si es algo que jamás podré reordenar ni pegar. Tú no eres una aparición, eres algo que se encuentra dentro de mi pecho y nunca seré capaz de sacar.

—Déjame vivir en ti. Dame una esperanza para creer que al menos me perdonarás —grité con todas mis fuerzas—. Nunca renunciaría a ti, ni aunque me den a elegir entre mi vida o caer en el precipicio.

Mi ángel me estrechó entre sus brazos. Sin esperármelo noté como el bello fantasma se convertía en dama para abrazarme y hacerme sentir vivo.

—Ven y abrázame, antes de que desaparezca. Hasta nunca pequeño, siempre te recordaré.

El alma de mi otra mitad desapareció sin dejar rastro e hizo que hubiese un gran estruendo. De un momento a otro vi como mi madre entraba agitada a mi aposento, no la dejé hablar no ahora. Lo último que logré comunicarle antes de caer desplomado al suelo fue..

"Ven y abrázame antes de que hable, siempre vivirás en mi mamá, nos vemos en el cielo. Necesito volar e irme con ella"

Minutos después caí desplomado y escuché los llantos de mi madre. Ella no me podía decepcionar, antes de cerrar los ojos cumplió mi orden. Mi alma se apagó entre sus brazos pero para reunirse con ella.

La belleza es fruto de la angustia más ninguno te lo explicará, duermen en los libros las palabras, todo el resto va o se olvidará.

Hazme que sienta que bajo la tierra no estoy. Hazme que pruebe que esto es más fuerte que yo, que tu..

Nota: Relato basado en la canción Antes de que hables de Nek.