Blanco o negro. Y yo soy gris. Partiendo el concepto de la vida virtuosa y el hábito bueno. Me quitaste los vicios y me enseñaste unos nuevos. Buscando el término medio con excesos de pasión y defectos por el cuerpo. Haciendo equilibrio por la barra de suspiros que me tiemblan en los dedos. Dedos que tocan las curvas, las orillas de tu océano. A mí se me estremece el alma, a ti te tiemblan los besos. Corazones que se funden, uno es hielo y otro es fuego. La llama es más fuerte pero ahora todo está negro. Aprieto fuerte los ojos y respiras en mi cuello. ¿De dónde nace el placer en dos cuerpos que están muertos? En este baile se abrazan las vidas del cementerio al son de las golondrinas, el olor fuerte a te quiero. Uno sentado en los bares, el otro acostado en el suelo. Muertos permanecen en la tierra, pero enterrados bajo el cielo. Tú eras más de Rock & Roll, de rasgarte las heridas y lamerlas con veneno, de tragar penas con Jagger y de calarme hasta los huesos. Yo era más de blues y pop, de pincharme con las rosas y sangrar en el tintero de la pluma que escribía la gran parte de mis versos, de dormir en vino tinto ahogada en sentimientos y de mirar a la luna cuando te grito en silencio. Puede sonar raro, pero esta noche estamos en la misma sintonía. Cuando tú fuerzas, yo aflojo. Si tú pones amor, yo quito barreras. Duro y fuerte, suave y lento. Vamos a dos tiempos, nunca olvidaré este ritmo. Tú compones armonías y yo al piano les doy cuerpo. Probamos del hielo y del fuego, de la luz de tu sonrisa y de la oscuridad de mis ojos. Para que nunca me reproches que no lo probaste todo, no te olvides de nada. Por si tu luz no alumbraba lo fundido de mi deseo que ni siquiera existía, hasta que lo inventamos, me enredaste en el camino de sábanas y reflejos que culminan en la luz que más fuerte golpeó el cielo. No distingo, ¿sol o mar? ¿Nos mojamos o me enciendo? Mojada no me puedo quemar. Si me quemo, ¿cómo se moja el fuego? Pero tú me haces las dos, con tu magia moja el fuego, contigo me queman las olas. Contigo, cariño mío, me sabe a tan poco el cielo.