escape

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Tenía que encontrar una salida y rápido, la alarma sonaba cada vez más fuerte. Me parecía que estaba corriendo en círculos, era la segunda vez que veía la misma habitación, ¿o todas las habitaciones eran iguales?, maldición era un laberinto.

- ahí esta atrápenlo - gritó alguien desde el fondo del pasillo.

Doble en la primera esquina que encontré justo antes de que me alcanzara una ráfaga de disparos. Seguí corriendo, no me quedaba otra opción más que seguir haciéndolo, escuchaba como sus pasos se acercaban más y más. Traté de doblar en otro pasillo, y me encontré con cinco guardias que me esperaban, con sus fusiles en mano.

- no tienes escapatoria pequeña rata, no importa donde corras te atraparemos y te mataremos- la voz de Knox se escuchaba por unos altavoces.

Tenían razón, ya me había perdido, y me perseguían por lo menos veinte hombres armados. Las piernas comenzaban a acalambrárseme, había estado corriendo por aproximadamente media hora. Tenía que ocurrírseme algo y rápido.

Doble en un pasillo y me esperaba un guardia, apunté y di en el blanco, pero otro salió detrás de él, otro disparo y un guardia menos, la punta del fusil de otro guardia asomó al pasillo pero no salió. Mierda, estaba atrapado, por detrás me perseguían y por delante tenía otro grupo de guardias esperando. Disparé una vez más tratando de darle a alguno que se hubiera asomado un poco pero fue en vano.

Los guardias que venían detrás de mi comenzaban a doblar en el pasillo, estaba acabado, pero mi instinto de supervivencia no quería que muriera hoy, así que me escondí en el marco de una puerta. Tuve suerte al parecer nadie me había visto.

- ¿dónde está?- dijo un guardia.

-desapareció- le respondió otro.

-es imposible busca mejor en las cámaras- dijo la voz de Knox en el altavoz.

Lenta y sigilosamente comencé a sacarme un zapato.

- procedan con cuidado, puede estar en cualquier lado, los únicos puntos ciegos de las cámaras son las puertas- dijo el que había hablado primero, parecía ser el líder de la operación.

- entonces está allí- dijo un tipo señalando hacia mi posición.

- prepárense voy a salir, voy a llenarles los huesos de plomo- grité.

Arrojé el zapato e instantáneamente se oyeron disparos de ambas direcciones, los guardias de un extremo del pasillo y del otro comenzaban a gritar y a detener sus disparos. Mi plan había funcionado, los guardias de un extremo, les habían disparado a los del otro.

- bien jugado, pero ahora te toca morir- dijo una voz furiosa.

Giré la perilla de la puerta y esta se abrió. Dos tipos se encontraban detrás de un centro de comandos. Los primeros disparos se escuchaban desde el otro lado de la puerta. Los dos hombres me miraban aterrorizados​.

- si hacen lo que les digo todo saldrá bien- dije nervioso.

Uno de los dos puso la mano debajo del escritorio y se vió el brillo de un revolver. Le disparé sin pensarlo dos veces.

-¿lo has entendido tú?- dije mirando al otro. El tipo asintió estupefacto- bien ahora traba esta puerta-

El hombre apretó un botón y se escuchó como se ponía el pestillo de esta.

- bien ahora dirás que me abatieron que tuviste que cerrar para que no escapara, y que les abrirás en un momento para que retiren el cuerpo- dije apuntándole

- de acuerdo- dijo, el cuerpo del otro colgaba de su escritorio.

Apretó un botón y dijo las palabras que le había dicho. Salí por la puerta del otro lado, antes de hacerlo le dije que bloqueara esta última.

Cuando salía escuché como le recriminaban al pobre hombre y le disparaban sin mediar muchas palabras. Luego trataban de abrir la puerta y se daban cuenta de que estaba trabada, y habían matado al único hombre que la podía accionar.

Seguí corriendo pero por suerte en unos pocos metros encontré unas escaleras de emergencia. Comencé a subirlas a toda prisa. Para cuando me encontraba a dos pisos de llegar a la salida comenzaron los pasos de los guardias devuelta.

Llegué al primer piso y dos guardias con traje anti radiación protegían la puerta de plomo que nos separaba del infierno radioactivo, a un costado se encontraba mi traje con la Colt todavía en un bolsillo y el de Susan.

Le disparé al primero que vi y el segundo se puso a cubierto. Este último comenzó a abrir la puerta de plomo, dejando entre ver un sistema de doble puerta como el que tenía en mi sótano. Yo no tenía ninguna protección contra la radiación y el sí, moriría en unos minutos si no me ponía un traje anti radiación.

- puedo esperar todo el tiempo del mundo- dijo el guardia de la puerta.

Iba a morir estando tan cerca de mi libertad. No resistirá mucho tiempo más. De pronto algo brilló en el traje de Susan. Era una granada de mano. Le disparé y nada.

- estás loco nos matarás a los dos- dijo atemorizado el guardia.

-prefiero intentarlo- dije y disparé de nuevo. Esta vez la granada estalló.

Me cubrí detrás de unas cajas de suministros y me puse en posición fetal. La caja había sobrevivido a duras penas a la explosión y el lugar se encontraba lleno de sangre. De milagro ninguna de las esquirlas me había dado. Los trajes anti radiación se encontraban hechos añicos, pero se veía el cuerpo de un guardia en la cámara de aislación entre las dos puertas.

Salí corriendo y antes tomé mi colt 45 de mi maltrecho bolsillo del traje antiradiación, cuando lo estaba sacando una nota calló al suelo. La tomé y me dispuse a salir.

El frío en la cámara era mortal. Debía estar haciendo unos veinte grados o menos bajo cero. Cerré la puerta que daba al exterior y las incesantes luces, y el cartel de descompresión se apagó. Corrí hacia el guardia, le quite el traje y este tenía una campera de piel. Decidí tomar todo prestado y me puse a buscar un vehículo.

Estaba en lo que parecía un aeropuerto. Y me encontraba en la pista de aterrizaje. Estaba rodeado de aviones y un helicóptero, pero ni un auto. Comencé a caminar, dirigiéndome a una de las terminales. En la puerta de lo que en un pasado había sido la estación B, se encontraba una patrulla. La estación se encontraba debajo de un puente, por lo tanto el auto se encontraba en buen estado, la ceniza radiactiva no había corroído nada. Me disponía a entrar y escuché desde arriba del puente.

- allí esta-

- dispara, los del refugio no pueden salir porque ha habido una abertura en la entrada- le contestaba otra voz.

Puse el motor en marcha y la sirena comenzó a sonar a todo volumen, arranqué y el primer disparo dio en el espejo del conductor.

- apunta a las ruedas- gritó alguien

Otro disparo dio en el baúl del auto. Por el espejo retrovisor veía como alguien levantaba lo que parecía un lanzamisiles.

- déjame a mí- decía alguien furioso.

Se escuchó un zumbido y el proyectil salió disparado a toda velocidad, aceleré y me metí en una autopista que se dirigía hacia la ciudad. El proyectil estalló detrás de mí dando contra el suelo a pocos metros. Había logrado huir por poco, y por lo que parecía el tiempo expuesto a la radiación no me había afectado, después de todo, la puerta había estado abierta solo unos centímetros. Miré la nota de mi bolsillo y en la parte de arriba decía Susan.



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