Vigésimo

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Camila despertó y le extraño no ver a Lauren, pensó que habría ido a casa a cambiarse, cuando la ve entrar con una enfermera.

Lauren: Despertaste, mira la señorita nos va a traer a Clara

Camila: Si, ¿cuándo?

Enfermera: En un momento, ya vengo

Camila se dio cuenta que Lauren se veía demacrada con ojeras, muy cansada se notaba, que no había descansado mucho. Estaba en sus pensamientos cuando la enfermera entro con la niña como describir con palabras ese momento, Camila la miraba embelesada, que chiquita es pensó y le decía – hola soy tu mama como estas? - y ahí estaba reconociendo, mirando cada partecita de su cuerpo, si que eres hermosa, Lauren las miraba de lejos en la puerta, no quería dañarles el momento, madre e hija, se decía para si – si que soy afortunada esposa e hija me gane la lotería sin comprarla y se reía-

Camila: Lolo - la llamaba - Ven acércate, ¿qué haces allá?

Lauren: No, disfruta el momento a solas

Camila: Nada de eso, ven -Lauren se acercó a la bebé y a ella - mira, amor, tu mami Lolo, mírala haber Lauren, cárgala

Lauren: No sé hacerlo

Camila: Es fácil, pones una mano en la cabecita y la otra debajo del cuerpo ves así, ves no es tan difícil, así mismo

Lauren: Hola Clari – la niña apenas escucho su voz abrió sus ojitos - ves Camila me recuerda – si, mi princesa, soy yo mami, sabes no te esperaba tan pronto, pero me da gusto que estés aquí, alegrándonos la vida a tu mami y a mí, si vieras tu cuarto, es bien bonito y todas tus cosas son muy bonitas, las escogimos tu mama y yo.

Emily: Hola - llegó - Camila me alegro que ya hayas despertado, Lauren siéntate, dale la nena a tu mujer, así perfecto y ahora tu ponte a su lado eso así es abrázalas y sonrían.

Lauren: Para qué es la foto

Camila: Si, ¿para qué es?

Emily: Para el álbum de la familia y cuándo les dan de alta

Lauren: En dos semanas podremos irnos

Emily: Lauren, me haces un favor, puedes traerme un café

Lauren: Si, claro ya vengo

Camila: Para qué hiciste que se fuera

Emily: Para que la convenzas de irse a descansar desde que todo esto empezó, no ha comido ni dormido, bien le he dicho que se vaya a casa, pero no me hace caso, así que pídeselo tú, ya que no te niega nada.

Camila: Ya conoces lo terca que es, pero lo voy a intentar y eso que no me niega nada lo pongo en duda

Emily: Si, tú eres su debilidad.

Camila: Está bien.

Emily: Pero como cosa tuya, espera a que yo me vaya

Lauren: Aquí tienes, espero que no hayas sonsacado a mi esposa, te conozco quien sabe que le habrás dicho

Emily: Nada prima, que le voy a decir, gracias por el café y adiós.

Se despidió de ellas con un beso, un rato después Camila le decía a Lauren

Camila: Te ves cansada ve a casa y descansas un rato

Lauren: Te estorbo - dijo haciendo un puchero.

Camila: Para nada, ven - estirándole la mano y sentándola a su lado - solo que me he dado cuenta que estas cansada y no quiero que seamos dos en este hospital.

Lauren: Es que no quiero dejarlas solas.

Camila: Mira es temprano, ve dúchate y duerme un rato y regresas en la noche a hacerme compañía

Lauren: Es que te voy a extrañar mucho - se prudente, evita ese tipo de comentarios, la vas espantar pensó para sus adentros - está bien, pero regreso en la noche, listo

Camila: Ok, descansa, hey te vas sin despedirte como siempre

Lauren: No, cómo se te ocurre - y la besa en el cuello debajo del lóbulo de la oreja.

Camila sólo lo hizo para sentir esa electrizante sensación recorrer todo su cuerpo, estás perdida y locamente cautivada por esa mujer se dijo para sí y ahora ¿qué vas a hacer?

El tiempo pasa volando y Camila y la niña salieron del hospital rumbo a casa, era un verdadero alivio estar con lo conocido en un lugar que era todo lo que buscaba, un hogar. Su recuperación fue rápida, pasaron seis meses desde la salida del hospital, ellas se habían hecho más cercanas, más amigas, sus vidas estaban unidas por Clara y por ese sentimiento que las unía, aunque no lo supieran, la una con respecto a la otra.

Lauren no volvió a dormir en el sofá cama, Camila se había acostumbrado a su presencia al calor de su cuerpo, a su aliento por las mañanas, a verse al comienzo y al final de cada día en sus ojos y ella, Lauren a la tranquilidad que le prodigaba su sonrisa, a la calidez de sus palabras, a su aroma, a espiarla

mientras se cambiaba, a ver su hermosa figura, deseándola cada día más, amaba todo de ella, su cocina, su orden, todo ella le daba sentido a su vida....

MatrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora