UNA NOCHE CON CASTIEL (CDM)

CAPITULO 5

La luz de la mañana pegaba en mis ojos provocando que de mal humor me despertara. Medio dormida busqué con mi mano a Castiel y de repente sentí algo sobre mis piernas, caliente, peludo; casi como un perro...Espera, ¡¿qué?!

—¡Aaaaahh! — Grité tan fuerte que en pocos segundos escuche como alguien sube corriendo las escaleras y abre la puerta de golpe.

—¡T/N!, ¿estás bien te escuché grita...—Me observa detenidamente en la posición "comprometedora" que estaba. La mitad de arriba de mi cuerpo estaba en el suelo y la otra en la cama con un perro que estaba ladrando en señal de que quería jugar— Ja, ja, ja, ja, ¿enserio te asustaste por eso? Ja, ja, ja, ja.

Mi cara cambio de una expresión de horror a una de enfado y vergüenza con el característico tono rojizo en las mejillas.

Deje que mi cuerpo se cayera completamente para levantarme e ir a por él. Lo tome de su camisa y lo obligue a que se tumbara en la cama acorralando con mi mismo cuerpo sobre él.

Su rostro cambió de asombro a una con diversión y parte de lujuria en la sonrisa que no tardó en aparecer en sus labios.

—Vaya, no pensé que quisieras hacerlo otra vez tan "temprano" pero ya que insistes, no tengo objeción alguna— Sus palabras eran roncas y susurrantes, tanto así que erizo mi piel. Este chico algún día me va a matar.

Analice mejor la situación y al darme cuenta de la mal interpretación me aleje lo más pronto posible levantando mis manos a la altura de mi cabeza con pena— Yo, esto, no es lo que crees, no lo es, yo...

—Me encanta cuando te pones así de roja— Antes de que reaccionara se levantó e intercambio los papeles, ahora él era el que estaba arriba y yo abajo.

No daba crédito a lo que sentí. Todo lo que paso anoche pasó por mi mente a cámara rápida dando así una aceleración por completo en mi corazón, las mariposas en el estómago y esa extraña, pero grandiosa sensación de calor surcando desde la entrepierna hasta el cuello.

Sus suaves y húmedos labios marcaron un camino de besos desde mis labios hasta mi cuello, llegando a mi clavícula jugueteando en esta sin pudor.

—No te importará que deje mis marcas, ¿verdad? — El zumbido en mi cabeza apenas asociaba las palabras, solo asentí con la cabeza y tiempo después un pinchazo en el cuello me hizo estremecer.

Iba dejando chupetones en mi cuello al igual que leves mordidas en este. Sus fuertes manos rozaron el costado de mi cintura, las líneas invisibles que marcaban parecían trazos, como si tratase de pintar sobre mi piel. Subió a mi pecho y con los dedos pulgares acarició el contorno de la punta de mis pechos.

¡Espera! ­— Me ignoro y solo continuó— ¡ah, mmhg —Abrí grande mis ojos tapando mi boca ante el sonido vergonzoso que produzco. Mis ojos se fijaron en los suyos que parecían los de un depredador que encontró a la presa perfecta.

—Este es tu punto débil ¿eh?, será bueno saberlo para las otras ocasiones, por el momento ¿por qué no dejas que esa bonita boquita tuya haga esos dulces gemi...— Se para al decir la última palabra al escuchar el despertador que marcaba la hora para ir a clases— No quiero parar justo ahora, sin embargo, la tabla quiere ser puntual— Suelta con burla apartándose de mi para poder levantarme.

Recojo mi ropa que está en la mesa (ya que él me había prestado su camisa para dormir, aunque no la ocupe mucho anoche para ser honestas)

Giro mi cabeza en su dirección levantando una ceja—¿Qué no me dejaras cambiarme?

Me sostiene por la cintura y me acerca a él y me susurra en el oído:

—"por lo que hicimos anoche, ¿qué no crees que ya no debería darte vergüenza?"

De un empujón lo apartó de mí tímidamente— Solo sal ¿quieres? —Digo a regañadientes fulminándole con la mirada,aunque estaba roja por lo que dijo antes.

"Solo Castiel damas y caballeros...solo él"