Correcto.

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—Lo que intentas decirme, ¿es que no quieres ir a casa de tus padres?— Pregunta Sasuke, en un tono bajo, cerca de su oído, arropándolo más contra él.

Naruto asiente, dudoso, aún escondido en el pecho del mayor. ¿Está mal decir eso? Es la única oportunidad que tiene de ver a sus padres en, prácticamente todo el año, y esta vez es más importante ya que es la semana que coincide con el día del padre.

—Sí. No... ¿No sé? Es que apenas puedo hablar contigo, teme, y siempre te echo mucho de menos. Además, la Wi-fi es horrible, y mis padre están demasiado ocupados para...—Se calla de pronto, deseando que Sasuke no hubiese escuchado nada, o simplemente, que le restase toda la importancia que el dolor en su pecho le estaba dando a aquellas palabras. Lo que iba a seguir a esas palabras, él no quiere saberlo.

Sasuke suspira, y aunque quiere preguntarle a Naruto a qué se refería, siente como el cuerpo del menor se tensa nada más pronunciar aquellas palabras, así que lo envuelve en sus brazos aún más y besa la parte superior de su cabeza. Se pregunta si podría hacer eso con alguien que no fuese Naruto, mostrar su lado débil y cálido, y casi quiere reír a carcajadas. Por supuesto que no. Es que Naruto es especial. Es... Naruto.

—Hey, dobe.—Llama la atención del rubio, que está demasiado ocupado jugando con sus propias manos para prestarle atención después de tres llamados. Ahora sí levanta la cabeza y mira a Sasuke, quien se acerca lentamente a él, diciéndose que si Naruto no quisiese eso, se alejaría rápidamente, pero por el contrario, este solo cierra los ojos y sonríe con anticipación. Sus labios se unen unos segundos, dulces, agrietados y con sabor a café.— Yo también te voy a echar de menos, pero, ¿podrías intentarlo de nuevo? ¿Por mí?— Pregunta, con todo el cariño que puede, bañando cada palabra. El menor muerde su labio y Sasuke quiere volver a besarlo.

—Está bien.— Susurra, y luego se lanza hacia adelante, para volver a unir sus labios con los del mayor.

Ellos no tienen que hablar de eso. No necesitan palabras, pues se siente bien. Se siente correcto. Y ambos lo han deseado desde hace años. Literalmente.

Y Naruto siente toda esa calidez que le faltaba sin Sasuke.

Además, quizá no sea tan malo como siempre, quizás celebrar el día del padre en su casa arregla las cosas de alguna manera.

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