Al despertar, tomé mi celular y vi la hora.
-¿Qué?.
Eran las cinco de la mañana, ¿por qué habría despertado a esta hora?.
La naturaleza llamaba así que aproveché para ir al baño.
Cuando acabé fui directo hacia mi cuarto, pero una sombra llamó mi atención, sólo observé unos segundos y seguí avanzando. Se escuchó un ruido detrás mía así que me di la vuelta y ahí estaba.
-¿Will? ¿q-qué haces aquí? Es decir -estaba tan nerviosa que no podía ni hablar- hey...
No seguí hablando, lo miré detenidamente de pies a cabeza y me di cuenta que tenía un cuchillo en su mano derecha, tenía la mirada perdida en alguna parte de la pared que estaba detrás de mí.
-¿Qué haces?...-susurré.
Me miró fijamente, su mirada era vacía.
-Pagar por lo que te he hecho, todo fue mi culpa.
Todo pasó tan rápido, en un abrir y cerrar de ojos pude apreciar como comenzaba a darse multiples puñaladas en el abdomen, mientras soltaba lamentos con la boca llena de sangre. Entré en pánico.
-¡William qué te pasa! -comencé a llorar y caí al suelo de rodillas- ¡¿qué mierda haces?!
-Castigarme.
Se dió una última apuñalada y cayó ahí, en frente mío, lo miraba atónita y con la cara llena de lágrimas, me acerqué de a poco, puse dos dedos en su cuello para ver su pulso.
-Will...no...tú no...
Comencé a llorar desenfrenadamente. Justo sentí que alguien tomó mi muñeca.
-Ahora te toca a ti.
Y lanzó su cuchillo hacia mi pecho.
Desperté gritando extremadamente fuerte, empapada en sudor y con el corazón latiendo a mil por segundo. Mi mamá entra corriendo a la habitación.
-¡¿Qué pasa?! -dijo agitada.
-Na...nada sólo fue...una pesadilla -tomé mi cabeza confundida.
-Qué susto me diste niña por dios.
-Lo siento yo sólo...-miré hacia la ventana- no fue nada.
De repente sentí una angustia muy grande, ¿qué me pasa?. Espero poder salir pronto de aquí, tengo una incertidumbre muy grande por William, y también porque nunca me han gustado los hospitales, estar tanto tiempo en uno ya me está estresando bastante.
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-Muy bien muy bien, entra despacio pequeña milagro.
Sí, mi mamá desde ahora definitivamente cree en los milagros, ¿que una chica que estaba en coma esté en casa 2 días luego? Suena a ficción.
Estaba muy nerviosa, no sé por qué razón sentía la casa muy ajena a mí. Entré y habían unas letras colgando que formaban un mensaje: bienvenida. Estaban Tía Tamara y Tío Robert esperando en una mesa llena de cosas que se veían deliciosas, también con champán y cosas varias.
-Al fin pequeña -Tío Robert me dió un cálido abrazo, cosa que encontré extraña.
Todo era muy bonito, y estar en casa comenzaba a sentirse bien pero...
-¿Y William?
Todos se miraron entre sí, incómodos, quizás sin saber qué responder.
-Está en casa, si quieres podríamos-
-Sí, por favor, en serio necesito verlo.
-Bien bien.
Salimos y fuimos hacia el auto, nervios nervios nervios, era un manojo de nervios. Sólo veía por la ventana para no morir dentro del auto, al menos no antes de llegar a ver a Will.
-Muy bien, llegamos.
Estaba muy mareada, demasiado, de repente vi a Will.
-No...no tú no eres Will, vete vete!
Esa figura extraña de mi sueño de nuevo, tenía una sonrisa torcida, de repente, todo se fue a negro.