Capítulo 7: Última Entrada [Parte 2]

15 3 0
                                    


No había habido ningún rastro de ella. Nadie la había vuelto a ver, y yo cada día me sentía peor. Me habían ingresado tantas veces en el hospital que ya me mantenían recluido allí.

Brazos extraños, la imagen borrosa siempre lejana de su figura alejándose.

Gritos, patadas desesperadas al vacio. Llanto, y todo que parecía irse al infierno.

Me acordaba del orfanato, del hotel, del teatro de marionetas y de aquellos helados.

¿Por qué tenía que haber acabado así? Se fue hace años y solo recuerdo haberla vuelto a ver aquella noche.

Sentí todo caerse y yo perder la poca cordura que me quedaba, ahora no era más que un simple muñeco, inmóvil, viejo y maldecido. No recordaba ya sonreír, solo cuando la veía en sueños, y después se va.

------16 Años------

Me habían atado a la cama. Era la única manera de no escaparme. Las vendas recorrían extensos centímetros de mi cuerpo, mis huesos se recuperaban aun de los intentos de fuga, y mis ojos enrojecidos parecían llorar sangre.

Faltaban unas horas para que amaneciera, y yo aún no dormía. No quería dormir, simplemente, me asustaba no despertar más y que esta misión que me había auto impuesto no llegara a nada más que otro objetivo fallido, uno más...

-Se te ve mal, Sr. Papá

A punto estuve de romperme las muñecas de lo rápido que me levante para ver si quiera una silueta bastante conocida, casi perdida en un sueño de realidad. Los cristales rotos y sus manos vendadas es lo único que pude ver.

-¿D-dónde has estado? ¿Te he estado buscando?

-Seguro que sí. Oye, ¿Qué haces aquí? No creí que se te fuera tanto la olla.

-¿Qué? Déjate de juegos, me tenias muy preocupado.

-Ya lo veo, ya

Era diferente, no la niña que cuidaba, era una pesadilla hecha realidad, el resultado de la soledad.

-Veo que conseguiste sobrevivir, me alegra. No me hubiese gustado que hubieras muerto, después de todo lo que cuidaste de mí. Está amaneciendo, voy a dejarte dormir, Sr. Papá.

-¡¡Espera!! ¿A dónde vas ahora? ¿Por qué no te quedas?

-Nah, la gente de este mundo me da asco. Bueno tú no, y mis amigos supongo que tampoco. Aunque no sé si ellos entrarían en la categoría de gente.

-¿Amigos?

-Ya lo has olvidado. Uno de ellos fue el que intento matarte, y creo que ya conoces a los demás.

-¿Y el oso de peluche?

-No podía controlarlo, así que tuve que matarlo.

Sacó de su bolso unas tijeras sangrantes. ¿No era acaso solo un peluche? Siempre me había parecido ver algo raro en él, pero esto era ya demasiado.

-¿Por qué...?

-Oh tranquilo, tú eres un buen tipo, Sr. Papá.

-No es eso, aunque gracias, supongo.

-Bueno, me voy mis amigos me están esperando.

-¡¡Ágata!!

Y saltó por la ventana.

-Adiós...

------17 años------

Escondí la locura bajo la alfombra de mi piel y me prepare. Ellos se la habían llevado, seguro. Debía verla de nuevo, abrazarla. Iban a sufrir todo lo que le han hecho.

Cuchillos, cinta, y muchos más objetos con mismo objetivo: Producir dolor, sacar respuestas y devolverme a mi hija.

-¿Vas a salir?

Su cara blanca, inexpresiva me produjo tranquilidad, un inexacto sentimiento de tranquilidad.

-Hacia mucho que no te veía. Si, voy a salir. Voy a buscarla.

-No puedo decir que este de tu parte, pero tampoco intervendría en tu contra. Esta puede que sea la última vez que nos veamos. Suerte, encuéntrala.

-¿Acaso vas a darme un sermón otra vez?

Me durmió...

Me desperté en medio de un bosque. Completamente restaurado, con fuerzas, un traje y una nota en los bolsillos llenos de armas, pequeñas pero letales, sutiles pero horribles contra quien las use

Una nota:

"Te doy la vida, la misma que ella tiene. Un camino sin final, una misión eterna. No te rindas"

-Por supuesto, no pienso morir hasta que la haya encontrado. Nadie se meterá en mi camino. Nadie.

------Entrada nº17: 34 años------

"Ha habido varios obstáculos, estoy bastante cerca. Está allí delante. El camino se ha acabado. Si vuelvo o no me da igual. Mi objetivo es traerla de vuelta a casa. Bastante he sufrido ya para conseguir estar donde estoy.

No me espera, y es lógico. Pero sabe que la sigo. ¿Por qué no viene como aquella madrugada en el hospital?

¿Qué estará pasando por su cabeza?

Este el momento definitivo. Voy allá"

Sus ojos lloraron, ¿Qué había pasado? No lo había perdido totalmente pero era tarde para una disculpa.

-Por fin te encuentra de nuevo y ocurre esto. ¿Qué vas a hacer?

-Huir...

-Te seguirá buscando.

-Que siga buscando. Esta vez no me encontrará

ÁgataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora