Capítulo 12 Los pasos de un delicado vals

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- Amor... el amor es un secreto, que los ojos no saben guardar-

Aquellos delicados besos que nos dimos causaban sensaciones distintas, sentimientos que creí muertos...había extrañado tanto su voz, su risa, su aroma, aquellas platicas sin sentido alguno que radicalmente cambiaban de rumbo y tema, su sola presencia hacia que se dibujara una sonrisa en el  rostro.

-¿Sebastian...?-

-¿Si Danielle?-

-Amo tus labios, son más dulces que cualquier otro caramelo que haya probado -

Dijo ella suspirando, al mismo tiempo en que aprisionaba mi cuello entre sus brazos.

-Lo mejor sería que descanses-

-Pero...-

-Tienes que estar mejor para mañana ya que tienes la fiesta ¿recuerdas?-

-Si pero ¿qué vamos a hacer con mis alas? ¿Cómo las vamos a ocultar?-

-No las vas a ocultar-

-¡¿Qué?!-

- Sí tal como oíste serán parte de tu vestido o eso aparentaremos-

-Pero no podre recargarme en el respaldo de la silla-

-Tienes que practicar tu postura he visto en los últimos días que te encorvas y eso te puede hacer daño
...-

- Esta bien... –

Dijo ella resignada y avergonzada en reacción a mi comentario.

Antes de que ella pudiese hacer algo la tome entre mis brazos y la lleve a su cama.

-Ven ya es tarde y necesitas dormir-

-¡¿Espera pero que haces?!-

-Tranquila no te dejare caer-

Le dije mientras la miraba fijamente a los ojos y casi enseguida su rostro se puso tan rojo como un tomate.

-¡No hagas eso!-

-¿A que te refieres con eso?-

-Pues eso... mirarme con esos ojos que...-

Su voz fue bajando de tono cada vez más.

-Esos ojos que?...-

-... olvídalo solo llévame a la cama-

- Sí sabes que terminare por sacártelo de una u otra forma ¿o no?-

- Por el momento no sabrás nada-

-... Bueno, ya es muy tarde y tu señorita ya deberías de estar dormida-

- ¡Oye no soy una niña puedo dormirme tarde si quiero! Además somos casi de la misma edad -

- Tú lo has dicho somos casi pero no de la misma edad así que a dormir –

-Solo me ganas por dos años no es mucho-

-He dicho a dormir-

La arropé y me senté en l orilla de la cama.

-Espero que disfrutes de muy dulce sueños ,es hora de que esta señorita duerma ya-

Sorpresivamente ella nuevamente me aprisiono con sus brazos y me dio un pequeño beso en los labios.

-Buenas noches mí amado ángel guardián-

- Descansa-

Ella se recostó cómodamente en su almohada y cerró sus ojos tratando de conciliar el sueño... aún con sus ojos cerrados ella me hablo.

CantarellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora