Cantarella

Dos vidas distintas 17

-Quiero saber qué es lo que este mundo puede hacerme sentir- Danielle Stone

El pecado de un ángel es enamorarse de un humano...simples mortales llenos de suciedad, mediocres ¿Cómo puede un ángel lleno de virtudes adorar algo tan imperfecto?... el solo pensarlo me da asco.

Cuando un ángel se enamora de un mortal y baja a la tierra para convivir con ellos se le es juzgado para darle un castigo severo, se dice que todo recuerdo es borrado a excepción de su vida sagrada en el cielo, también se dice que se les es arrancado todo sentimiento para que no vuelvan a contaminar el cielo sagrado con sentimientos dirigidos a un impuro pero el caso de Vincent fue distinto.

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Los días en el cielo son muy tranquilos , solo tenemos que cumplir con ciertas tareas relacionadas con dios nuestro señor y el cielo, juzgar a los penitentes, ayudar a los humanos que fueron buenos y convertirlos en algo más que simples almas perdidas y mantener el equilibrio entre el cielo y la tierra. Los descansos con los ángeles y arcángeles son simplemente sublimes, paisajes blancos como si fueran nevados, los colores eran más tenues a comparación de él mundo terrenal, para mí ya era una rutina monótona, sentía que me faltaba algo pero no sabía que... lo tenía todo absolutamente todo, una vida eterna llena de buenas energías, la confianza de dios y a mi amada comunidad de ángeles, incluso tenía asignada a una compañera que podría considerarse como mi pareja en esta vida eterna llena de tranquilidad y felicidad.

Los ángeles no tenemos un sexo definido se pude denominarnos como seres hermafrodita pero somos libres de escoger nuestra forma así mismo se nos permite convivir con ángeles o arcángeles que se han establecido con un solo sexo, con los cuales podías formalizar con una muestra de amor divina el darle una pluma de alguna de tus alas, sin duda alguna serias bendecido por nuestro señor sin importar que... pero Gabriela y yo nunca lo hicimos.

En ocasiones demasiado especiales dios nos asigna la tarea de cuidar de los humanos con almas puras los cuales se encontraban es sus últimos días o meses de vida, y justamente un día cualquiera llego a mi hogar un pergamino asignándome un mortal el cual sería mi responsabilidad y mi tarea más importante ; velar del señor Airis Brent Colleman el cual era un hombre de la clase media alta de 59 años, esposo de Clarise Kelly de 50 años, padre de Linette de 18 años y Alison de 17 años ambas hijas legitimas.

Según los informes que me habían entregado en el pergamino el señor estaba sufriendo de lagunas mentales y severos problemas del corazón, los doctores lo habían estado tratando durante un tiempo sin embargo no parecía mejorar con ninguna terapia, el mantenerlo ya le era difícil a la familia, en ocasiones el hombre salía durante la noche totalmente desubicado, no reconocía a sus hijas solo a su mujer... eso era lo que el informe contenía, tenía que presentarme a primera hora del día siguiente para salir del paraíso y seguirlo de cerca.

Para mí era una noticia espectacular, era la oportunidad perfecta de salir de la rutina, así que sin dudarlo tome el trabajo sin queja alguna y me fui a descansar con el sentimiento a flor de piel.

-Vincent... Vincent despierta-

Pude sentir las delicadas manos de Gabriela mi compañera que me sacudían suavemente para despertarme.

-¿Qué sucede?-

- Ya es la hora de que desciendas al mundo terrenal y cumplas con tus tareas-

- ¡Dios bendito tienes razón! ¡Me voy!-

Me levante lo más rápido posible para ir a las rejas que marcaban la salida del paraíso.

-Hasta pronto Vincent... esperare tu regreso a casa-