Capítulo 21. Noche de luna llena

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Pensé que mi relación con Vanessa había entrado en el estado de miel sobre hojuelas, pero de nuevo parece que no.

De nuevo.

De nuevo.

No entiendo por qué me hace ilusionarme de esa manera. No sé por qué juega así conmigo, sabiendo lo que siento por ella. Me molesta que sea tan ambigua (pero no lo suficiente como para quererla olvidar). No me importaría que me dijera solo "te quiero como amigo" tampoco me importaría que me dijese "sabes que, no quiero saber más de ti" o "ya me tienes harta" cualquier cosa, pero quisiera saber. Qué me lo dijera. Si supiera sabría qué hacer. Pero no.

No lo sé.

***

Han pasado cinco días, y las cosas siguen igual. Cada vez que volteo a ver a Vanessa evita hacer contacto visual. Ya estoy harto. Quería ver si esto tenía futuro pero es que no. No puede ser. No pone de su parte y yo ya me canse. Ya me canse de ser el estúpido que cae ante sus encantos. Ya no más.

Es la hora de salida. Me despido de mis compañeros. Ya es de noche, exactamente las 7:00 PM. Es tarde. Mi mamá me va a regañar. Tengo que correr. Pero no quiero. Estoy cansado, cansado de este día, cansado de esta semana, cansado de mi situación, cansado de no poder obtener lo que quiero y sobre todo, cansado de Vanessa.

Camino.

Observo la luna. Veo que hoy se ve más grande que de costumbre por alguna razón. Hoy hay luna llena.

Chocó con alguien. Es una mujer.

- ¡Ayy! ¡Fíjate por donde caminas! – Dice sacada de onda

- Perdón, iba viendo la luna y no me fije

- Pues fíjate. Me dolió

"Qué exagerada, apenas la toqué"

- Perdón – Digo sin ganas

La gente se me queda viendo con desaprobación, pero bueno... tengo cosas más importantes por las que preocuparme.

Se voltea y se va. Me siento apenado y molesto. Las mujeres siempre reaccionan así. Cualquier cosa que les cause un daño menor lo agravan al punto es que es gravísimo. Ah, pero se quejan cuando les dicen que son más delicadas que los hombres, se indignan y se vuelven feminazis. Como me molestan ese tipo de mujeres. Pero en fin... como ya dije tengo mejores cosas en que pensar.

Sigo mi camino.

Llego a la parada del autobús. El autobús se está marchando. Ya lo perdí. Ahora tengo que esperar veinte minutos.

Me siento en una de las bancas que están ahí y volteo hacia arriba. Ahí está la causante del embrollo "Pero que grande se ve hoy"

Que complicado se pone encontrar a una persona que comparta los mismos sentimientos que tu hacia ella.

- ¿Tu otra vez? – Dice una voz con desilusión a mi izquierda.

- Ah... hola – Volteo a ver. Es la Chica de hace un momento. La ignoro y vuelvo a ver la luna-

- ¿Es todo lo que dirás? – Dice con un tono de intriga y desaprobación.

- Si, ya te pedí perdón ¿qué más quieres de mí?

- ¿No conforme con tumbarme ahora me acosas?

- Oye, en primer lugar yo esta aquí antes y en...

-Claro, claro, y yo estoy loca

"Eso parece"

-¿Cómo es que estás aquí? ¿No ibas a otro sitio?

- Ya hice lo que tenía que hacer.- Me lo dice en un tono burlón y se puede leer entre líneas el "que te importa, pervertido"

- ¿Sabes qué? no tengo humor de hablar con alguien como tú, así que... ¿por qué no mejor me dejas en paz? – Lo digo muy enserio. Creo que es la única vez en toda mi vida que he dicho algo con tanta convicción y firmeza. Regreso a ver a suelo.

- Wow, sí que te ves mal ¿Por eso mirabas la luna? – Dice en un tono muy amable, como si me entendiera. – Buscabas repuestas ¿no?

- No diría que respuestas, más bien, preguntas

- ¿Cómo?

- Si, veras. Me pregunto por qué la vida es así, por que no es más sencilla y principalmente por qué las personas somos así.

- Es una chica ¿no?

Rio entre dientes – Soy tan obvio ¿no?

- No, por eso te pregunte

- Claro... En fin

- Se ve que la quieres mucho

- No tienes idea

Llega mi autobús. Más temprano de lo habitual.

- Me tengo que ir – Digo con desilusión al ver que nuestra amiga no es tan mala después de todo.

- Yo también

- ¿¡Tomas este autobús!?

-¿¡Tu tomas este autobús!?

- Pues si

- Ah pues yo también

Ambos reímos.

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