Instagram-Niall Horan.

Capítulo ciento treinta y cinco.

Primera parte.

Buscaba a Liam y a Harry con la mirada, después de unos segundos los encontré, estaban arriba de un auto negro más tapados que una monja, reí internamente. Nos acercamos a ellos y Harry bajó el vidrio. Traía unos lentes de sol negros y un gorro de lana para que no lo reconocieran y Liam traía una cachucha negra y unos lentes del sol del mismo color.

— ¿Y mi café?—preguntó Harry cuando bajó el cristal.

—Pensé que estaban bromeando—reí.

—Ya ves que no, no entras si no hay café—exclamó.

— ¿Es enserio?

—Vamos Dipsy y Winky, vayan por mi café.

— ¿Es enserio?—volví a preguntar.

—No entran si no hay café.

(...)

Estábamos en el carro, íbamos camino al hotel, Harry tenía su café al igual que Liam, Laila y yo. Ellos nos habían ayudado a subir las maletas y a llegar hasta acá sin que Niall y Louis se dieran cuenta, también nos contaban de cómo estaban ellos dos y que según ellos no soportaban nuestra ausencia y que no dejaban de lamentarse.

—Les juro que siempre se escucha a uno de ellos dos quejándose—rio Harry.

—Siempre es: ¡Ay extraño a mí novia! O ¡Quiero follar, maldita sea!—exageró Liam.

—Ay no—Laila reía.

—Sí, cuando las vean yo creo que les van a dar duro.

—Cállate, por favor—dije.

—Que amargada, cuando ya tengas sexo estarás más feliz—respondió Liam.

—Voy a hacer como que no escucho nada y me voy a dormir—espeté mientras me ponía mi chamarra en mi cara.

(...)

Habitación 311, toqué la puerta. Eran las 20:03 pm, espero que Niall esté despierto siempre dormía al igual que yo. Laila y yo habíamos rentado una habitación aparte ya que nuestras madres no querían que durmiéramos con nuestros novios, pero era obvio que lo haríamos además nos íbamos a quedar diez días mientras que One Direction solo cinco. Teníamos que aprovechar.

Abrió la puerta un rubio en bóxer con el cabello despeinado, dios, se veía sexy. Estaba adormilado pero se le quitó cuando me vio, abrió la boca por sorpresa y luego sonrió.

—Sorpresa—susurré y luego le dediqué una sonrisa.

Niall no perdió más tiempo y me abrazó, yo le correspondí el abrazo instantáneamente, mi novio me cargó sin dejar de abrazarme y cerró la puerta, estábamos adentro de la habitación. Me besó al instante que la puerta se cerró, fue un beso tierno, apasionado y lento. Como lo extrañaba, a todo él, sus labios, su sentido del humor, su risa, su cara por las mañanas, me traía loca. Estaba enamorada de ese rubio ruidoso.

Nos separamos cuando nos quedamos sin aire, Niall me dejó en la cama.

— ¿Así es como abres la puerta?—bromeé.

—Estaba dormido, no me di cuenta que no traía pantalón o camisa—explicó.

—Qué bueno que fui yo y no otra la que estaba tocando.

—Tenía un presentimiento de que vendrías y por eso salí en bóxer.

Solté una gran carcajada.

— ¿Cómo fue que llegaste aquí?—preguntó asombrado.

—Pues en avión ¿en qué más?

—Dios, extrañaba tu sarcasmo—besó mi mejilla—. Pero ya enserio.