Cuando se despierta a la mañana siguiente, tiene tres llamadas perdidas y dos mensajes de texto. Los textos, obviamente, son de Sasuke preguntándole qué tal está en casa de sus padres y porqué no le ha avisado en cuanto ha llegado. Naruto sonríe ante eso, su pecho hinchándose con cariño, pues su novio está realmente preocupado por él.
Se plantea en decirle que no ha ido a casa de sus padres, pero no puede, pues entonces el mayor hará preguntas. Preguntas que Naruto no sabe ni quiere responder. Así que teclea un "Bien" simplemente, todo lo rápido que puede, y pone el móvil todo lo lejos que puede de él mismo. Odia las mentiras. Y mentirle a su novio se siente como si estuviese clavando un cuchillo en alguna parte de su relación. Pero, ¿cómo podrías explicar que no puedes ir a tu casa? ¿cómo puedes explicar que por más que quieras, no puedes arrastrar tu propio cuerpo fuera de ello?
Dos horas más tarde, cuando se ha convencido de nuevo de cambiar los billetes para las 10 de la noche, un mensaje suena, y aunque está seguro de que es Sasuke, hay un extraño vuelco en su corazón que lo lleva a mirar la pantalla brillante de su teléfono. No es Sasuke. Es Deidara.
¿Qué es eso que le has mandado a papá? Es horrible.
Está enfadado contigo.
Y en serio, ¿ni un te quiero?
Naruto toma respiraciones cortas, pero no parece ser suficiente. El estado de ansiedad viene a él como una ola de mar, arrastrándolo tan profundo como puede. Intenta poner su mente en blanco y concentrarse en respirar. Una. Otra. Otra. Y otra vez. Debe respirar. Tiene que respirar. Tiene que hacerlo. Pero es tan difícil. Porque es un mal hijo. Porque todo lo que hace está mal de alguna manera. Porque su cae se cae de alguna manera. Porque su familia está rota, tan rota que ni con el mejor pegamento volvería a estar unida. Porque es una decepción. Porque para él es más importante Sasuke y un programa de radio que sus horribles estudios. Porque... porque es simplemente demasiado difícil y duro. Y Naruto no puede respirar.
El teléfono vuelve a sonar, y aún con su mirada borrosa, su cerebro sintiéndose como se parte en dos, y la presión que sacude todo su cuerpo con violencia, aún puede ver la llamada entrante de su padre.
No puede cogerla. No puede pues aunque lo desee, sus manos no responde.
Tranquilo. Tranquilo. Tranquilo. Piensa en blanco. Todo irá bien. Sasuke siempre cree eso, y todo saldrá bien. Todo estará bien.
Intenta aislarse de todo y vuelve a concentrarse en el ritmo de sus respiraciones, hasta que poco a poco se van haciendo más profundas y comienzan a normalizarse.
Pero sigue sumamente cansado, necesita un respiro. De eso. De su cabeza martilleando. De todo. Así que, como son casi las doce, se permite dormir hasta las tres. Total, ya tiene todo preparado, y solo necesita retrasar los boletos.
(...)
En cuanto pone los píes en el suelo tras la siesta tan necesitada, lo primero que hace es coger el teléfono. Porque él no es un mal hijo -no demasiado, al menos- y tiene que felicitar a su padre en persona, o por lo menos, hasta que llegue allí, lo más cercano a ello. Y eso, por ahora, es una llamada.
Tras el cuarto y largo biiip, él contesta al teléfono, con su tono serio habitual y Naruto sabe que es ahora o nunca, aún cuando su móvil se tambalea sobre el botón de colgar.
La llamada es torpe e incómoda, por supuesto. Repleta de silencios incómodos, palabras cortas como 'Ok', 'Bien', 'Genial', y 'Sí' y 'Por supuesto'. No hay pregunta sobre cómo va todo, no sobre Sasuke, ni por la radio, por supuesto, tampoco por cómo van los negocios de su padre ni de la reunión importante que tuvo hace una semana. En algún momento un Feliz día del padre por fin sale de los labios del menor, y un peso se ha desprendido de su espalda, o al menos, parte de este. Para su sorpresa, un Gracias que lo sacude, viene de su padre. Y suena paternal a su propia manera. Se siente bien, no genial, pero sí lo suficiente bien para animarse a decirle que lo probablemente sí vaya a casa al final y que estará allí al final del día, para pasar los dos días que quedan de la semana.
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Hogar.
Romance{SasuNaru/NaruSasu} Naruto aprende con el paso de los años que hogar no es necesariamente donde naciste, o donde reside tu familia. Hogar es la persona que quieres. Hogar es sentir cosas cálidas en tu pecho, profundas, y felices. Hogar, es donde la...