Supermercado

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-¿Entonces tú tienes que ir por tu propia comida?

-Síp. No hay magia en la Tierra, todo tienes que hacerlo tú mismo.

-Eso suena muy aburrido.

Star y Marco caminaban por los pasillos del supermercado mas cercano a su casa.
Los Díaz salieron de emergencia a visitar a un viejo amigo, por lo que les pidieron a los chicos que hicieran las compras por ellos.

-¿Y cómo sabes dónde están todas las cosas?

-He venido aquí desde siempre, normalmente las cosas están donde mismo.

-Oh, claro. -Pensó un momento -¿Y qué sigue en la lista?

-Hmm... -Le echó un vistazo a la lista que tenía en su bolsillo- Aquí dice que papá necesita unos rastrillos.

-¡Vamos allá! -Star saltó dentro del carrito y Marco solo siguió su camino.

El pasillo de higiene personal, Marco buscaba los rastrillos que su padre solía usar. Star miraba curiosa todas las cosas que no conocía.

-Marco, ¿para qué sirven los pastrios?

-Rastrillos -corrigió - papá se quita la barba de la cara con ellos.

Star permaneció en silencio, necesitaban de esas cosas en Mewni. Siguió contemplando el pasillo, cuando un paquete especial llamó su atención. Había muchos de diferentes colores, pero todos parecían ser lo mismo.

-¿Marco?

-¿Sí, Star?

-¿Para qué son éstas? - Marco volteó para encontrarse con que Star sostenía nada más y nada menos que un paquete de toallas femeninas.

El chico palideció y buscó entre sus pensamientos una manera de cómo explicarle a Star de que se trataba.

-O-oh, pues...V-verás...Cuando...Cuando las chicas c-como tú llegan a...cierta...eda-

-¡Marco! -Star saltó del carrito y tiró lo que sostenía al suelto- ¿Eso de allá es jamón?

Sin esperar respuesta alguna, salió disparada cual bala hacia el pasillo paralelo. Marco solo miró raro unos momentos el paquete en el suelo y luego siguió su camino.

-Star, hay que seguir con las compras. -Star lo ignoró - Star. Staar. ¡Star! - Exclamó, llamando su atención. Solo la tomó del brazo y la obligó a caminar a su lado.

-¿Ahora qué?

-La lista dice...¡Cereal!


-¡Pero tiene malvaviscos de colores!

-¡Pero papá sólo come cereal integral!

-¿¡Y eso qué importa!? ¡Ni si quiera se lo qué significa eso!

-¡No voy a echarlo!

-¡Marcoooo!

-¡No!

-Por favor.

-Que no.

-Anda, ¿sí?

-He dicho que-¡Bien, dame las dos!

-¡Síi! -celebró.



-¿Lo alcanzas?

-Y-ya...casi -El esfuerzo no la dejaba hablar.-Y...¡Lo tengo! -Alzó sus brazos en victoria, perdiendo el equilibrio.

Marco la atrapó en sus brazos con éxito, cargándola al estilo de novia. Por un momento se miraron y todo se detuvo; luego Star sonrió ganadora y le mostró el paquete de papel de baño.

-Lo tengoooo. -Canturreó, bajándose de sus brazos. Marco se quedó ahí quieto, viendo a la nada. -¿Vienes o qué? - Él volvió en sí y siguió su camino como si nada.

Solo que no lo había sido.

Marco tenía ese sentimiento últimamente. Cada vez que estaba con ella una sensación recorría su estómago. Aunque siempre pensaba que quizás estaba enfermo.

-¿Y ahora?

-Ahora pagamos.

-¿¡Qué?! -La miró confuso ante su reacción -¿¡Todo lo que tardé en conseguirlo y tendremos que pagar por eso?!

-Exactamente. Ahora ayúdame a poner las cosas en la banda.

-De ninguna manera.

-Anda, te lo compensaré, pero tendrás que ayudarme a acomodarlo en casa también.-Star dudó un poco, pero al final accedió.


-Eso va en el refrigerador. -Star guardó la leche, finalizando sus tareas.

-¡Al fin! ¡Acabamos!

-Sólo fueron como siete minutos.

-Shh, quiero mi recompensa.

-Muy bien, ¿qué quieres?

-¡Un-

-Algo que pueda conseguirte.

-Ugh...

Star tenía que pensar esta vez con precisión. ¿Algo que Marco pueda conseguirle?

Bingo.

Star sonrió con la idea en su cabeza. ¿Que si estaba loca? Claro que sí.

-Quiero que me beses.-Marco casi se ahoga con el aire.

-¿Q-qu-

-Mi recompensa. Mi recompensa va s ser un beso. -Marco la miró como si los ojos se le fueran a salir. -Anda, algo rápido.

Inseguro, Marco camino unos pasos hacia Star. Empezó a sudar frío y las manos le temblaban. La imagen de Star y él compartiendo un beso volvió loco a todo Marco. Star lo miraba expentante, analizando cada movimiento que hacia el moreno.

Quizás no estaba enfermo realmente.

Con suma delicadeza posó su mano en la mejilla de la chica, al costado de sus corazones. Lentamente se fue acercando hasta que sus narices se rozaban. Star cerró sus ojos, esperando el momento. Cerró sus ojos, y Marco cerró el espacio que los separaba, presionando sus labios con los de la rubia.

Podía escuchar el latir de su corazón contra sus orejas, como una sincronización automática. Ni hablar de su estómago; Marco sentía todo tipo de sensaciones agradables.

Ninguno quería acabar con el momento, pero hey, necesitan respirar.

Separados y de un color carmesí se miraron aún en el mismo lugar de la cocina. Star salió del trance y rompió el silencio.

-Eh, yo...Yo v-voy a mi habitación.

-E-eh claro.

Star caminó en dirección a las escaleras, tocando sus labios con las yemas de sus dedos y con una sonrisa se volteó hacia Marco.

-Hey, ¿Marco?

-¿S-Sí?

-Hay que ir al supermercado más seguido.








Starco || One-Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora