CUARTO CAPITULO

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Llego el esperado día, estaban los invitados, no eran muchos pues ambas no querían mucha gente, sólo las personas importantes para ellas. Camila estaba muy nerviosa, estaba a punto de arrepentirse, su conciencia la estaba acusando, no quería casarse así, en eso llego Harry

Harry: ¿Qué te pasa?

Camila: No puedo con esto, me supera, cómo haré esto, fingir por tres años, no logro procesarlo, voy a pararme frente a las personas que conozco y quiero y prometerle a Lauren fidelidad, amor, mi vida; sin ser cierto, cuando ni su amiga soy, ¡tengo que besarla por Dios!. ¿Dime cómo lo voy a hacer?

Harry: Cálmate, ya llegaste hasta aquí, no puedes retroceder, vamos que tan malo no puede ser, mira Lauren, no es como te imaginas, te darás cuenta de eso, pueden convertirse en grandes amigas, sólo date la oportunidad de conocer a una gran persona, yo te puedo decir que toda la imagen que tienes de ella, se te caerá al piso, créeme, cásate y no por ti sino por tu hijo.

En eso entro su tía diciéndoles - Ya es hora, el juez los está esperando y por supuesto Lauren y los invitados.

Empezó la marcha nupcial, Lauren estaba vestida con un sastre blanco, sobria y elegante, esperándola al final del pasillo, ella llevaba un vestido color ocre entallado, su embarazo no se notaba, por el contrario. Lauren pudo ver su hermosa figura, pensando al menos es linda, eso hará más fácil estos tres años. La ceremonia continuó hasta el momento en que el juez dijo - Puedes besar a la novia - Lauren se acercó, besó sus labios de manera sencilla, pues comprendía que no era fácil para Camila, así que la beso rápido, pero con energía para no levantar sospechas. Camila por el contrario, no pudo ocultar su nerviosismo, no se esperaba tal sencillez en el beso, esperaba que Lauren la besará apasionadamente, pero se equivocó una vez más con ella y más cuando le dice al oído:

Lauren: No te preocupes, de aquí en adelante, te besaré en la mejilla para que no te incomodes.

No pudo menos que sonreír y decirle:

Camila: Gracias por tu comprensión.

La fiesta estuvo muy amena y divertida, ambas la disfrutaron. Llegó la hora de despedirse, el padre de Lauren les regalo un viaje a Tahití de luna de miel, Camila estaba encantada siempre quiso ir y Lauren era experta buceando, así que le venía de maravilla. Fueron dos semanas de ensueño para ambas, no convivieron mucho, ambas hicieron planes por separado, se vieron poco ni siquiera habitación compartieron; eso sí, se tomaron fotos juntas y las enviaron a los amigos. Llegó el día de su regreso, su padre y suegro las esperaba en el aeropuerto.

Lauren se dio cuenta que su padre estaba extraño y le preguntó

Lauren: Papá ¿Qué pasa?

Papa: Nena, la junta quiere que te reúnas mañana con ellos parece que desconfían de la premura de tu matrimonio.

Lauren: ¿Por?

Papá: Investigaron a Camila y parece ser que no salió muy bien de su último empleo, su jefe no da buenas referencias de ella, creen que es una caza fortuna Lo siento Camila, no dudo de ti, pero explícame que fue lo que te paso, por qué te despidieron.

Camila no podía creer lo que estaba oyendo, se lleno de coraje e ira, que iba a contestar a su suegro, tenía que decir todo, no sabía qué hacer.

Camila: Señor - empezó - fui despedida de mi antiguo empleo por falsos rumores de mi jefe, no quise acostarme con él y le ofendió mucho, invento faltas a mi trabajo, cosa que nunca fueron ciertas, cuando Salí, intente buscar trabajo y el con sus referencias lo entorpecía, eso fue lo que paso, no es más.

Lauren se dio cuenta que el tema la lastimaba así que intervino.

Lauren: Ya déjala, mañana yo me reúno con la junta y aclaró lo sucedido, llévanos a casa, Camila está algo indispuesta.

Cuando llegaron a casa de Lauren, Camila aún seguía muy contrariada, así que ella intento animarla:

Lauren: Vamos, no te preocupes, yo me encargo, no pasará de allí.

Camila: No es eso, me molesta haber sido tan idiota con él, cómo pudo hacerme esto.

Lauren: Si no es indiscreción ¿Es el papá de tu hijo?

Camila: Si, para mi desgracia.

Lauren: No te afanes, piensa que no te mereció nunca y que a tu hijo no le va ser falta un hombre, así que vamos y te enseño tu casa.

La casa era bonita con estilo y minimalista, muy acogedora, grande y bonita; tenía piscina y los espacios estaban bien distribuidos. Le gustaba, así que le dijo a Lauren:

Camila: Tienes muy buen gusto, tu casa es preciosa

Lauren: Gracias, pero de aquí en adelante, también es tu casa, tu eres mi esposa y aunque no en todos los sentidos, mi papá me enseño que uno debe asumir las responsabilidades y tu eres mi responsabilidad y tu hijo también

Eso no se lo esperaba, la tenía por irresponsable e intrascendente Camila descubría poco a poco, a una persona diferente a la que decía conocer, así que sólo atino a decir:

Camila: De verdad, creo que no te conozco, ya tendré tiempo para hacerlo.

Lauren extrañada solo dijo: ¿Eso es bueno o malo?

Camila: Me creerías si te dijera que ni yo misma sé...

MatrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora