Yo rápidamente te preste mi agenda para que lo copiaras. Cogí mi bocata de la mochila y esperé a que tu hicieras lo mismo para poder salir y seguir hablando. Una vez sacaste un sándwich de tu mochila envuelto en papel albal, te diste la vuelta y al ver que estaba esperándote sonreíste.
-Gracias por ser tan amable conmigo – dijiste agachando la cabeza.
Por mi parte solo me limité a sonreír, cogerte del brazo e ir corriendo por los pasillos al patio. Una vez fuera te solté y dejé que la suave brisa me diera en la cara.
-Y¿por qué has venido desde Bulgaria hasta España? - pregunté curiosa en nuestro idioma.
-Por el trabajo de mi madre – respondiste mirando a las rojizas paredes.
-¿Y en qué trabaja? - insistí en averiguar un poco más.
-Trabaja en una empresa, por lo que tiene que viajar mucho por negocios y todo eso -
-¡Ala!Que chulo – me impresioné bastante con tu respuesta. -¿Y tu padre?
-Mis padres están divorciados – respondiste con una sonrisa apenada.
-Oh,lo siento... - me sentí culpable al haber preguntado.
-No pasa nada, es mejor así, porque cuando están juntos ni se soportan– exclamaste haciendo gestos de forma exagerada.
Ante ello solté una ligera risa y tú me imitaste. Fue la primera vez que la escuché. Me sentí alegre al saber lo agradable que eras, lo angelical que me pareció tu risa y lo deslumbrante que resultó ser tu sonrisa.
Entre risas y más preguntas pasamos el recreo, y luego de él, la clases.Así hasta el día siguiente, y luego la semana, y luego el mes, donde todo cambió repentinamente.
En un mes ya podía afirmar que te conocía en abundancia, pero todo se desmoronó. Las demás chicas empezaban a tratarme de forma distante y los chicos igual. Ante ello solo pregunté la razón por la cual se alejaban de mí. Ellos solo respondieron que el problema no era yo, era Leticia.
-No es a mal, pero si sigues con ella te quedarás marginada - me amenazó una de las chicas más populares de la clase.
Yo, de forma cobarde, me alejé de ti, te abandoné dejándote en soledad máxima.
Los demás ya me hablaban y no era desagradable la compañía de los estos, pero a pesar de todo solo me sentía culpable al pensar que a consta de mi felicidad estuviera la tuya. Que gracias a ese gesto que hice tu lo estuvieras pasando mal. De verdad que lo sentía y que quería ir contigo, pero para cuando quise darme cuenta ya había pasado un año y tú y yo a no teníamos nada que ver hasta el último día del primer trimestre sexto.
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''Sigamos fingiendo que somos amigas hasta tu partida''
JugendliteraturFui ingenua al pensar que me querías, lo peor fue el sentimiento que desarrollé. -Sigamos fingiendo que somos amigas hasta tu partida - dije con los puños apretados sin hacer contacto visual contigo. -Luego tú seguirás con tu vida, y yo con la mía. ...