Leon pov
-Ring, ring, ring, ring...-Ese ruido resonaba en mi oído desde hacía varios segundos; era molesto; muy molesto. Llevé mi mano hasta la mesilla que se situaba a mi lado, un poco incomodado por el abrazo de alguien que ocupaba el otro lugar de la cama. Cogí el móvil y miré su pantalla: "Mamá". En cuanto leí ese nombre sin pensarlo colgué; no tenía interés alguno en contestar aquella llamada.
Me sentía horrible; ese dolor de cabeza me impedía pensar con claridad; mi vista estaba todavía un poco nublada.-Puto vodka...-murmuré apenas audiblemente apartando el cabello rosa fucsia que cubría molestamente mi cara. Dirigí la mirada hacia mi izquierda, donde había una hermosa figura femenina, con unas tremendas te-...digo, abrazada a mi.
-Pero que puto amo que soy- Suspiré con una sonrisa, me dispuse a levantar ligeramente las sábanas que cubrían a la chica; apreciando bien los detalles.
Volví a suspirar mordiendo mi labio inferior debido a mis pensamientos de aquel momento. La volví a cubrir y me levanté vistiéndome como pude, revisando si tenía todas mis pertenencias. Seguido me acerqué al baño para lavarme la cara; apreciando mi rostro reflejado en el espejo. Tenía un aspecto horrible... Pero seguía viéndome handsome. Mis ojos azules; ahora eran gran parte rojos; por culpa del desfase con los porros de la noche anterior. Y encima de mi tatuaje con forma de cruz en mi mejilla derecha; todavía quedaban marcas de la almohada; ya que había sido obligado a dormir en la misma posición toda la noche. Entré otra vez en la habitación y pude localizar un bloc junto con unos bolígrafos encima. Me acerqué y decidí escribir mi numero por si las moscas, seguido con una pequeña frase de mi estilo: "Háblame cuando quieras de lo bueno XOXO. Pdt: no se tu nombre, pero ¿a quién le importa? Soy awesome, besis."
Le dejé diez euros de "propina" y me largue de aquella casa para así coger el autobús que me llevaría hasta el odioso campus. Ya esperando en la parada, empezó a sonar el móvil de nuevo; mi madre, otra vez. Volví a colgar y pase mis manos por mi cabeza, seguido cogí un botecito lleno de antidepresivos, me llevé un par a la boca. Cerré los ojos. Escuché el sonido del autobús parando enfrente mía, me subí en él y disfruté del largo trayecto con los auriculares puestos observando las calles.
Llegué a mi destino, caminé con las manos en los bolsillos por la entrada, captando la mirada de todos: iba despreocupado,sin darle importancia a la mirada de los novios enojados de las señoritas que estaban atentas a mí. Decidí pararme y mirar a todas las chicas nuevas que andaban perdidas por ahí, haciendo amistades o simplemente informándose de actividades para clubes o extracurriculares.
-Pinta, pinta, Gorgorita, dónde vas tú tan...- Me fijé bien en una de las chicas nuevas- ¡Buenorra!- grité señalándola. Me llamó la atención su pelo, ya que era mitad negro y mitad blanco. Llevaba una camisa de cuadros medio desabrochada, se podía medio apreciar sus... Ojos marrones, emmm... Sí, ojos marrones. Empecé a correr detrás de ella; pero la multitud no me dejo seguir avanzando ya que unas chicas bonitas me distrajeron.
-Que raro que todavía no te hayas ido, tu récord personal de tiempo pisando el insti cabrón.- Escuché trás de mi. Esa voz era familiar, noté una mano sobre mi hombro, giré la cabeza para poder observar a Mark, mi buen mejor amigo.
Alrededor de uno ochenta y tres, un jodido edificio, ojos absurdamente verdes,ahí blanquito con pecas y un pelo irritantemente rojo, con mechas naranjas y amarillas al final de sus mechones, en su nuca, se podía apreciar una trenza pelirroja gracias a su pereza por cortarse todo el pelo, lol.
-Coño, lo mismo digo rotulador con patas. A ver si te quitas ya ese color de pelo; que no te favorece; te hace ver aún más sumisa; anda que rojo y naranja...- Alcé una ceja divertido.
-¿Sumisa? Sabes que en esta relación tu eres el pasivo guapo y lo mismo te digo de ese rosa asqueroso- reímos ambos.
- ¿Yo? ¿Pasivo? Que chispa eh, que ni un mechero, capullo- Sonreí. - Jodido racista de colores...-
-Más quisieras, si fuese racista de colores hubiese elegido a conciencia las chicas que nos esperan en "El Fénix".- Me atrajo hacia él y me miró.- Tu, yo, un local petado de tías, bebida....¿Como lo ves?.-
-Pues mal, obviamente- Solté sarcásticamente.- ¿Pagas tu? Lo digo por abusar o no.-
-Todavía te quedas aquí y todo por imbécil- Reímos.-Pues claro.- Comenzamos a caminar hacia la salida del recinto.
-Nu~ no me gusta ir a clase, eso sería cruel...- Dije sonando inocente- Mark-senpaaaaaaai no me deje aquí- le cogí del brazo.
- Pero mira que eres gilipollas.-Me dió una colleja y ambos reímos, froté mi nuca por el golpe.
Me encantaba estar entre multitud de gente como en aquel sitio. Todo el mundo me miraba; me gustaba llamar la atención, de ahí el llamativo color de pelo, tatuajes, piercings y mi belleza porque soy handsome. Esa atención que recibía en parte me daba seguridad, caminar por los pasillos y que todo el mundo te mire, después que hablen entre ellos... Se siente genial sabiendo que hablan de ti por envidia. Además de que cualquier chica; por más que tenga novio; se moriría por pasar una noche debajo de mi gimiendo de placer. Eso nos pasa a Mark y a mí. Somos prácticamente los más conocidos de allí, todo el mundo habla de nosotros, se comparan con nosotros, querrían estar con nosotros y básicamente: ¡basan su vida en nosotros! Me refiero a que nos critican, también nos piropean, dándonos más importancia que a ellos mismos.
Admito que soy narcisista y egocéntrico, pero por más que no quisiera serlo, las demás personas lo aumentan haciéndome sentir en parte superior.
Pero la realidad era que estaba en la más pura mierda.
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P.A.L (Peace and love)
Teen FictionUna chica llamada Janet, descubrirá la real vida adolescente gracias a su cambio radical (para ella) de rutina por culpa de un incidente el primer día de clases, en su nuevo instituto. En su camino conocerá a mucha más gente de la que se esperaba...