Capítulo 26

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A pesar de que ella diga que soy un gran hombre sé que la voy a terminar lastimando, siempre lo hago. Sólo que ésta vez será más difícil por que, con ella, de ella, de verdad me he enamorado, con las otras fue más fácil por que no me enamoré, pero con ella es algo diferente, ella tiene algo que te obliga a amarla.
Hace unas horas terminó la fiesta de Louis  ellos se quedaron en el jardín en donde fue la fiesta, no quisieron que los llevara a casa, Alice, su mamá y su hermana están en su casa, apenas hace unos minutos las deje ahí.

Atravieso media ciudad para poder llegar a mi departamento, desde que pasó el accidente del helicóptero, o tal vez desde antes, no había venido aquí hasta hoy en la tarde, pero no le tome importancia a nada. Ya hay un poco de polvo en algunos muebles, al revisar las llamadas pérdidas me encuentro con más de treinta llamadas perdidas, todas, o la mayoría tienen de registro "Zepeda"  y como fecha de registro tienen 24/07/14, él es mi jefe, el que me obliga a hacer cosas de éste tipo. tomo el teléfono para devolverle la llamada y éste suena antes de que pueda marcar el número.

-¡Ricki!-  grita Zepeda al otro lado del teléfono

-¿Qué diablos quieres, Zepeda?- respondo con un tono fuerte

-¿En donde diablos has estado metido? ¿Qué mierda le hiciste a Dahlhaus?-pregunta  Zepeda en un tono aún más fuerte

--Sabía que iría a llorarte, así que por eso no le pegue tan fuerte

-¿Qué quieres decir? ¡Casi le destrozas el rostro a puñetazos!

-Tú lo has dicho, casi, pero no lo hice

-¡RICKI!-grita Zepeda- Te quiero ver en mi oficina en media hora

-¿Me quieres ver?-pregunto en tono burlón

-¡SI!- continua gritando

-Ok, entonces te veo mañana, yo veo a que hora puedo ir, por ahora deja de molestar y dedícate a cuidar a la princesita de Dahlhaus, no se te vaya a morir- lanzo una risa algo sarcástica y termino la llamada. Dejo el teléfono en su lugar y comienzo a vaciar las bolsas de mi pantalón, arrojando todo al sofá, comienzo a caminar hacia mi habitación, ha sido un día largo asi que quiero tomar una ducha, mi saco y mi chaleco los dejo sobre la cama y la camisa la lanzo al cesto de la ropa sucia, entro al baño y abro la llave de el agua caliente para que la tina se comience a llenar, cuando entro nuevamente a la habitación en busca de una toalla limpia el timbre suena, vuelvo al baño para cerrar la llave.

El timbre suena una sola vez, al abrirla puerta solo hay una pequeña caja roja  amarrada con un listón dorado, salgo un poco del departamento para ver si aún hay alguien en el pasillo, al no ver a alguien tomo la caja y entro nuevamente al departamento. Pongo la pequeña caja sobre la mesa de centro y me voy al baño. Tomo una toalla del cajón y entro al baño.

Pasan aproximadamente veinte minutos y salgo de la ducha, tomo la toalla y la enrollo en la cintura. salgo del baño y con otra toalla seco mi cabello, recuerdo la caja que había dejado en la mesa, saldo de la habitación y tomo la caja, desato el nudo y abro ésta, dentro de ella hay un pedazo de hoja doblado, al desdoblarlo en ella se puede leer:

 "Es bueno que encontraras a alguien que no se de cuenta de tus demonios tan pronto, pero recuerda que al final siempre se dan cuenta.

                                                                                        Pdt: Cuidate y recuerda cuidarla, nunca sabes lo                                                                                                   que  puede pasar"

Tomo la nota entre mis manos y poco a poco la voy arrugando, tomo el teléfono y llamo a Alice, el teléfono suena dos, tres, la cuarta vez suena su buzón de voz, vuelvo a llamar dos veces más, tres, cuatro, cinco, ésta llamada por fin es contestada

-¡Alice!


-Sería lindo que te contestara ella ¿No? te llamo hasta ahorita por que sé que ya terminaste de leer la nota que te han enviado- una voz masculina responde el teléfono de Alice

-¿¡Quien eres y por que contestas el teléfono de Alice!?

- No importa quien soy, importa lo que debes hacer para volver a ver tu noviecita, que por cierto, es muy linda.

-¡RICKI!-grita desesperadamente Alice

-¡Callate maldita sea, gritas mucho!

-¡NO LA TOQUES!-respondo desesperadamente

-Tú también cállate Hall, si quieres que tu novia gritona regrese viva a tu lado sólo debes ir a ver a  Zepeda ahorita mismo. Bueno, tiene hasta las seis.

-¿De la mañana?-respondo mientras paso mi mano por mi cara.

-No imbécil, de la tarde, obvio que de la mañana. Debes ir a su oficina tal y como te lo indico. Y antes de medio día tu querida novia estará de vuelta.-el tipo no me permite decir algo y cuelga. lanzo el teléfono al sillón y rápidamente entro a mi habitación.

Tomo uno de los trajes que están en mi closet, me apresuro a vestirme, tomo todas las cosas que siempre llevo, cartera, teléfono y llaves, en menos de cinco minutos salgo del departamento, enciendo el motor y me encamino hacia la oficina de Zepeda.

En éste momento solo me importa que ése tipo no dañe a Alice, me toman sólo quince minutos llegar a la oficina de Zepeda, al llegar al edificio en donde está la oficina estaciono el auto frente a éste y entro rápidamente a él.

-Ya te está esperando el señor-dice uno de los chicos que se encuentran en la entrada


-Lo sé- me apresuro a subir las escaleras, al llegar a la oficina de Zepeda abro rápidamente la puerta.


-¿Qué no te he dicho que toques antes de entrar?-él está en una silla que está forrado de cuero, sobre su rezago está una de las chicas a las que les paga para que estén con él y le hagan otras cosas aparte de compañía. 

-¿Para qué me querías?

-Toma asiento-dice señalando a una silla que está frente a él, la chica se acerca a mi e intenta quitar mi saco

-No querida, yo me lo puedo quitar solo-digo en respuesta a su acción y le lanzo un guiño, ella se aleja y regresa a un lado de Zepeda, el cual la abraza por la cintura y la pega a él. Me quito el saco y lo cuelgo en uno de los percheros de pie que tiene.- Ahora  dime, ¿Para que me quieres ver?


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