Jamás te voy amar

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Al llegar al templo de Piscis soltó mas lagrimas, realmente era una humillación por lo que había pasado y ni siquiera había hecho nada.

–¡Maldito DeathMask! ¡Te odio! ¡Pero jamás voy a volver a llorar por tu maldita culpa!– maldecía arrojando cosas en su habitación, destrozando todo a su paso con tanta frustración.

Esa misma noche, subía entre las sombras sin ser notado, se coló DeathMask para llegar a los aposentos de Afrodita, salto encima e intento besar.

–¿Qué carajos quieres ahora?– pregunto en tono molesto Dita.

–¿Pues besarte que no ves?– contesto con cinismo

–Eres un malnacido ¿porque has dicho tales estupideces a los demás?– pregunto con gran rabia.

–Me excitas más cuando haces esas caras – decía divertido Cáncer.

–Mira italiano de pacotilla ya me follaste ya tuviste lo que querías,¡ lárgate y ahora por tu culpa tendré que estar como vil delincuente en mi templo!– reclamo Dita.

–Pues lo hice porque así nadie se acercara a mi territorio, o sea tu, serás para mi solito– decía mientras daba una lamida en la oreja de Dita.

–Eres un cerdo, no voy a permitir que me uses a tu antojo– menciono Dita.

–Serás mi amante oficial, si no quieres que uno a uno en los templos se enteren de lo que hiciste, ya te dije que tengo todo en orden por si me pasa algo o te niegas a darme tu amor– amenazaba DeathMask.

–¿Amor? Eres estúpido o que? Yo jamás voy a sentir amor por ti!– dijo Dita empujando a DeathMask.

–Cállate tu me vas amar, ¿ no me digas que no te gusta como te hago el amor?– decía Death abrazando a Dita bajando su mano para apretarle un glúteo.

–Muy bien, ten mi cuerpo cuantas veces quieras pero no esperes que me enamore de un monstruo como tu– reprochaba Dita.

–¿Monstruo yo?, en ese caso somos tan parecidos – El canceriano ya esta exasperándose. – Es culpa de ese bastardo de Kanon, ¿no es así?, ¡te gusta ese maldito!– decía muy molesto Death.

–Si ¿ y?– contesto desafiante Dita.

DeathMask colérico desgarro las ropas de Dita y tomo su cuerpo una vez mas preso de la rabia y el deseo que le provocaba ese cuerpo grácil, casi cada dos o tres noche subía al doceavo templo a repetir el acto hacia Afrodita, y no lograba recibir ni un gramo de amor de parte de Piscis.

Afrodita se la pasaba en el encierro, muy temprano salía al pueblo a comprar sus provisiones, para los entrenamientos había adecuado una salita dentro de su templo para realizar dichas actividades, cuando pasaban alguno de sus compañeros para ir a visitar a Saga , siempre permanecía oculto para que no le viesen ellos, así transcurrieron las semanas haciendo que el rostro de Dita se tornara cada vez mas amargo.

Una noche Dita se encontraba en su sala de entrenamientos golpeando un costal de arena, lo golpeaba con tal furia que pareciese que imaginara el rostro de DeathMask en el,maldecia entre cada puño que lanzaba.

–Si lo que quieres es que sufra, ¡tu también vas a sufrir maldito!– decía con furia Dita.

–¿Llegue en mal momento?– pregunto sarcástico DeathMask.

–¿Que quieres?–pregunto secamente Dita.

–No me trates así, yo vengo a llenarte de amor y tu me tratas mal– dijo en tono suave DeathMask.

–¿Ahh si?– contesto Dita con una voz mas melosa, se comenzó a acercar mas al caballero de Cáncer y acaricio su mejilla, el rostro de DeathMask se ilumino, era lo que siempre había esperado, esta locamente enamorado de Afrodita, tomo el rostro suavemente de Dita y besos sus labios tiernamente.

Afrodita subió inmediatamente el tono del beso, se dejo desvestir por Cáncer, este ultimo en segundos estaba desnudo, comenzó a besar el cuello de Dita, al tiempo que bajaba por el pecho su mano acariciando hasta encontrar el pezón y dar un apretón con dos dedos, de inmediato se acomodo entre las piernas y penetro, por primera vez de los labios de afrodita salían quejidos de placer, cerro los ojos, y comenzó a murmurar.

–Ohh mi amor, mas fuerte… mi Kanon te amo tanto…– gemía fuertemente y pronuncio sensualmente Dita.

De golpe detuvo el movimiento de caderas DeathMask, con una de sus manos tomo de las mejillas apretándola el rostro de Dita.

–¿Que carajos has dicho?– pregunto Death rechinando los dientes.

–Ay disculpa me equivoque– contesto carcajeándose Dita.

–¡No juegues conmigo! Que a lo mejor ese imbécil aparezca en el monte Yomotsu!– decía molesto Death.

–Ahh pues entonces me acostare con Saga, total son "Idénticos " ¿no crees?, además no creo que seas capaz de matar al patriarca, es superior en fuerza igual que el hombre que amo KANON– dijo burlándose Dita.

DeathMask enfurecido dio una fuerte cachetada a Dita y continuo con la penetración sin tanta delicadeza, mientras que la cara de Afrodita reflejaba rabia, ya no decía nada mas, solo apretaba los labios de enojo, ni una lagrima salía mas, era como si Death violara a un maniquí.

En el resto de la semana todo transcurrió como siempre, hasta que recibieron una carta de Saori en la que solicitaba la presencia en Japón de algunos de sus dorados, entonces Saga mando a llamar a los elegidos por la Diosa, ya esa decisión era conocida por todos los dorados a excepción de Afrodita que se la pasaba en su templo.

La Belleza de piscisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora