Capítulo 26.

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El tiempo lo cura todo, ¿Cierto?

***

Mi pequeña hermana me fue a buscar al hospital, ella se veía un poco mejor, aunque no del todo y bueno yo también era un caos, en realidad no se hasta que punto me dolía que Je Sang estuviera embarazada... Y no tanto por el hecho de que naciera un bebé sino por el hecho que ahora no había nada que hacer...

Las familias coreanas son tan tradicionalistas que no permiten un divorcio y menos cuando hay hijos de por medio, sin restarle que ella lo seguía amando a pesar de todo ella no lo iba a dejar, por más que yo le diera mi vida, a ella lo único que le importaba ahora era su familia.

Llegamos al centro comercial, pues se había empeñado en que yo también debía distraerme, acepte ya que ella a pesar de todo, hacia lo posible por estar en pie, sonreía, y aunque la felicidad no se reflejaba en su mirada, se esforzaba, ambos lo hacíamos, ella me daba la fuerza para seguir; y fue cuando la vi, ella estaba sentada en una de las bancas del lugar, se veía hermosa, ya si rostro mostraba color, no como la última vez que estuve con ella, Je Sang no se había percatado de mi presencia hasta que levantó su mirada, sentí ese dolor que emana de lo más profundo de mi ser donde se suponía lo tenía controlado.

Ella se sorprendió lo pude ver en su mirada y luego cambio su semblante, ella parecía aturdida, Dayana jaló mi camisa y la miré, ella dirigió su mirada hacia donde estaba ella y sólo pude escuchar.

—Es ella...

Gire a ver a mi hermana y ella también parecía aturdida.

—¿Ella?— le pregunté mientras nos quedamos así mirándola.

—Ella es la esposa de Él... Ella es quien me lo robó.

Sentí el frío recorrer mi interior y todo vino a mi mente, todo quedó encajado perfectamente... el esposo de Je Sang era aquel hombre del que mi pequeña hermana estaba perdidamente enamorada...

Dayana se aferró a mi como una pequeña asustada, me jaló hacia la dirección contraria yo no supe que hacer sólo me dejé llevar por ella, Je Sang se quedó inmóvil, su mirada era de confusión y supongo que lo era... Tenía una vez más para hablar con ella y explicarle todo.

***

Me quedé completamente inmóvil, verla a ella con Max, me produjo un shock total, me sentía vulnerable ante ella, ella había logrado lo que yo no pude durante toda mi infancia, ella sólo había aparecido en la vida de Yong Hwa y lo había cautivado, yo a comparación de ella, había tenido que acostumbrarlo a mí... No podía evitar tener esos pensamientos, no podía dejar de pensar en ella ni un sólo minuto, no sabía que era lo próximo que iba a hacer o hasta ahora no había hecho nada, a excepción de estar con Max... ¿Ella lo había buscado? ¿Por qué Max estaba con ella? ¿Qué estaba sucediendo? Mi cabeza era un diluvio de dudas, mi corazón de agitó.

Los vi alejarse, él parecía igual de sorprendido y los vi desaparecer del pasillo, yo tuve que llamar a mi madre y a mi suegra, ellas salieron enseguida, parecían asustadas.

—Estoy bien, sólo que estoy un poco cansada, quiero regresar a casa, ustedes se pueden quedar, que el chofer me lleve a casa.

Mi madre me miró y sabía que algo sucedía, pero yo no quería preocuparla.

—¿Estas segura?— me preguntó nuevamente, asentí, después el chofer me ayudó hasta el auto y me llevó pronto a casa.

Yong Hwa ya estaba en casa esperándome, cuando el auto estacionó en la entrada de la casa, él ya estaba abriendo la puerta para ayudarme, al parecer mi madre le había avisado sobre mí estado.

¿Amor Unilateral?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora