Capítulo 27.

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La verdad siempre se sabrá.

***


—Hola Max— sentía gran nostalgia hablar con él.

—¿Cómo has estado bonita?— su voz era triste.

—Bien, tengo que estarlo, lo sabes...

—Claro... ¿Todo va bien con el bebé?

—Si, tengo que guardar un poco de reposo, pero todo está bien, gracias por preguntar.

—Me da gusto, si necesitas atención no dudes en acudir al hospital, tengo amigos que podrían ayudarte— él siempre eran tan lindo y yo no lo merecía.

—Muchas gracias— Después él dudó un poco.

—Je Sang... Tenemos que hablar...

—Si lo sé...

—Pero no así, tenemos que vernos... ¿Tendrías problemas con... ?—lo interrumpí.

—No habrá problema, ¿Puedes mañana?— pregunté.

—A las tres ¿está bien?

—De acuerdo, en Mui Mui ¿está bien?

—Te veré allí.

Ambos colgamos.

Yong Hwa en todo momento estuvo al pendiente de mi llamada, después se acercó a mí y me dio un beso en la frente, acarició mi vientre mientras se quedó justo a mi lado.

Podía sentir su miedo, él definitivamente no quería que me encontrara con Max.

¿Cuál era realmente su miedo?

***

Por la mañana cuando desperté Yong Hwa me tenía abrazada a él y lo observé mientras dormía, él sonrió y abrió sus ojos, yo sólo me quedé mirándolo, él levantó su mano y con su dedo índice deshizo la arruga de mi frente.

—¿Qué te preocupa?— me preguntó mientras me besaba mi rostro.

—Quiero...— dudé en decirlo, no sabía si realmente quería saberlo. Él me miró expectante —de desayunar...

Él me miró dudoso.

—Dilo— sabia que le mentía.

—¿Por qué no quieres que me encuentre con Max?— él se puso tenso.

—Tengo miedo que veas que él es mejor que yo... Y que lo escojas a él...

¿QUÉ?

Juro que hiperventilé...

No sabía como reaccionar, aquí se suponía que la temerosa era yo... Yo temía que el saliera corriendo a buscarla.

Él me abrazó aún más fuerte.

Yo sólo pude decirle.

—No iré a ningún lado.

Y él me ajustó aun más a él.

Después de casi media hora así, nos levantamos y nos arreglamos para desayunar y salir, ya estaba todo listo para mi encuentro con Max.

***

L

legué a la cafetería Mui Mui y Max ya estaba esperándome, se levantó en cuanto me vio acercarme y me ayudó a sentar.

Estaba nerviosa.

—Te ves linda, la maternidad te sienta bien— él nunca dejaba de ser lindo.

¿Amor Unilateral?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora