CAPITULO 9 "Problemas"

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No me permito continuar pensado en tonterías y me decido a salir de una vez del elevador, las puertas de este no se cierran, están monitoreadas por seguridad para que lo hagan hasta que su amado presidente entre y salga cuando lo desee, a veces ni siquiera necesita presionar un botón porque ellos se encargan de todo, me pregunto si también le servirán de algo cuando va al baño. Veo las carpetas en el escritorio, pero en lo único que me permito pensar es en lo que haré, escaparé de nuevo de ella o simplemente dejaré que todo suceda, que vuelva a mi estúpida realidad anterior en que era infeliz.

-Vamos a tu oficina a jugar- le pide la chica mientras que los collares que lleva colgando se mueven de un lado a otro por sus movimientos de simio colgándose de las lianas. Llevo ambas manos a mi cabeza intentando pensar bien.

- ¡Basta, Aranza! Vete, tengo que trabajar- vaya, se ha negado cuando tiene ante él una chica fácil.

- ¡Qué! ¿Te sientes bien? Tu nunca rechazas esto- disimuladamente miro hacia donde están ellos y ella se señala completa, admito que tiene un enorme amor propio, y es enserio cuando digo ENORME. Esto es como una película de drama, ella intenta acercarse nuevamente, entonces la aleja de él, hace una señal a la cámara que hay dentro del elevador, sale y las puertas comienzan a cerrarse dejándola allí dentro. Mi corazón late de una forma extraña, no puedo evitar sonreír, aunque no sé por qué, esto ha pasado de drama a comedia.

-Adiós Aranza- de pronto se gira y me observa, esa misma mirada fue la que usó anoche en su casa antes de besarnos y la misma antes de que Aranza apareciera, parece que respira profundo, lo veo por la manera en que sus hombros se mueven lentamente, después camina hacia donde estoy, no deja de mirarme y ciertamente tampoco puede dejar de hacerlo, el latir de mi corazón se hace más acelerado y... mi celular suena, veo el celular, lo veo a él, se ha detenido, decido responder y cuando vuelvo a mirarlo él ya se encuentra frente a mí.

- ¿Jasón? – su mandíbula parece tensarse, sus manos se han vuelto puños y la seriedad en su rostro aumenta con cada segundo.

"Vamos a comer juntos, estoy afuera de la empresa".

-De acuerdo, bajare en un momento-.

- ¿Era tu novio? - pregunta mirándome fijamente sin siquiera parpadear.

-No, era mi amigo-.

-Ah, tu amigo- repite con un tono que pareciera ser sarcasmo.

-Dígame ¿Se le ofrece algo? -.

-Termina de anotar todas mis citas, no podrás salir a comer hoy, así que tendrás que llamar a tu "amigo" para avisarle que estas ocupada- ¿Por qué siempre tiene que ser un idiota?

-Oh ¿Es eso? Ya terminé de anotarlas, aquí están, las ordené para que le sea más fácil, así que, si me disculpa, tengo que salir porque me están esperando- me arrebata las hojas de las manos y se va a su oficina de inmediato sin decir más.

Salgo de la empresa y Jasón esta frente a mí con una sonrisa, y al parecer esconde algo trás de él.

- ¿Qué escondes ahí? Vamos, déjame ver- pregunto con curiosidad y él solo sonríe dulcemente.

-Adivina- pone una expresión misteriosa la cual me hace sonreír, es tan divertido y tierno.

-Oh vamos, sabes que odio adivinar-.

-Lo sé, pero me encanta ver esa cara de bebé que haces siempre que te pido que adivines algo-.

-Eres terrible, pero ya dime que tienes ahí, por favor- sonríe nuevamente y me muestra una hermosa rosa roja.

-Es para ti-.

-Oh vaya, es hermosa, gracias, eres tan lindo hermanito- él arquea las cejas y no puedo evitar sonreír.

DominanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora