Capítulo 3

277 26 68
                                    

Amil

–¿De qué hablas? –pregunté desconcertada.

–Te he visto con Kroos. Ser colchonera y tener un novio del Madrid puede traer discusiones.

–¿Novio? No estamos saliendo.

–Pero, has ido a su casa y...

–Es mi mejor amigo. Me ayudó bastante cuando corté con... Bueno, con mi ex.

–¿Por qué nunca lo mencionas?

–Porque aún no lo he superado. –suspiré.

–¿No deberías estar durmiendo? –me preguntó

–Esa pregunta te la tendría que hacer yo a ti.

–Noa es mi hermana. Quiero ver a mi sobrino.

Mi sorpresa era notable.

–No lo solemos decir. –completó.

–Ya, lo he notado.

–Siéntate, anda. Supongo que estaba celoso. –se excusó.

Sonreí levemente y comencé a tiritar. Antoine pasó su brazo por mis hombros y yo me acurruqué en su pecho. Besó mi cabeza y acarició mi espalda para que me durmiera.

(...)

–Petite. Despierta. –oí a Antoine y abrí los ojos. –Vamos a ver a Noa.

–Tengo sueño, Antoine. –dije volviendo a cerrar los ojos.

Al ver mi pereza, me subió sobre su hombro y comenzó a andar.

–Bonitas vistas. –dije y le di un golpe en el culo.

–Oye, no me maltrates. –se quejó entre risas.

Me bajó enfrente de la habitación de Noa y entramos. Noa dormía y Yannick acunaba al bebé.

A los dos chicos les brillaban los ojos con el niño.

–Voy a por algo de comer. –dijo Yan.

–Pero deja al niño aquí. –le dije.

Yan me ignoró y se fue.

–Ahora está en la fase que lo tiene pegado con loctite. –dijo Anto riendo y tirándome en el sofá.

Se tumbó sobre mi y comenzó a morder mi cuello, marcándolo.

–Anto. Noa está durmiendo ahí.

–No me dejes así por favor. –susurró derrotado.

–Tu hermana está durmiendo delante nuestra y Yan puede llegar en cualquier momento, así que no.

Antoine se levantó molesto y se fue de la habitación. Un par de minutos después, Noa despertó.

–¿Dónde está Yannick? –dijo nada más despertar.

–Gracias por quererme. –dije irónica. –Se ha fugado con tu hijo.

Noa rió y agarró mi mano.

–¿Y mi hermano?

–Creo que ha ido al baño. –dijo mientras el rubor subía a mis mejillas.

–¿Qué habéis hecho? –preguntó entre risas.

–Nos hemos liado y él quería llegar a algo más, pero yo le he parado porque estabas delante.

–Gracias por evitarme traumas.

Antoine entró en la habitación y me fulminó con la mirada. Le lancé un beso, me levantó de la silla para sentarse él y me sentó en su regazo.

–Pareja, conteneos, que estoy aquí.

Yannick entró con el bebé en brazos. El bebé tenía un lazo, como si fuera un regalo.

El bebé rió cuando su madre le cogió y Yannick volvió a salir al pasillo y entró con un oso de peluche gigante.

–¡Te amo, princesa! –dijo besándole.

Agarré a Antoine de la mano y les dejamos intimidad a la pareja.

–Tenemos que acabar algo. –dijo mordiendo el lóbulo de mi oreja.

Me subió sobre su hombro y me llevó a su coche. Fuimos hasta su mansión, que me enseñó entera. Lo último que me enseñó fue su habitación. Me tiró sobre la cama.

–¿Ahora podemos acabar lo que no hemos podido en el hospital?

–Si tu quieres... –dije y mordí su cuello.

(...)

–¡Antoine! –oímos un grito desde abajo.

Se levantó y se puso una pantaloneta.

–¿Vienes? Es Koke. –dijo tirándome una camiseta suya.

Ambos bajamos y nos esperaban Koke y su novia.

–¿Qué estábais haciendo, pillines? –dijo Koke señalando el cuello de Antoine.

Me sonrojé y Antoine se echó a reír.

–Nos lo hemos pasado muy bien.

–No nos han presentado. Soy Isa.

–Yo soy Amil. –le abracé.

–¿Habéis visto la foto de perfil de Yannick?

–No. ¿Por?

–Se ha puesto la foto de Noa, el bebé y el oso gigante.

Todos reímos. Cuando la pareja se fue, mi teléfono comenzó a sonar. Era mi ex.

A tu lado (Antoine Griezmann)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora