Amanece otro día en Storybrooke. Prometía ser un día como otro cualquiera, otro día aburrido en la vida de Emma Swan.
Emma vivía con sus padres adoptivos en un pequeño apartamento de la pequeña ciudad de Maine. Sus verdaderos padres la habían abandonado a raíz de un incidente que ella no recuerda, pero fue todo lo que sus nuevos padres estuvieron dispuestos a decirle. David y Mary Margaret Nolan eran dos personas maravillosas, Emma había tenido mucha suerte por haberlos encontrado. Aunque más bien fueron ellos quienes la encontraron a ella en aquel orfanato en el que llevaba ya 4 años.
Emma adoraba a sus padres, pero tenía la sensación de que había algo que le escondían. Cuando Emma preguntaba sobre su pasado, ellos siempre evitaban responder a sus preguntas.
Aquel día, el día antes de su decimosexto cumpleaños, se despertó con la sensación de que algo iba a pasar. Algo que podría cambiar su rutinaria vida. Así que, con aquella extraña sensación aún en el cuerpo, bajó a desayunar.
-¡Buenos días, madre! - Saludó efusivamente a su madre.
Mary Margaret se sorprendió ante la energía de su hija a aquellas horas de la mañana. Normalmente había que obligarla a salir de la cama.
-Buenos días, cariño. Tu padre ya se ha ido a trabajar. - David era el sheriff de la ciudad y siempre salía muy temprano de casa para cumplir con sus labores de protección y seguridad. - ¿Cómo es que estás levantada tan temprano?
-¡Mañana es mi cumpleaños! Y tengo la sensación de que hoy va a pasar algo importante...¿No me habréis preparado una fiesta?
Su madre la miró con una expresión divertida. ¿Una fiesta? A Emma nunca le había gustado hacer fiestas por su cumpleaños. Siempre se limitaba a soplar las velas y coger tarta con su mejor y único amigo Graham.
-No, cariño. Pensábamos que odiabas las fiestas, pero si quieres puedes decirle a Graham que venga a pasar la noche aquí. Os compraré palomitas para que os la paséis viendo películas.
-Oh...- En el fondo la rubia se decepcionó un poco, pero no le importaba realmente. Era cierto que odiaba las fiestas, pero por una vez le habría gustado celebrar una, aunque fuese solo con Graham y sus padres. - ¡Está bien! Llamaré a Graham para decirle que venga esta noche.
-¿Puedes ir a recoger el correo antes, cielo?
-Ahora mismo, madre.
Emma siempre se encargaba de recoger el correo. Le gustaba hacerlo aunque ella nunca recibía cartas. A veces, los padres de David le mandaban alguna postal, pero era algo para los tres, no solamente para ella. Pero ese día, algo cambió.
Cuando fue a coger el montón de cartas se fijó que una era un poco más grande que el resto. El color y la textura del sobre llamó su atención y se quedó de piedra cuando vio su nombre, escrito en tinta y con una perfecta caligrafía, grabado en él.
Le dio la vuelta. Estaba cerrado con un sello de cera rojo en el que podía verse un extraño escudo. Con la misma caligrafía con la que estaba escrita su nombre podía leerse "Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería". ¿Magia y hechicería? ¿Se trataba de una broma? Sí, tenía que ser una broma de su amigo.
Abrió el sobre, aún sabiendo que podía tratarse de una broma tenía curiosidad por saber que había en su interior. Una vez más, aquella cuidada y regular letra brillaba sobre el papel.
COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA
Director: Henry Percival Mills.
Querida señora:
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True love is magic.
FanfictionEmma Swan es una chica de quince años. Vive con sus padres adoptivos David y Mary Margaret Nolan en Storybrooke, una pequeña ciudad de Maine. Allí nunca pasa nada especial, su vida es completamente normal. Solo tiene un amigo, Graham, el hijo de los...