A tus espaldas.

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Era la hora del receso. Star y Janna caminaban por los pasillos de la escuela, platicando sobre cualquier cosa.

—¿Pero nadie de nadie?

—Nadie aparte de John Kits. Oh, Kits, eres tan hermoso. —Miró a la nada por unos instantes y luego dirigió su mirada a Star. —¿Qué hay de ti, Star? ¿Alguien especial?

Star inmediatamente se sonrojó, pero intentó ocultarlo de igual forma (sin éxito).

—P-pues...Podría ser que sí. Es que, no lo sé, Janna. Hay veces en las que siento que él pertenece a alguien más y otras siento que debería ser mío. —Star estaba pensando en voz alta, sin prestar mucha atención a su alrededor. —Es un sentimiento tan confuso, porque Marco me hace sentir muy bien a veces, me abraza, siempre esta ahí para mí aunque yo siempre arruine sus planes; siempre cuida de mí y hasta se mete en problemas solo para no dejarme la culpa entera. En verdad me gusta Marco, Janna. Pero es inútil. —Janna miró a otro lado y picó el hombro de Star, que miraba perdida al frente — ¿Qué pasa, Janna?

—Uh...No, no. Nada. —Contestó algo insegura, mirando por donde mismo. Star sólo la ignoró y siguió con su discurso.

—Como decía, es algo inútul, sabiendo que Marco jamás se fijaría en mí de esa forma porque sólo tiene ojos para Jackie. Hasta es probable que aún piense que me gusta Oskar —rió—. Qué tonto.

—Uhm...— Dijeron a espaldas de Star. La chica palideció rápidamente y volteó temerosa.

Ahí estaba parado Marco Díaz, que probablemente había escuchado toda la conversación intentando asustar a Star.

Janna estaba mirando la situación con la boca sellada y los ojos bien abiertos. El silencio estaba muy presente e incómodo. Marco había pasado de moreno-sensual a tomate-manzana. Janna inmediatamente supo lo que tenía que hacer.

—Yo...Ferguson me está esperando. —Y salió de la vista de ambos.

Se quedaron en silencio otros momentos, evadiendo el contacto visual y gritando mentalmente.

—Sta-
—Marco, puedo explicarlo. —Interrumpió.
—Ah, te escucho.

Star abrió la boca para hablar pero no salió sonido alguno de esta.

—Y-yo...No puedo explicarlo. —Marco se ruborizó hasta las orejas.

—Entonces...¿Tú...?

—Marco, me gustas. De verdad perdón por que te hayas tenido que enterar de esta manera. —Suspiró en derrota. —En realidad no tenía planeado que te enteraras si quiera, porque sobretodo yo sé que no sientes nada por mí y que a ti te gusta-

—Star.

—¿Marco?

Marco se quitó su sudadera con suma paciencia. Después la miró con detenimiento y en un abrir y cerrar de ojos se la puso encima a Star.

—¿Qué haces?

El chico le colocó la capucha y tiró de ella con velocidad, haciendo desparecer cualquier espacio que había entre ellos.

Por un momento Star creyó que estaba soñando otra vez, pero cuando sintió la calidez de los labios de Marco se convenció de la realidad y lo rodeó con sus brazos, acercándolo más.

Pudo sentirlo sonreír cuando lo abrazó. Marco soltó la capucha y pasó sus manos a las mejillas de Star.

—¡SÍ! ¡AL FIN! ¡STARCO ES REAL, MOTHERFUCKERS! —Gritó Janna saliendo a espaldas de ellos.

Ambos se separaron con un gran sonrojo en la cara y miraron a otro lado, intentando esconder sus rostros rojos.

—¡Andando, que tengo hambre! —Y Janna empezó a caminar.

Star y Marco cruzaron miradas y sonrieron con timidez. Comenzaron a caminar uno al lado del otro, en silencio.

Star agarró valor y buscó la mano de Marco, que se sonrojó al sentir la mano de la chica. La princesa entrelazó sus dedos y le sonrió para después ponerse en puntas y besar el lunar de Marco.

—Andando, Díaz.

Marco sonrió y caminaron detrás de Janna.

—Oye, Star.

—¿Sí?

—Te queda bien el rojo. —Contestó sin mirarla, aún sabiendo que la había hecho sonrojar.

Al entrar a la cafetería, todos voltearon a verlos con curiosidad, especialmente a sus manos entrelazadas. Brittney y otros estudiantes hicieron una rueda a su alrededor, queriendo saber todo.

—¡No puede ser! Star Butterfly y ese perdedor están saliendo. —Se burló con descaro, queriendo contagiar a todos.

Todos celebraron y los felicitaron por su "logro", ignorando totalmente la existencia de Brittney.

Después regresaron a sus lugares. Marco y Star se sentaron, y el chico besó el corazón de la chica, creando una especie de "Uuuuuh" por parte de los demás, haciéndolos sonrojar.

—Te amo, Star.

—Me encantas, Díaz.

N/s
Lo sé, es un asco y blablablablabla pero bah, me dio la regalada gana escribir y pues escribí esto.
Espero les guste, y si no, habrá mejores luego. Adióooos.

Starco || One-Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora