035: ¿Y luego qué?

1.4K 259 51
                                    

Me dirigí a la cafetería donde Yoongi hyung trabaja, como todos los días.

Luego de unos minutos, se formó un incómodo silencio, lo que lo hacía incómodo era que Yoongi nunca se quedaba completamente callado, pero en ese momento estaba exactamente así, callado.

Lo miré mientras caminábamos; ahora sólo quedaban restos de tinte en su cabello, lo que antes fue verde menta ahora era casi amarillo. Sus mejillas estaban un poco rojas, supuse que por el frío. Sus cejas fruncidas eran señal de que algo malo le había pasado. Sus labios... Cada que los veía recordaba el sueño que tuve hace unos meses, en donde me besaba; algún día ése sueño se hará realidad, yo haré que pase.

Yoongi hyung me gusta.

Había descubierto que mis gustos no eran iguales a los de los demás niños cando conocí a Jimin; sí, en su momento me gustó y aunque no es algo que me avergüence, lo veo más como mi hermano mayor, por lo que ahora es raro pensar en él de esa forma.

Lo siguiente que vi fue mi rostro estampándose contra un poste. Agradezco infinitamente que la mano de Yoongi impidió que el golpe fuera peor.

— Mira tu camino, mocoso. — dijo, burlón.

— Hyung, ¿le pasa algo? — aproveché para preguntar, tenía curiosidad, quería saber si había algo que pudiera hacer para ayudarlo.

— No es nada, ¿por qué lo preguntas?

— Luce como si algo hubiera pasado.

— No es nada, no te preocupes.

Asentí, no muy convencido de su respuesta y continuamos el camino en silencio.
Al llegar a casa, corrí a mi habitación a cambiar mi uniforme y bajé de nuevo a la sala de estar.

— ¿Pizza y helado? — dijo Yoongi saliendo de la cocina con expresión de fastidio, al parecer no tenía ganas de cocinar.

— ¡Sí! — exclamé y Yoongi hyung llamó para encargar la pizza.

— Vamos a comprar el helado antes de que el repartidor llegue. — dijo colgando la llamada, tomó las llaves​ de la casa y caminó hacia la puerta, pero unos pasos antes de llegar a ésta lo llamé.

— Espere. Tengo que contarle algo. — lo pensé demasiado y llegué a la conclusión de que debía decirle, no soportaba la culpa de haberle mentido aún cuando era sólo una pequeña mentira.

— ¿Qué pasa? — se acercó a mí y esperó a que hablara.

— Hyung, ¿sabe algo? Hace unos días... Di mi primer beso... Me lo dieron, en realidad. Yo le dije que ya lo había hecho, pero no era verdad. — lo miré con pena, mientras jugaba con mis manos.

— Ya, pero ése no fue tu primer beso. — dijo, despreocupado.

— ¿Qué? Yoongi hyung, lo que dije antes fue una mentira. — le repetí en caso de que no hubiera escuchado bien, su respuesta me confundió.

— Hablo muy en serio cuando te digo que ése no fue tu primer beso. — su mirada de pronto se tornó intensa.

— ¿De qué habla? — dije, no entendía qué pasaba.

— Bueno, yo... — acortó la distancia que nos separaba y llevó una de sus manos a mi nuca. — Antes, hice esto...

Y de un momento a otro mis labios estaban ya unidos a los suyos, al principio no supe qué hacer, pero terminé correspondiendo sus suaves y gentiles movimientos. Me sentía ligero, como si se me hubiera quitado un gran peso de encima. Me gustaba la sensación de ser besado por la persona que me gustaba.
Al cabo de algunos segundos nos separamos sólo unos centímetros. Abrí mis ojos y su penetrante mirada hizo que me sonrojara.

— ¿De verdad no lo recuerdas? —

Entonces recordé lo que yo mismo denominé un sueño, la realidad me golpeó y supe que en verdad pasó, que sí lo besé.

— Lo recuerdo. — dije.

Segundos después me armé de valor y junté de nuevo nuestros labios, ahora un poco más desesperado por sentir los suyos, aunque aún con movimientos torpes debido a mi inexperiencia. Con mis manos tomé el cuello de su camisa y lo jalé hacia mí, ya que era ligeramente más alto que yo, causando que inmediatamente posara sus manos en mi espalda baja, presionándome contra él y profundizando el beso.

Sin darme cuenta me encontré acorralado contra la pared, con una creciente erección bajo mis pantalones.
Mis pensamientos se nublaron cuando sentí la lengua de Yoongi rozar mi labio inferior, era algo que jamás había experimentado pero que me hacía sentir encantado. Comenzó a frotar su erección con la mía y solté inevitablemente un gemido, éste se apartó para esparcir besos por la línea de mi barbilla, pasando hacia mi cuello donde comenzó a succionar mi piel mientras con sus manos acariciaba mi espalda por debajo de mi camisa. En este punto ya no podía controlar mis gemidos, por más que tuviera la intención de hacerlo.

Sus suaves labios tocaron mi clavícula y cuando estuvo a punto de ir más abajo, sonó el timbre.

Se alejó de mí para mirarme, sus mejillas sonrojadas, su cabello alborotado gracias a mí, sus labios hinchados y su camisa de lado; supuse que así lucía también yo.

— Llegó la pizza. — dijo sonriendo, para luego alejarse hacia la puerta a recibirla.

"¿Qué acaba de pasar?", "¿Y ahora?", " Demonios, eso se sintió bien.", "¿Cómo llegamos a esto?", "¿De qué manera debería actuar ahora?", "Oh por dios, no me la creo". Sí, mi cabeza era un lío.

Yoongi hyung volvió con la pizza, tomó mi mano sin decir nada e hizo que me sentara en una silla del comedor.

¿De verdad no diría nada? ¿Eso fue todo? Es decir, no esperaba que pasara algo más -aunque no era una mala idea-, pero tampoco que no dijera ni una sola palabra e hiciera como que nada hubiera pasado, más que nada porque no podía hacer lo mismo debido al doloroso bulto que traía conmigo.

— ¿Y luego qué? — me atreví a preguntar, evitando el contacto visual, sintiendo cómo toda la sangre se acumulaba en mis mejillas.

— ¿Qué de qué? — dijo.

¿Era en serio? ¿Por qué hacía esto?

— ¿Qué somos? — no sabía de dónde había sacado la valentía para preguntar eso.

— ¿A qué te refieres? — ¿acaso estaba jugando conmigo?

— Yo... Creo que me gusta. No, en verdad me gusta, hyung. — murmuré lo suficientemente alto para que él escuchara.

— Tú me gustas más. — dijo, lo mire y éste sonreía. Me encontraba gritando internamente y podría decir que en mi mente habían incluso fuegos artificiales. — Así que, ¿qué quieres que seamos?

Bajé la vista de nuevo, no sabía qué responder a eso.

— Tal vez pienses que es demasiado apresurado lo que diré, pero es necesario. Sé mi novio.

Oh dios, ¿qué es el aire? ¿Por qué no estoy respirando?

— Jungkookie, mírame. — pidió y obedecí. — ¿Quieres ser mi novio?

Asentí eufórico antes de murmurar un tímido "Sí".
Lo que sentí en ese momento no podía ser explicado con palabras, eran nuevas emociones para mí que incluso me daban un poco de vergüenza expresar. ¿Cómo debía actuar ahora? ¿Qué pasaba después?

— No lo pienses tanto y come, que se enfría la pizza. — dijo tomando mi mano y sonriéndome dulcemente.

Definitivamente este día queda marcado como el mejor de mi vida.


yoongi's diary ⭐ yoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora