Capitulo 1, pag 4

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que le caía sobre las gafas que tenía apoyadas en la naríz. Se dirigían al JFK para conectar con su vuelo internacional; y yo hacia el aeropuerto de O'Hare.
Nos sentamos en silencio hasta que anunciaron mi vuelo.
Demasiado nerviosa como para llorar, me levanté y cogí mi bandolera. Mis padres también se pusieron de pie, y mi madre me puso una mano en la mejilla.
---Te queremos, Lil. Lo sabes, ¿verdad? ¿Y que esto es lo mejor para ti?
Yo no estaba tan segura de que esto fuera lo mejor. Y lo raro era que no estaba segura de que siquiera ella lo creyera, teniendo en cuenta lo nerviosa que sonó cuando lo dijo.
Echando la vista atrás, creo que los dos tenían dudas acerca de todo este asunto. En realidad no lo reconocieron, por supuesto, pero su lenguaje corporal lo mostraba. Cuando me hablaron por primera vez de su plan, mi padre no dejaba de tocarle la rodilla a mi madre. No de manera romántica ni nada de eso, sino como si necesitara apoyo, como si necesitara recordarse a sí mismo que ella estaba allí y que todo iba a ir bien. Eso me hizo dudar. Quiero decir, estaban camino a Alemania para pasar dos años con una beca de investigación, a cuya solicitud habían dedicado meses, pero a pesar de que habían dicho que era una estupenda <<oportunidad>>, no parecían muy emocionados.
Todo era muy, muy extraño.
Bueno, que mi madre me dijera: <<Va a ser para mejor>> en el aeropuerto no era ninguna novedad. Ella y mi padre habían estado las últimas semanas repitiendo esa frase como si fuera una mantra. No sabía si iba a ser para mejor, pero no quería que lo último que les dijera fuera un comentario de niña malcriada, así que asentí con la cabeza y forcé una sonrisa, y dejé que mi padre me diera un fuerte abrazo.
---Puedes llamarnos en cualquier momento ---dijo él---.
En cualquier momento, de día o de noche. O escribirnos un correo. O un mensaje de texto.

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