Capitulo 5

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14/01/2020. 4:30

Adam:

Tiró las llaves en la encimera y cerró bruscamente la puerta principal. "Hogar dulce hogar" Se dijo a si mismo a pesar de que aquello distaba mucho de ser su hogar: Era un piso pequeño con el salón y la cocina juntos. Ni siquiera tenia habitación propia ya que dormía en el sofacama. Hacia todo lo que podía para mantenerlo tan limpio y ordenado como podía, pero apenas pasaba tiempo allí que no fuera durmiendo o comiendo. Por las mañanas iba a la universidad y por las tardes o iba a la biblioteca huyendo de los llantos del bebe de al lado o de la guitarra eléctrica de la chica del tercero o se iba a trabajar en la pizzería.
A veces echaba en falta la presencia humana en su pequeña cueva. Le habría gustado ser recibido con un caluroso "hola. ¿Que tal el día?" O que alguien le preparase un simple revuelto para cenar. Sin embargo estaba solo.
Se dejó caer pesadamente sobre el sofá y se cubrió la cara con las manos. Aun ni era capaz de creer lo que había oído en clase. La chica de cabellos eléctricos había muerto, el podía haber sido la última persona en verla. Se había pasado el resto del día preguntándole a todo el mundo si conocían a Kaila y la respuesta era la misma: Nadie la había visto jamas.
Pero ¿Que sentido tenia pagar la universidad para no asistir?
Gruñó y se tapó la cara con las manos. Estaba cansado, no, destrozado y lo ultimo que necesitaba ahora es sufrir de unos remordimientos que no le correspondían a él.
Cerró los ojos pesadamente como si alguien le tirase de los párpados y se dejó llevar. Caminó entre el limbo del sueño y la realidad hasta que sintió el ambiente helarse: El aire se volvió pesado y sus labios gélidos como los de un muerto. Sintió la necesidad de levantarse para subir la temperatura pero sus piernas no reaccionaron ante las ordenes del cerebro. Escuchó unos pasos lentos y firmes sobre el parqué, junto al él. Apenas podía tragar saliva. El corazón le aporreaba el pecho en un intento de huida y Adam descubrió, no sin sorpresa, que no tenia miedo.
El sonido de los pasos cesaron, y entonces comenzó a sentir con la misma claridad que si estuviera despierto, una mano que subía de su tobillo hasta eltorso, lentamente, sin prisa. Escuchó un susurro lejano, como si le hablasen bajo el agua, era incapaz de entender una sola palabra pero a su vez tenia la sensacion de comprender... ¿Comprender el que? Tampoco eso lo tenia claro. Intentó abrir los ojos en vano y un suspiro escapó nacido de su garganta. La voz fue aumentando de volumen, casi era capaz de escucharla ...
Dos fuertes golpes en la puerta abrieron sus párpados de par en par haciendo que se incorporase como impulsado por un resorte.
Se acerco arrastrando los pies hasta la puerta con la cabeza dándole vueltas como una lavadora. Cuando abrió, se encontró cara a cara son Samantha, su mejor amiga.
La chica de metro y medio subida sobre unas plataformas y embutida en un traje negro, ajustado y roto se apollaba en el marco de la puerta. A Adam nunca le quedaba claro que estilo llevaba su amiga y era incapaz de encajarla en ninguna tribu urbana. Sam llevaba el pelo negro cardado repleto de mechas rojas esparcidas con desorden y el flequillo muy al estilo emo tapándole un ojo. El maquillaje era tan negro y su piel tan pálida que podría clasificarse como gotico, pero sus ropas siempre se encasillaban en el punk.
-¿Me dejas pasar o te vas a quedar ahí mirándome? Das miedo tio.
Adam gruñó algo y se apartó de la puerta, Sam agarró dos enormes maletas que llevaba a su lado. El chico tardo un momento en reaccionar y para cuando se dio cuenta su amiga ya estaba dentro de su casa, tumbada en el sofá y deshaciéndose de sus zapatos de plataforma.
-¿A donde vas con esas maletas?-Adam se sentó en un brazo del sofá, sintiendo como se espabilaba poco a poco.
-Estas lento por lo que veo. ¿No estarás fumado? Eso es muy raro en ti.
-No estoy fumado y no me cambies de tema, Sam. ¿A donde vas con las maletas?
La chica se incorporó en el sofá con un suspiro.
-¿No vas a servirme una taza de café o algo así? Me muero de hambre, deja que coma algo antes de explicártelo.
El desparpajo de la chica nunca dejaba de sorprenderle, parecia como si viviese en otro mundo, uno que él era incapaz de tan si quiera rozar.

Quien mató a KailaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora