Dos años después
—Hazlo —dijeron los fríos ojos indiferentes grises con su soberbia mirada.
—El Imperio Álvarez fue un poderoso antiguo imperio cuya civilización estaba más avanzada que el resto. Por eso se hicieron con todos los territorios que conforman Fiore y los países adyacentes durante los siglos III a IX.
—Dios, es como tenerlo aquí al lado —se lamentó Jellal mientras un escalofrío recorría su espina dorsal—. Es impresionante lo próxima a la realidad que es tu imitación del profesor Zeref, Zalty.
El mencionado adolescente sonrió de medio lado.
—Te dije que era bueno. Te acuerdas del profesor Zeref, ¿no? —le preguntó Macbeth al chico que lo abrazaba por la cintura con posesividad y simultáneamente frotaba la muñeca vendada del adolescente.
—Sí, claro. El tipo estaba obsesionado con el imperio Álvarez —rompió en una risa contenida el chico de cabellos achocolatados—. Una gran representación, Zalty.
—Gracias ehmm...
—Mard —le susurró Jellal.
—Mard.
Desde que su tercer año de instituto había empezado que la vida sentimental de Macbeth se había vuelto algo tortuosa de seguir, puesto que su pareja nunca duraba más de tres semanas, lo que comportaba que fuera difícil de retener el nombre del nuevo hombre con el que su amigo de cabellera bicolor se había involucrado. Ya habían conversado con Jellal acerca de la situación por la que estaba pasando Macbeth y habían llegado a la conclusión de que, si en un par de meses la situación continuaba, hablarían con él seriamente. En un principio, habían pensado que formaba parte de su modo de liberar su sexualidad después del tiempo que había estado reprimido y lo que había ocurrido con sus padres. No obstante, aquello estaba teniendo una duración prolongada, y los novios de Macbeth eran cada vez más mayores, lo que les preocupaba a sus amigos, puesto que él únicamente tenía catorce años y la diferencia de edad ya empezaba a ser peligrosa.
Era normal que Zalty hubiera perdido el total interés en memorizar el nombre de los amantes de su amigo. No obstante, parecía que con Mard las cosas eran distintas, puesto que ya habían llegado a su primer trimestre de relación.
Cuando las vacaciones de verano estaban a punto de llegar a su fin, los tres amigos habían salido junto con Mirajane y Lisanna a un bar gay. Macbeth no estaba muy emocionado con la idea. El calor lo ponía de mal humor y provocaba que durmiera más que de costumbre, pero Jellal y Mirajane habían sido especialmente persuasivos y él, finalmente, incluso había terminado conociendo a alguien que lo acompañó hasta la puerta de su casa, dándole su primer beso.
Lo que debería haber sido una grata noticia, se convirtió en una pesadilla para el muchacho, puesto que su padre los había descubierto y golpeó con contundencia a Macbeth hasta marcarle la cara y romperle un brazo. La ausencia de su amigo en comentarles cómo había resultado la despedida con el chico que había conocido terminó alarmándolos cuando no supieron nada de él durante una semana entera, lo que provocó que fueran a verlo a su casa, sin que lo encontrasen en la misma.
Macbeth había sido trasladado a una casa de acogida por servicios sociales cuando los doctores que atendieron las heridas dieron parte de lo que sabían había ocurrido, a pesar de las mentiras que su padre había explicado.
No era que su padre no hubiera mostrado signos de odiar a aquéllos que pudieran amar a los de su propio sexo. Nunca eliminaba la ocasión en la que dejara constancia de lo mucho que le repugnaba el estilo de cabello de Macbeth o que se pintara las uñas, y más de una vez le había golpeado sin dejarle marca alguna. Por ello, su hijo solía utilizar el estilismo que más le agrada una vez salía de casa. Normalmente, cuando se encontraba con Zalty y Jellal, se arreglaba en sus casas y luego los tres salían a divertirse. No obstante, a pesar que Brain Midnight no destacaba por su mente abierta, nunca llegaron a creer que podría reaccionar con un odio tan extremo hasta el nivel de agredir de esa forma físicamente a su hijo y llevarlo al hospital.
ESTÁS LEYENDO
Crisálida
FanfictionSilver Fullbuster no es un psicólogo al uso. Renunció a su trabajo en el hospital para abrir su propio centro y dedicarse a la crianza de su hijo Gray cuando su mujer murió. Además, colabora con varias asociaciones prestando sus servicios gratuitos...