Siguieron charlando un buen rato hasta que Alfonso decidió que era una buena idea ir a ver al "preso", Dulce se mordió la lengua, se suponía que un abogado tenía permiso libre para ver a cuan asesino, ladrón o cualquier cosa que se le pareciese estuviera en aquel hueco, el rpoblema era que ella no tenía como comprobar que era una abogada, así que tendría que usar su pose de "yo todo lo puedo" y ver si funcionaba, subieron al coche de Dulce y fueron al lugar a donde tenían al tal "cristiano", estab ansiosa por conocer al otro tipo con complejo de Robin Hood, jajaja era inevitable bromear o reírse de la situación, siempre quedaba algo bueno de todos ellos, y que Dios la perdonase por mentir pero había dado su palabra y tenía que ayudar como fuese a su hermano.Alfonso estaba muy preocupado, esta no era la Dulce con la que vivió 17 años de su vida, la mujer que tenía al lado ya era una "mujer", su pequeña y fastidiosa hermanita había florecido como una rosa y se había convertido en una bella dama con un sentido del humor bastante negro y una actitud que jamás pensó pudiera ella tener, la observo por el rabillo del ojo y se sorprendió al ver su amplia sonrisa, por ahí decían que el que se rie solo de sus picardias se acuerda y aquello que estaba haciendo sonreir de esa manera a Dulce tenía que ser bastante divertido, no pudo veitar contagiarse de aquel gesto y sonrió para si mismo, estaba feliz de volverla a ver, y estaba seguro que sus hermanos estarían igual, si ella tan solo fuera a visitarlos... Pero Dulce lo había dejado muy claro que no iba a pisar el rancho otra vez, nunca, así que si la montaña no iba a Maoma... NO sus hermanos jamás irían a la ciudad por ella, la adoraban, como no si era la hermanita menor pero igual ahora cada uno tenía su propia vida, incluso Dulce se veía que tenía su propio mundo, suspiró apesadumbrada imaginando la reacción de Dulce cuando viera quien era en realidad "cristiano", había dos opciones, lo ahorcaba allí mismo o salía huyendo... bueno esperaba que hiciera lo primero, en verdad la necesitaban.
Rato después llegaron al lugar que tanto ansiaba Alfonso, la cárcel era lúgubre y las paredes estaban manchadas por el tiempo, entraron a una especie de "recepcion" aunque Dulce estaba sgeura de que se llamaría de cualquier manera menos recepcion, los recibió un tipo corpulento de barba negra, y un uniforme que Dulce pudo notar había tenido mejores tiempos, el tipo llamó a uno un poco más bajo pero no por es su aspecto era menos tetrico, los dos entrecerraron los ojos en Alfonso y luego se suavizaron con un par de sonrisas lascivas sobre ella, Dulce se sonrojó oncómoda y se acomodó lo más cerca de su hermano como pudo...
Oficial: ¿que trae por aqui a una linda jovencita?
Dulce: (se aclaró la graganta) eh yo... ehm... vengo a ver a un recluso
Oficial 2: (entrcerró los ojos) ¿visita conyugal?
Dulce: AY NOOO, (suspiró y decidió usar la misma tactica con aquellos tipos que buscaban una cita equivocadamente con ella) (sonrió) mi nombre el Dulce Maria Maconell, soy abogada de unos de los reos
Oficial: No la habiamos visto por aqui
Alfonso: es la nueva abogada
Oficial 2: ¿identificacion?
Dulce: (bufó frnete a ellos) ¿perdón?... usted me está pidiendo una identificacion a mi? ¿ es una broma cierto?
Oficial: (levemente incómodo) es usted una de las abogadas del bufet de...
Dulce: por supuesto que soy una de ellas
Oficial 2: disculpe a mi compañero señora
Dulce: señorita
Oficial: si lamento haberla incordiado
Dulce: no sé preocupe, ahora necesito ir a visitar al chico este
Oficial: (sacando un libro) ¿qué número de reo es?
Dulce: ¿alfonso?
Alfonso: ehmm (sacó un papel) 34562
Oficial: ahm si, ya mismo lo llevamos a la oficina de visitas
Alfonso: muchas graciasEl oficial los guió por unos pasillo hasta que llegaron a una oficina iluminada por luces brillantes, habia solo una mesa en el centro y dos sillas a cada lado, Dulce dejó su abrigo sobre la mesa y se sentó en la silla mientras estudiaba muy entretenida sus uñas, Alfonso frunció el ceño, Dulce tenía que ser la abogada más rara que había visto en su vida... Hey no haz visto ninguna... bueno eso era cierto aun así el se imaginaba a una mujer muy seria con las manos sobre la mesa en cambio dulce tarareaba algo en sus labios sin apartar la mirada de sus uñas color violeta... hey eso no era muy elegante y mucho menos era elegante el escote de esa blusa, no s ehabía dado cuenta antes porque ella tenia la chaqueta puesta pero ahora lo que veía era un escote en V que podía calentar a cualquiera, aunque el por ser su hermano lo unico que le provoco fue alargar la mano y ponerle la chaqueta encima... Dulce era rara, muy rara.
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La Farsante
Fiksi Penggemar9 años después Christopher Brown ha vuelto a la vida de Dulce Haper y está vez no cómo el galán seductor... Una abogada, un delincuente y una dulce historia de venganza y amor