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El aire frío calando los huesos luego del agua tan cálida que los arropaba, fue un gran choque. El mar se secó en un segundo, la ropa cambió en dos y el sitio donde estaban, en tres.

Sentia césped, exquisito olor a pino, y un frío que penetraba directamente en sus labios a un punto que incluso dolían un poco, sin embargo su cuerpo estaba abrigado y sentía una mano cálida con la suya ofreciéndole más comodidad.

¿Dónde estaremos ahora, Min?

Abrió los ojos suavemente temeroso del sol, pero con lo único que se topó, fue con muchas y muy brillantes estrellas, además de la luna, que como cosa rara, estaba enorme, brillante, observándolo a él, observándolo todo, una representación de Dios para Yoongi.

Miró a su lado, y vió de nuevo el cielo, sólo que reflejado en los ojos de su chico, que inmediatamente sonrió al notar sus ojos en él, y los conecto para compartirle los minúsculos brillos a sus cuencas café.

El césped también brillaba, la luna le proporcionaba la luz a las gotas de rocío, y les hacía disfrazarse de estrellas. Era como estar suspendidos en el universo, con la música de los grillos y los gratos aromas del páramo.

Esa linda comodidad, esa efervescencia en las mejillas de ambos, sin palabras ni voces. Sólo respiraciones, y mutua compañía. Todo se sentía más fuerte, todo era más palpable. Como si la piel del corazón estuviera expuesta a estas sensaciones maravillosas.

El amor en su forma más pura; tranquilo, silencioso, pacífico. Dos personas permitiendo a sus almas tocarse y fusionarse con solo miradas. Sentirse parte del otro, con un simple contacto de sus manos.

No hubo palabras esta vez

No hubo un reproche, una pregunta o queja.

Sólo una burbuja de amor incapaz de ser descrita.

Si no dirás nada, mirame a los ojos

A veces ellos tienen mucho más que decir

B L I N K

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