Mi amor... Te odio

Cambió el juego

Por la mañana Keun despierta sin nadie a su lado, ni su esposa ni la desconocida, solo una nota de Yoon Hee que dice haber tenido que viajar temprano a casa de sus padres por una emergencia. La nota lo deja más intrigado aún, entonces trama algo.

-Joice... dile a la señora que hoy llegaré muy tarde- dice a la empleada que lo esperaba con el desayuno.

-¡Pero Señor...!- no deja que la muchacha termine de hablar, solo sale deprisa sin escuchar.

YuNa estaba escondida cuando lo vio salir, escuchó lo que dijo sorprendida, ¿Acaso no había visto la nota?

Subió sigilosamente sin que nadie la viera. Cuando revisó el dormitorio no encontró la nota donde la había dejado, revisó entre las sábanas hasta que la halló debajo de la cama.

-Tal vez se cayó cuando se levantó- pensó -¿Ahora qué hago? ¿Debo llamar a la señora?... ¡No!, es mejor que ella misma se comunique con él, después ya se verá...

Salió de ahí para seguir con sus actividades no sin antes arreglar todo el desorden que habían dejado la noche anterior. Tomando la ropa de Keun para lavarla ella misma, pegándosela al rostro para olerla, para sentirla, recordando la maravillosa noche en sus brazos.

Cuando Keun llegó por la noche, se vio con que no había nadie en su habitación, llamó a su esposa y pretendió extrañarla, ella le dijo que llegaría en tres días más.

-¿Quieres que te dé el alcance? Puedo ir ahora mismo si quieres...- fingiendo interés.

-No hace falta amor. Además te vas a aburrir aquí, solo hablamos de cosas del pasado, nada importante.

-Está bien, amor. Pero si decides volver antes, me llamas para recogerte.

La mañana siguiente Keun sale muy temprano, sin ser visto por la servidumbre; YuNa sube para hacer el aseo, pero lo primero que ve cuando entra es una nota encima de la cama:

"Te estaré esperando esta noche... No olvides el antifaz"

Su corazón comienza a latir con fuerza, no sabe qué significa la nota, tampoco sabe si su patrón se ha comunicado con su esposa, ¿Será acaso que ella volvió antes? Marcó su número para salir de dudas de una vez. Cuando lo hizo, grande fue su sorpresa al escuchar que ya se había comunicado con él y que volvería en tres días. Pero que ella debía salir de esa casa inmediatamente, sin dar explicaciones a nadie.

Ahora entendía menos que antes...

Su desconcierto por la nota fue tanta que no tuvo cabeza para pensar en su última orden. Dejar la casa.

-¿Qué significaba entonces aquella nota?... ¿Acaso él sabe que no soy quien se supone? ¿Será que está tendiéndome una trampa?

Confundida ahora más que al principio, YuNa decide después de mucho pensar, seguirle el juego arriesgándolo todo.

Esta vez sale de compras sola, quería pedirle a Um Ji que la acompañara pero se sentía muy avergonzada para hacerlo, pensaba que era como informarle cada vez que se acostaba con su patrón y ya no quería hacerlo.

Esta vez compró lencería más sensual en color rojo.

Cuando llega la noche, Keun ya está ahí, esperándola en la cama, con el dorso desnudo, recostado en la cabecera; apenas la ve llegar, se levanta para darle el encuentro. YuNa se siente temerosa, no sabe qué sucederá, lo mira a los ojos con mucho miedo, las piernas le tiemblan como gelatina estando frente a él, a pocos centímetros de distancia.

Keun sonríe con ternura, acariciando su mejilla, rodea su cabeza con ambas manos acercándola poco a poco sin romper el contacto visual; posa sus labios sobre los de ella y empieza a besarla con delicadeza, con sentimiento, como si temiera hacerle daño, mientras la pobre muchacha se queda sin aliento al sentir por primera vez que aquellos besos son para ella.