Capítulo 5

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Roux

—¡Roux! ¡Apresúrate es hora de la reunion! —dejé de afilar mi navaja y me levanté siguiendo a Daga. Ella es una de las mejores y únicas amigas que tengo, si es que se le puede llamar amistad a lo que hay entre nosotras. Normalmente los cazadores como nosotros, no tienen permitido relacionarse de ninguna forma con nadie.

Miré sus ojos perturbados, el aroma a miedo que desprendía de ella hacía que me fuera inconfundible reconocer que estaba nerviosa y preocupada, yo ya me suponía porqué.

El gobernador nos había convocado a una reunión, para solucionar el problema de los asesinos. Ese grupo "Fénix Oscuro"  había matado a demasiadas personas, más de las que se podían contar y eso que solo estábamos tomando en cuenta las de este reino. Ellos debían pagar por sus actos, por todas la personas que habían sufrido y solo nosotros podíamos obligarlos.

Entré por la puerta principal y me senté en la silla asignada con mi nombre, mi amiga estaba a mi lado. Alnath, nuestro compañero, y los otros políticos llegaron unos minutos más tarde y se sentaron en los puestos a mi izquierda. El 'gobernador' no había llegado, por lo que la sala estaba llena de murmullos y palabras que no llamaban mi atención en lo más mínimo.

Apenas entró, todos nos callamos. El silencio era abrumador, pero algo satisfactorio a la vez. Observé junto a los otros dos cazadores a mis lados, como el gobernador llegaba a su asiento, justo cuando estuvo al lado de éste todos le hicimos una pequeña reverencia en forma de respeto.

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—Los asesinos de ese grupo han aniquilado a una gran parte de nuestra población, han secuestrado y torturado a muchos de nuestros nobles y se han encargado de robar muchas de nuestras ganancias. No podemos permitir que destruyan el reino que todos hemos construido con gran esfuerzo, de esta forma. —Solo asentí con mi cabeza, ante las potentes palabras del rey, enfoqué mi vista en sus ojos cargados de veneno y preocupación, mostrando lo mucho que le importaba el pueblo y lo mucho que le preocupaba que estos asesinos estuvieran sueltos. —Ustedes tres han entrenado por años, han sido forjados como armas para eliminar a los enemigos del reino, para defenderlo y salvarlo. Las pruebas que han hecho los han calificado como los mejores y es a ustedes a quienes el pueblo necesita.
¡Es hora de vengar a los muertos y eliminar a esos asesinos! —No pude evitar dar un respingo ante la palabra "pruebas", cortas memorias de lo ocurrido invadieron mi mente, las agujas, los rayos de luz y los líquidos oscuros. "Todo fue para volverte más fuerte" me recordé a mi misma.

El gobernador siguió explicando sobre la misión, al parecer debíamos ir a un lugar cerca del límite de la periferia, donde oculto bajo tierra estaba el portal a una dimensión oscura, un lugar llamado Rhazqu, donde las sombras acechaban y conspiraban contra La Corona.

Supuestamente una de las integrantes de Fénix Oscuro se encontraba comerciando ahí, vendiendo armas ilegales, por lo que el rey nos dio órdenes de quemar todo el lugar sin dejar sobrevivientes.

Una vez que salimos del salón del rey y nos dirigimos a nuestro propio espacio, me acerqué a mis compañeros con la información que necesitábamos.
Daga me miraba impaciente, sus ojos grises parecían atravesar la hoja que llevaba en mis manos, se notaba la energía que corría por sus venas y su deseo de venganza de matar a los malditos asesinos que atormentaban al reino.

Por otro lado Alnath se mantenía en silencio, su cabello verde neón estaba apagado y se había vuelto negro, mientras que sus ojos estaban cerrados. Se apoyaba sobre una pared dándole vueltas a un cuchillo en su mano y parecía que no había notado mi presencia, pero sabiendo que si lo había hecho empecé a hablar.

Trono de SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora