Itachi

316 21 0
                                    

Desperté sintiéndome incómodo me encontraba desorientado pues no reconocía donde me encontraba. Al darme cuenta de mi situación y rememorar lo que había pasado la noche anterior lo primero que hice fue mirar hacia la puerta, alguna forma había de ver para salir de aquella habitación.

Se acercó una persona que estaba frente de mi en silencio, me hizo señas que realmente no entendí y me desató, apenas vi mis manos sueltas corrí hasta la puerta aunque claro no me percaté de que mis piernas estaban amarradas y caí de bruces al suelo.

- ¡Ah! –aquella persona gritó y se acercó a socorrerme, le mire confundido, pues me parecía extraño que se acercara tan rápido a ayudarme

- ¿Quién eres? ¿por qué me ayudas? -le cuestioné

Él no me dijo nada y desvío su mirada una vez me ayudó a levantarme del piso.

- ¿Eres mudo? –le pregunté, empecé a observarlo bien y me di cuenta de que tenía un buen cuerpo y una silueta que me resultaba conocida –eres bastante guapo, tienes un cuerpo de escándalo, aun detrás de la ropa es fácil darse cuenta –lo vi removerse nervioso – tu silueta, me suena conocida, pero -dude un poco, creo que estoy enloqueciendo-me parece imposible que seas esa persona, además tu eres mudo y él tiene una voz hermosa y unos ojos azules, como dos océanos... -él seguía en silencio y cada vez me gustaba más su parecido a mi amado Deidara, le seguía estudiando mientras comía la sopa, de pronto se movió y salió estrellando la puerta escuché, como ponía seguro –si la charla te aburría me lo hubieras dicho –le grité, desde la habitación aun con su silueta en mi cabeza.

No entendía que había pasado, por la puerta frente a mi acababa de salir, mi secuestrador o el cómplice de este y había coqueteado descaradamente con el, admito que antes era un conquistador nato, pero desde que conocí a Deidara, todo había cambiado. Él era el centro de mi atención y de mis pensamientos, y apareció este chico el cual no le he visto ni siquiera la cara, y me pongo a coquetearle, a mi defensa puedo decir que se parece mucho a Deidara y por eso quizás me resulto atractivo, digo su silueta pues no alcance a ver nada más aparte de que también tiene el cabello rubio, termine de comerme la sopa otra cosa que me acordaba a él, era el mismo sazón, acaso será la situación que me tiene así, no, no podía ser, en esta situación mi principal pensamiento debería ser mi hermano, por que lo habían secuestrado.

De pronto algo interrumpió el hilo de mis pensamientos. Eran gritos, escuchaba a mi hermano, me preocupé pensando en que le iban ha hacer, hasta que escuché con claridad lo que decía.

- ¡Auxilio! ¡Socorro! Intentan violarme -sentí que me invadía una furia interna al escuchar esto.
De pronto se hizo el silencio

- ¡Que! -era la voz de mi hermano de nuevo - ¡Dejenme ver a mi hermano!!

Que estaría pasando, estaba cada vez más preocupado, tenía que salir de aquí y ayudar a mi hermano.
Me desate los pies y empece a buscar con que abrir la puerta, pase casi media hora entre forcejeos a la puerta y buscando algo que sirviera para abrirla sin resultado alguno, hasta que al asomarme escuché otra cosa que me tranquilizó más.

Historias de Cama Donde viven las historias. Descúbrelo ahora