Pasó casi una semana de la última vez que tuvimos algún contacto con los hermanos Westbrook. La madre de Cassie se ha recuperado y rápidamente fue dada de alta del hospital.
Por mi parte, tuve el presentimiento de que algo se avecinaba y no pude descifrar qué. Es debido a esto que decidí prepararme de la única manera con la que sé que podré defenderme, utilizando magia. La cual casi siempre prefiero evitar para no perder el control de las cosas, sin embargo, eso no significa que ignore el tema por completo. Después de lo ocurrido cuando era un niña, encontré un viejo libro antes de irme de Witch Hill, este es un libro con la portada de un color caoba pero desgastado y escarapelado por el tiempo. Con el título de este en letras color oro casi sin haber sido dañadas, "Horologium". Aparentemente proviene de la constelación con el mismo nombre. En la primera página es posible leer en una tinta tan negra que de alguna forma daba la impresión de salirse de la página, escrito a mano: La magia es nuestra defensa, nuestra resistencia. Es nuestra siembra de lo que podemos ofrecer al mundo.
El autor del libro es Barclay Sutcliffe, según anuncia la portada.
Es un libro escrito hace mucho tiempo, sin embargo, contiene una buena introducción al mundo desconocido de los poderes, que no supe que tenía hasta aquel mísero día. Es debido a este libro que he logrado aprender a controlarme, pues emociones fuertes podrían desbordar intensas consecuencias.Como esa vez en la que Pat decidió castigarme quitándome mi muñeco favorito, aquel conejito ya más grisáceo que blanco, lloré mares y sentía que el mundo se acabaría para mí, una sensación de desesperación recorrió mi cuerpo pasando por cada pedazo de piel y cada nervio recibió una descarga eléctrica sin causarme dolor alguno. Acto seguido la mesa del comedor se estrelló con la pared, impactando contra el suelo jarrones y vasos de cristal. Pat se encontraba fuera de casa, por lo que, de alguna forma logré levantar la mesa, sin embargo, temí recoger los vidrios rotos pues no quería cortarme. Fui castigada por varias semanas en esa ocasión.
Con el paso del tiempo aprendí a separar mis poderes de mis emociones, para poder utilizarlos a consciencia.
El libro muestra reglas básicas para vivir con poderes casi ilimitados, hace falta visualizar y concentrarte para lograrlo. Hay cosas que gastan más energía que otras, si los usas de más podrías desmayarte o tus poderes se suspenderían por un corto tiempo. Cosas simples como mover objetos sin tocarlos no te cansa tanto, sin embargo, si lo que quiero es generar un escudo protector al rededor mío mi energía se gastaría más. Luego podemos encontrar los encantamientos mortíferos, estos están prohibidos para la comunidad mágica. Pues nadie ha logrado salir vivo después de intentarlos, pues estarías jugando con el balance entre la vida y la muerte, ni si quiera las brujas deben meterse con eso, ya qué haría falta ser extremadamente poderoso para resistir las consecuencias que trae intentarlo:•Vivifica: el encantamiento dador de vida. (No se debe confundir con el hechizo "expergisci" que da vida a objetos inanimados por un corto periodo de tiempo) Si lo que quieres es regresar de su letargo a un fallecido, no te espera un destino muy diferente al mismo. Se utiliza toda la energía del usuario, de una forma lenta y le da el tiempo suficiente a este para lograr su cometido, sin embargo, la muerte le espera al que lo intente y no se conocen de casos en que los revividos hayan permanecido en dicho estado por más de 24 horas consecutivas.
•Mortem: el encantamiento asesino. Si quieres arrebatarle directamente la vida a otro ser, el precio que debes pagar es alto. La energía necesaria es toda la del propio usuario del encantamiento, es casi imposible que se sobreviva lo suficiente para terminarlo y aunque este fuese llevado a cabo, el usuario moriría al momento siguiente.
El libro contiene información suficiente para mí, pues me ha mantenido a salvo incluso de mí misma.
Revisé las páginas nuevamente, para después dirigirme hacia el bosque situado junto a mi casa. Es el único lugar en donde puedo practicar sin que me molesten, a demás de que es necesario evitar en la medida de lo posible el que los mundanos presencien los poderes. A pesar de que para mí Cassie sea la excepción.
El bosque me permite concentrarme y relajarme, desconectarme de la realidad, ya que, al estar dentro me siento transportada a otro mundo, me devuelve a mi pueblo natal. Con altos e imponentes árboles, los animales silvestres que se escuchan a la distancia volviendo melodioso el ambiente, a lo lejos el suave de sonido del agua revoloteando libre y cayendo por la cascada. Me instalé junto a la gran piedra de siempre. Es un lugar que me hace sentir a salvo, sin embargo, debo tomar precauciones. Lo que me llevó a realizar unos sencillos encantamientos de detección, que agudizan mis sentidos y me permite descubrir fácilmente si se acerca alguien a la distancia.
Permanecí por algún tiempo susurrando encantamientos de ataque que aún no tengo dominados y realizando otros que ya no necesito decir para realizar. Entre más energía ocupe el encantamiento, el destello o rayo de luz emanará más fuerte. En cambio si el encantamiento es menor, es posible que este no se aprecie.Me concentré cada vez más en lo que estaba haciendo, sintiendo energía recorriendo mis brazos y cada vena de mi cuerpo, era como electricidad rozando mi interior, sin dolor. A mi izquierda un ruido pesado. Me paré en seco y agudicé el oído. Otro ruido más, ahora del lado contrario. Comenzaba a ponerme muy nerviosa, esto no estaba bien, nadie viene por aquí.
Giré mi cabeza hacia varios lados buscando identificar a quien fuera que estuviera ahí, era un alguien. Sonaban a pasos humanos, por lo que, no era ningún animal, pues este emanaba un aura fría y tétrica. Necesitaba defensa, rápido.
A mi mente vino el recuerdo de las clases de esgrima a las que Pat me metió desde niña, con la excusa de que dominar la espada era un arte en el que debías sentirte parte de ella, ver la espada solo como una extensión de tu cuerpo y ser uno con ella. Así que toqué con la palma de mi mano el tronco de un árbol junto a mi, del cual se despegaron trozos de madera que se mantuvieron suspendidos en el aire unos segundos para luego unirse velozmente y formar una larga y afilada espada de madera con decoraciones finas en el mango y tallada la forma de un rombo en el centro de este.
—Fortum incantatem—Pronuncié tomando la espada entre mis manos, volviéndola tan fuerte como el acero. Me posicioné en espera de mi contrincante.
Un chico, supe que era un chico por la forma de su figura y por la silueta intimidante de sus hombros con una capucha cubriéndole casi toda la cara avanzó a paso lento a hacia mi, por lo que, rápidamente levanté la espada de forma amenazante. Quise observar su cara pero simplemente no fui capaz de ver más allá de sus labios. En su mano derecha comenzaron a recorrer raíces de árbol que formaron una espada como la mía, aunque tenía un tono más obscuro.
Tendría que enfrentarme a él. No podía echarme para atrás. El peligro.
El encapuchado atacó tan rápido que a penas me dio tiempo de esquivar su agresión. La lucha había comenzando y detuve rápidamente sus ataques con mi espada, a la vez que intentaba ensartarle algún espadazo. Sus movimientos se volvían progresivamente más violentos y me costaba más esquivarlos o detenerlos, me tomó por un brazo y me empujó hacia un árbol con una fuerza que no preví, aunque él tampoco. Un collar salió disparado de su chamarra hacia el suelo, lo tomé rápidamente. Fue entonces cuando lo vi dar unos pasos atrás y sonreír maliciosamente, dio un salto con la espada en lo alto, como queriendo rasgar el cielo.
—¡Denetere!—Grité alzando mi mano en dirección suya y un rayo amarillo se disparó en su dirección, dejándolo suspendido en el aire. Salté hacia un lado e inmediatamente después escuché su caída detrás mío, me giré y su espada se había enterrado con fuerza sobre el suelo. Quería matarme y no estuvo muy lejos de hacerlo. Tenía que irme de ahí en ese preciso momento, mientras aún tenía tiempo. Corrí con todas mis fuerzas y murmuré un hechizo para generar un escudo invisible al rededor mío.Evité a toda costa mirar hacia atrás hasta que llegué a mi casa, a la que entré y cerré la puerta con fuerza para finalmente terminar cayendo sobre el suelo de madera de la entrada. Mi respiración era extremadamente pesada y mi corazón latía desenfrenado. Mis ojos recorrían el lugar frenéticamente, como queriendo encontrar a ese muchacho por algún lado de la casa. Ese muchacho, de piel pálida y con los labios rectos, aunque quizá solo los mantenía apretados mostrando ese efecto.
Subí las escaleras de madera para entrar rápidamente a mi cuarto pues necesitaba encontrar una forma de encontrar al responsable de mi casi muerte. Rebusqué entre mis cajones hasta encontrar la caja que buscaba, en esta ese encuentra una foto completamente en blanco, sin embargo, puedo lograr que aparezca en esta la imagen de la persona que busco con ayuda del collar perteneciente al chico del bosque. Así que coloqué el collar sobre la foto para comenzar a murmurar mis encantamientos memorizados con fluidez, energía recorría mi piel dándome una buena señal, esto requiere
mucho más esfuerzo y el cansancio me abrazaba suavemente. Finalmente toqué el collar con dos dedos y este soltó una dolorosa descarga que erizó los vellos de mi brazo y una imagen se plantó en mi cabeza. La imagen de un chico con capucha dirigiéndome una sonrisa burlona que se convertía en una maliciosa a cada momento, hasta que alcancé a notar algo, un mechón rubio. Inmediatamente el chico desapareció, dejándome el brazo entumecido y mi nariz goteando sangre. El collar estaba encantando.
Sea quien sea este sujeto, es inteligente y fuerte, sabe cuidar su identidad, debo tener cuidado.
Me estremecí al recordar su sonrisa maliciosa y acto seguido un número se plantó en mi cabeza como un sello: 24
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LA CONSTERNACIÓN
FantasyCharlotte ha vivido toda su vida en un pueblo con su madre, alejada de toda la sociedad "normal". Ella descubre un secreto oculto en su familia... Luego de esto un terrible acontecimiento la orilla a tener que huir de su hogar y de todo lo conocido...