Capitulo 3 Sebastian

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 Hace unos cuantos días Luna llegó con un gato y unas cosas que una persona le regaló, se ha estado comportando algo rara siempre que comemos luna pide doble ración y la lleva con ella a su habitación. Ella nunca comía más de una ración, tampoco acostumbraba llevar los alimentos a su habitación, siempre comía acompañada es decir en familia, no le prestaba importancia ya que pensé que pasaba por una fase tal vez solo quería estar sola.

He de decir que cuando Luna entró a casa con ese gato me puse muy feliz...desde niño me han encantado los gatos son unos animales tan elegantes, peludos y listos además su mirada es tan penetrante y hermosa. Luna de vez en cuando lo dejaba encargado conmigo para vigilar que no hiciera alguna travesura en su cuarto, la primera vez que Luna lo dejó conmigo el minino de un salto ágil subió a la cama se sentó y poso su mirada muy fijamente en la mía, su cola iba y venía de un lado a otro, sus ojos iban de arriba hacia abajo con movimientos meticulosos, estaba estudiándome exhaustivamente.

-Eres un gatito muy curioso no es así-

retiro la mirada, me dio la espalda, se hizo bolita y se acorruco en la manta de Luna. Parecía estar calmado así que lo dejé dormir, al salir de la habitación me retire a mi respectiva habitación y me dispuse a leer para despejarme un rato... Luna regresó a casa con el objetivo de que la llevara a comprar unas cuantas cosas de la ciudad.

-¿Sebastian?...¿ podrías acompañarme a la ciudad?-

-Sabés que no me agrada mucho el bullicio de la ciudad...la verdad preferiría no ir-

-Por favor no quiero ir sola-

- ¿ y qué hay de Apolo?-

- Se ha quedado dormido no es así-

-Pues sí pero...-

-Vamos Apolo no se despierta tan fácil-

-y bien a dónde quieres ir entonces-

-¡ya te lo dije quiero ir a la ciudad!-

-Pero... ¿a qué quieres ir? -

-¡Tú solo ven conmigo y no preguntes! ¿quieres? -

Luna abrió la puerta, fijó su mirada en mí, me hizo una mueca y salió de la casa.

Mientras caminábamos Luna tarareaba pequeños fragmentos de canciones, para evitar uno de esos silencios espesos que invaden el ambiente y lo vuelven todo incómodo. Unas cuantas palabras salieron de mi boca intentando averiguar cuál era el motivo por el cual quería ir a la ciudad.

-Luna dime ¿por qué te empeñas en mantenerme con la intriga de lo que quieres hacer?-

Ella dejó de tararear se detuvo se volvió hacia a mí con una expresión sería.

- ¡Sebatian hermano tú dime! ¿porque tanta insistencia? solo espera y lo verás ...-

-Muy bien esperaré -

- Eres un gran hermano y lo sabes-

continuamos caminando durante un par de horas, cuando llegamos a la ciudad luna miraba en todas las direcciones como si buscara a una persona en especial, de pronto sus ojos se iluminaron y exclamo.

-¡Es ella ahí esta!-

-¡¿Quién Luna de que hablas?!-

- ¡Ella, ella es la chica que me ayudó el día que llegué con Apolo a casa!-

Luna señalaba una familia que se encontraba comprando un pañuelo bordado a un mercader.

-¿Te refieres a esa familia que esta con aquel mercader?-

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