Mi perdición

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//Aomine D.//

—Hey...despierta, Aomine despierta. ¡Que te despiertes te digo! ¡Ya está el desayuno!

Abro los ojos y la boca de golpe al sentir como me tapan la nariz casi asfixiándome. Y claro que se trata de Kagami que me levanta una ceja, seguido de una dulce sonrisa. Carajo, ¿Puede haber algo mejor que despertar y lo primero que vea sea él? No lo creo.

—Maldición Ahomine, casi te pasa un camión encima y ni así te despiertas.

—¿Por camión te refieres a ti y tu enorme, inmenso y masivo trasero Bakagami?

—Eres un idiota, ¡Y mi trasero no está enorme!

—¿Seguro? Yo te lo veo bastante grande.Se lo digo mientras le doy una nalgada, apenas si alcanzando a esquivar el puñetazo que me suelta directo al rostro. Me rio mientras me pongo de pie, estirándome y encarándolo. —¿Tetsu?

—Se fue temprano a cambiarse porque tenía clases.

—Ya, Kagami sé que soy cautivante, pero a menos que tú seas el desayuno será bueno que te hagas a un lado. Me mira fijo y sin aviso alguno me abraza con demasiada fuerza, tanta que me hace gruñir, sin embargo no dudo en abrazarlo también hasta que me empuja separándonos.

—Bien...vamos a desayunar que se enfría.

Tal cual lo dice avanza hacia el comedor. — ¿Tú cocinaste? ¿Con qué? No tengo nada.

—Encontré un par de huevos, harina y algunas cosas más y me las arregle.

Me quedo con la maldita boca abierta al ver que realmente se las arregló de lujo. Huevos, tocino, panqueques y jugo. —Woah, ¿Eso estaba en mi cocina? Lo menciono mientras me siento y no dudo en meterme una cucharada a la boca que me sabe a gloria. —Oh dios, ¿Tú preparaste esto?

—¿Sí?

—¡No sabía que cocinaras tan bien!

—Tonto, siempre te llevo de comer cosas que yo preparo.

—¿En serio? Creí que lo comprabas o algo así, con razón sabía tan maldita sea rico. ¿Quién lo diría huh? Eres todo un geniecillo Bakagami. —Mi novio me rueda los ojos, pero aun así sonríe feliz por el cumplido mientras yo me atasco la boca. —Carajo, hace años que no comía algo decente.

—¿A qué te refieres?

—Bueno pues... no soy un as de la cocina, así que siempre como comida congelada o fuera.

—Aomine, eso hace mucho daño a la larga. La comida procesada sabe bien, pero tan seguido es malo para la salud.

—Oye, ¿Qué esperas? Trabajo mucho y aunque se sostener un arma de fuego, los cuchillos no son lo mío. Eso y que seguramente todo explotaría si intento siquiera encender el horno. —Kagami frunce el ceño mientras yo le sonrío y continúo comiendo. —Aunque sé hacer pasta y pasta también. ¿Ya te dije que la pasta me sale excelente? Eso sí, la salsa siempre es de frasco, pero el queso yo lo rallo.

—Oh sí, como un ser humano puede vivir de pasta señor listo.

—¿Me estás retando?

—Te mato si lo intentas. Sino es que te mueres antes de lo mal que comes.

—¿Qué te digo? La cocina no es lo mío chef súper estrella. Kagami me aniquila con la mirada, sin embargo suelta su tenedor y me mira algo tímido.

Tigre de Bengala (AoKaga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora