Magical Power.

8.

Caminé estresada hacia Liam y lo abracé

-Calma, estaré bien.-Respondió alejándose. Suspiré.-¿Estás lista?

Asentí y él empezó a correr hacia mí, bastó que estuviera a cinco pasos de mi, y empezó a retorcerse, al verlo en el suelo, sufriendo, sentía satisfacción, no quería parar, reaccioné y me acerqué a él, dejó de quejarse

—¿Estás bien, Cat?

—No, necesito ir a relajarme.—Di una sonrisa, un tanto falsa y caminé hacia la cabaña y entré a mi cuarto y me acosté en la cama

—Hola, Cat

—Hola Bárbara, tengo muchas dudas.—Me senté en la cama y la miré

—Pues, aquí estoy

—¿A que te refieres con la "Elegida"?

—Cuando tenía cuatro años, ahora tengo doce, pues, mi mamá fue a la cueva, porque su primo-

—Hadrian- No la dejé terminar

—Exacto, Hadrian, tenía una mordida de híbrido, y ellos querían que los hechiceros lo curaran, pero todos se negaron, la mordida, llevaba un buen tiempo en el brazo de Hadrian, y el híbrido se hizo realidad, y mató a cinco de siete hechiceros, y los dos restantes, les lanzaron una maldición, "cada persona que llevara el apellido Holmes, tendrá poderes geniales, pero llegará un momento en que su propio poder, hará que el Holmes se consuma". En cambio a mí, me encerró en éste mundo, y dijo que sólo la elegida podrá verme.

Miré hacia ella, me callé cuando vi que ella no estaba

Liam tocó la puerta.—¿Cat? 

—Entra, está abierto.—Respondí sin ganas.

Entró y se sentCallate cama, y me abrazó 

—¿Estás bien, princesa?—Preguntó y dio un beso en mi mejilla, lentamente

—Sí, sólo que, estoy agotada, esto de usar mi poder, es agotador, tal vez sólo necesite dormir.—Respondí con una sonrisa de lado
—¿Qué tal si duermes? Estaría bien, y para mañana estarías como nueva

—Claro, eso haré.—Me acomodé en la cama, y cerré mis ojos

—Estaré abajo con Taylor, llámame si me necesitas.

Asentí y sentí como su peso se iba, y cerró la puerta

Empecé a sentir como el peso del cansancio caía sobre mí, y mis ojos, y éstos empezaron a cerrarse, hasta dormirme

Liam.

Bajé las escaleras y miré a Taylor

—Se quedó dormida, pude sentirlo.—Dije

—Hay que prepararla a la perfección, la guerra está por venir, y todo sí los híbridos se enteran que andas con una Holmes

—Lo sé, no soy estúpido, sólo que, no quiero que ella sufra.—Respondí

—¿Sí sabes que tu no eres su alma gemela, cierto?—Ella se sentó en el sofá

—Lo sé, Taylor, pero no quiero separarme de ella

—Tienes qué, Liam.—Respondió reprochándome

—No puedo!

—¡Liam! ¡La unión no ocurrió! ¡Debes de aceptarlo, no eres su alma gemela! Además es una Holmes! ¡Vas a morir si se enteran los híbridos!

—¡Cállate, Taylor! No necesito más sermones, no los necesito

Ella me miró penetrante y se fue a su habitación, y yo hice lo mismo

Entré a mi habitación y me acosté, pensando en Cat

Realmente tengo que alejarme de ella, sí no quiero que ella salga herida.

Cat.

Me levanté, ya que un chico estaba mirándome, sus ojos eran claros y él era muuuy apuesto, y guapo, cualquier chica caería muerta a sus pies.

Cuando se percató de que yo lo miraba, empezó a caminar por las escaleras, y algo adentro de mí, iba a perseguirlo.

Bajamos escaleras, atravesamos la cocina y abrimos la puerta, salimos en dirección al bosque.

En medio de la nada, él se detuvo, y se volteó en mi dirección, me sonrió y alzó su mano derecha, e hice lo mismo, hasta qué, empezamos a acercarlas, y al sentir su tacto frío, grandes chispas de todos colores, rojo, verde, azul, morado, rosado, rodeaban ambos cuerpos, se acercó más a mí, y me besó.

-

El panorama había cambiado, ahora estaba en la escuela, y el mismo chico estaba cerca de mí, sólo que, no se acercaba a mí, él era un desconocido, pero sentía que lo conocía desde toda mi vida.

Después aparecí en una tumba, estaba cerrada y yo luchaba por salir, y alguien me sacó, era él, el chico, y sentí un gran dolor en mi pecho, algo muy fuerte.

Cada vez que veía al chico, él sentía mucho dolor, y cada vez que él me veía, yo sentía fuerte dolor en el pecho.

Caminé hacia él y nuestras manos se entrelazaron, y cada vez que lo veía, él ya no sufría, y viceversa

—Todo fue una ilusión para ti, y jamás te amé, sólo quería romper la maldición

Sentí un gran y fuerte dolor en mi pecho, veía todo negro.

Pasaron grandes horas, y sentí a muchas personas llorando, incluyendo a Liam, mi hermano, pero eran muchas personas, no pude descifrar quiénes eran. Me transportaron a un lugar, y pude sentir gritos, pidiendo que alguien se detenga, y nos detuvimos, porque sabía que no estaba sola, abrió mi tumba

—No pienso perderte, y ahora estaremos juntos por siempre.—Dicho esto, el chico arrancó un brazo de mi cuerpo, y me dio de su sangre, yo sentía mucho dolor, y me desmayé

Abrí los ojos, y miré mi cuerpo, mi brazo estaba allí, y no había pega por ningún lugar.

Mi estómago empezó a sentirse traicionado, por el hambre, y deseo, mucha hambre, y mucho deseo, deseo de sangre.

Caminé por todo lo que parecía una casa, algo elegante y un poco vieja de apariencia, subí escaleras y entré a lo que parecía la habitación del chico.

Él me miró y sonrió

—Bienvenida al mundo, vampiresa.—Sonrió aún más.—Ahora sí estaremos juntos por siempre.

Él agarró mi mano y me llevó cerca de un refrigerador, y lo abrió

Más vale que no lo hubiese hecho.

Habían docenas de bolsas de sangre, y el deseo, el hambre y las ansias se juntaron.

—Veo que tienes hambre...Ahora hazlo, bebe, bebe.—Me impulsó y no me resistí, en menos de cincos sengundos, tenía una bolsa de sangre en mi boca, y no dejaba de disfrutarlo.

-

Caminaba por la calle, pues no quería hablar con él ahora mismo.

Sentía presencias por algunos momentos, pero cuando volteaba, no había nada ni nadie.
Alguien tocó mi hombro, volteé y sentí un gran dolor en mi estómago

—Dile a tu novio licántropo que deje a los míos en paz.—

Miré hacia abajo y me di cuenta que había una estaca en mi estómago, joder, cómo dolía.
Al mirarlo fijamente, me sorprendí en todos los sentidos.

—Hadrian...—

.

Me desperté exaltada, lo primero que hice fue revisar mi estómago, pero éste estaba limpio. Miré al frente y no había nadie.

Me levanté, abrí la puerta y bajé las escaleras, fui a la cocina y serví un poco de agua en un vaso de vidrio.

—¿Qué haces despierta a esta hora?—