Capítulo 5: Los dioses andan diciendo.

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Es común decir que el poder corrompe, todos en algún momento se ven tentados a dejar sus preceptos morales para sucumbir ante la oferta del poder máximo, del dominio de los enemigos y de todo lo que se ha soñado. Todos sucumben alguna vez y cuando se trata de la oferta de un dios, es casi imposible rechazarlo, especialmente cuando los dioses mismos han planeado desde un principio hacerte caer en sus garras.

Ptereo era uno de los dioses antiguos, dioses que se encargaron de formar el mundo y moldearlo a lo que hoy es, nadie sabe de donde salieron, nadie sabe sus propósitos e ideales más que ellos mismos, son seres despiadados, no sienten, no tienen empatía ni conexión alguna con sus creaciones mortales que hasta ahora las habían tenido olvidadas.

Pero como toda jerarquía, había un dios que era entre ellos el más poderoso, irónicamente fue el primer dios en desaparecer de la corte profunda, lugar donde los dioses se reunían a discutir sobre sus proyectos y planes en el mundo mortal.

En el reino de los dioses nadie tenía amigos, ninguna alianza era permanente y ningún dios estaba a salvo de que conspiraran contra él, todo era regido por el caos, el mismo caos del que ellos habían surgido. Por estas razones era común que los dioses planearan elaboradas estrategias para deshacerse de los demás, en un intento de conseguir ser el único dios con vida.

Venenos, asesinatos, emboscadas, todo tipo de artimañas y bajezas eran usadas en esta eterna búsqueda del poder, por lo que los dioses eran pocos para el momento en que ocurrió el incidente del cristal del tiempo. Ptereo, Salzar y Fhor eran los únicos 3 dioses que quedaban en la corte, vivían en constante miedo de ser asesinados por sus otros 2 compañeros y siempre tomaban precauciones incluso cuando se encontraban dormidos.

Pero de nada sirvió dormir con un ojo abierto, ya que había un dios entre ellos que había sido más inteligente que los demás, un dios que planeó su accionar desde mucho antes, así nadie sabría lo que tramaba y sería visto como poca amenaza entre los demás, durante siglos se dedicó a ver entre las sombras como se mataban sus hermanos entre ellos, sin actuar en ningún momento en contra de nadie, hasta que un día salió a la luz su plan perfecto, un plan que había estado en proceso por siglos y que ese día empezaría a entrar en efecto.

Su primer parte del plan se concretó durante una reunión con sus hermanos, a Fhor se le veía cansado, un poco enfermo, pero Ptereo no demostró ninguna señal que lo delatara, a los minutos Fhor cayó tendido sobre la mesa de reuniones mientras salía espuma blanca de sus 2 bocas. Pero, ¿qué había sucedido con Fhor para que muriera de una manera tan abrupta? Simple, Ptereo había creado una pócima venenosa que había otorgado a Fhor como regalo en su cumpleaños hace ya bastantes siglos, el veneno en sí hubiera sido muy obvio y hubiera hecho que Ptereo cayera en la vista de los demás dioses por lo que se las ingenió para crear un veneno de acción ultra lenta, el cual tomó cientos de años para hacer efecto, pero ese día por fin había acabado con el penúltimo de sus hermanos.

-Ha de haber sido aquel maldito de Zalgat – dijo Ptereo mientras trataba de esconder su clara emoción por haber ejecutado perfectamente su plan. Siempre tuvo esa mala costumbre de asesinar a sus hermanos con planes complicados que conllevan mucho esfuerzo, nunca entenderé como tener tal paciencia.

-Tu nunca has tenido paciencia para nada Ptereo, siempre has sido un holgazán, por eso nunca has participado en nuestra bonita tradición, lástima que ahora quedamos solo nosotros dos, espero que no me vayas a matar ahora que ya no queda nadie más – concluyó Salzar antes de irse a dormir a sus aposentos.

Pero Ptereo tenía algo en mente, algo mucho más elaborado que cualquiera de los planes que sus hermanos habían hecho durante los siglos pasados, mucho más descabellado y poco ortodoxo que lo que cualquiera podría imaginar, usaría un mortal como peón para matar al último de sus hermanos, para matar al más fuerte de los dioses, para eso tenía a Androxus.

Paladins: Los campeones del reinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora