Capítulo 5

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Me quedé helada al escuchar a Florentino. Él fue el primero que me dio la espalda.

–No. Estoy muy bien en mi equipo. En mi Atlético. Ellos me han ayudado cuando no tenía nada. Ellos son mi familia.

Hizo una mueca y se fue. Al momento, noté unas manos sobre mis hombros. Me giré y ví a Cerezo.

–Se nota que eres una colchonera de corazón. Esperamos contar contigo muchos años más. Y tu Antoine, más te vale cuidarle. –le amenazó.

Sonreí al presidente, que me dio un abrazo amistoso y fuimos a buscar a los demás. Vimos a Yannick pegándose con Ramos y rápidamente, fuimos a separarlos.

–¿Qué ha pasado? –le pregunté a Noa. –¿Y Dani?

–Luna le tiene secuestrado.

Reí. Luna estaba loca con Dani y se lo llevaba en cuanto podía. Justo en el ese momento, oímos el grito de dolor de Yannick.

Corrimos hasta él, que estaba en el suelo. Se quejaba de la muñeca mientras Ramos se alejaba como si nada hubiera pasado.

–Eres un cabrón, Ramos. –grité y me miró arrogante.

Llevé a Yannick a mi consulta y le comencé a mirar la muñeca.

–¿Por qué os habéis pegado?

–Porque se ha intentado sobrepasar con Noa.

–Hoy es el día de que los del Madrid se sobrepasen con las chicas de los rojiblancos. –susurré.

–No sé si querías que no te oyera, pero te he escuchado. ¿Lo que tenías en las muñecas había sido Ronaldo?

Asentí.

–Tienes un esguince. Con esto se te curará en un par de días. –le tendí una muñequera. –No la fuerces. –dije levantando las cejas.

–Eres una salida. –dijo abrazándome.

–Mentira. –dije riendo.

–Me voy con Noa. Gracias por mirarme la muñeca.

–Soy la fisio de tu equipo. Es mi trabajo.

–Ahora no estás en horario laboral.

Rodé los ojos. Yannick era muy canso cuando se lo proponía.

(...)

–¿Qué hacemos? –dijo Antoine besando mi pelo.

Estaba acurrucada en su pecho y el jugaba con mi pelo.

–Si estamos mucho rato así me va a dar un tirón.

–Soy fisio. Lo resuelvo al momento.

Antoine maldijo, sabía que él quería llegar más lejos que un par de besos, pero yo no estaba preparada después de lo que había pasado con Cristiano.

–¿Estás bien? –me preguntó preocupado.

–Sí. Tranquilo.

Me moví, pero no debí hacerlo, ya que estaba encima de Antoine, que quedó derrotado.

–Voy al baño

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–Voy al baño. –dijo quitándome de encima suya.

(...)

–¡Hermanita! Devuelveme a mi hijo. –gritaba Yannick persiguiendo a Luna, mientras Dani reía.

Noa y yo nos quedamos en la grada riendo.

–Luna ha secuestrado a nuestro niño, definitivamente.

Isa y Cris llegaron a la grada.

–¡Hola!

–Anto estaba llorando en el túnel de vestuarios, ¿sabéis algo?

Negué y bajé corriendo para ver que ocurría. Puse una mano en la espalda del rubio.

–¿Estás bien?

–¿Me quieres o sigues sintiendo algo por Ronaldo?

A tu lado (Antoine Griezmann)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora