Capítulo 27

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-Has tardado mucho- dice Zepeda

-No te metas- respondo algo molesto

-Soy tu jefe, pero sabes que detrás de mí hay alguien más poderoso, y es el que te mantiene.

-Mira, Zepeda, las cosas se están dificultando

-¿Qué se podría dificultar para el gran Ricki Hall?- pregunta poniéndose de pie

-Creo que- miro al piso y aprieto los puños

-No Ricki- grita molesto Zepeda y golpea un portalápices que estaba en su escritorio- No me salgas con que te enamoraste de la niña tonta del Diablo.

-Lo siento, Zepeda, pero Alice es realmente linda, y respecto al asunto del Diablo, creo que las cosas cambiarán, y lo haré más profesionalmente, destruire sus negocios, a su familia no la tocare

-No me puedes hacer esto. Ya habíamos dicho que te encargarías de la mocosa alcoholica. Aún que- dice mientras comienza a caminar poco a poco- si, es mejor destruir sus negocios, al final, él ya está muerto y no sufriría al ver a su hija muerta.

-Ese es otro punto Zepeda, si él ya está muerto ¿para qué seguir destruyendolo?

-Por que al morirse él hay alguien que sigue produciendo y quitandonos territorio, entonces debemos matar a aquel que nos está quitando terreno.- dice mientras enciende un cigarro que saco de uno de los cajones de su escritorio

-Buen punto- necesito irme y buscar a Alice, pero igual necesito aclarar cosas con Zepeda- entonces ¿Alice y su familia aún vivirán?- pregunto a Zepeda quien está frente a la ventana con su cigarro en la mano

-Si, eso creo, ahora lárgate.

-¿Y que pasará con Alice?

-Ah si, más tarde llamó para que la suelten- eso hace que me moleste un poco, ya que el trato era que la soltarian en cuanto yo hablará con Zepeda

-Ni madres- respondo molesto- vas a tomar ahorita mismo ése teléfono y llamarás a aquel tipo y le diras que la deje en el puente de la calle 35-36 en diez minutos yo estoy ahí- digo mientras le lanzó el teléfono.

-En verdad que esa niña te trae vuelto loco- dice tomando el teléfono y marcando el número- Bueno,- dice ya hablando por teléfono- Ya, ya está aquí, incluso ya está por irse, pero me dijo que dejes a la mocosa en diez minutos en el puente de la calle 35-36, en pasará por ella.- sin decir más cuelga - Ya puedes irte, ya dejaran a aquella en el puente.

-Gracias- respondió agresivamente y doy media vuelta, abro la puerta y antes de salir de la oficia miro sobre mi hombro sólo para decirle- por cierto, aquella mocosa alcoholica, como tú la llamas, ya es mi novia, y la protegeré hasta de tí- terminó de salir.

-Eres un hijo de puta- grita Zepeda muy molesto y lanza algo duro a la puerta, continuo bajando las escaleras ignorando la rabia de Zepeda.

Salgo del edificio y rápidamente enciendo el auto. Me toman 5 minutos llegar al puente así que bajo del auto para esperar la llegada de Alice. Pasan otros cinco minutos y a lo lejos se comienzan a ver las luces de un auto, inmediatamente me reincorporo, el auto termina de acercarse y apaga el motor, un tipo que nunca había visto baja de éste y se acerca a la puerta trasera del lado del copiloto para abrirla, en cuestión de segundos bajan a Alice, quien está encapuchada y atada de las manos y los pies, la dejan sentada en un árbol, corro hacia ella y el auto se va.

-Alice, mi amor- comienzo a desatar sus pies, ella no para de moverse, cuando libero sus pies de aquel amarre noto las marcas que éste le dejó, continuo con las manos, pero ése amarre fue aún más fuerte y se puede notar que ella trato de librarse en varias ocasiones ya que su piel está sangrando en verdad, quito la capucha y termina con el cabello un poco desordenado.

-Ricki, mi amor- dice Alice mirándome a los ojos y abrazándome por la cintura

-Mi niña, ¿Estas bien?- pregunto tomando su rostro

-Estoy viva y eso es lo que importa, pero- dice guardando silencio unos segundo

-¿Qué pasa?- pregunto angustiado

-Necesito hablar con mamá, le debieron llamar, debe estar preocupada- dice poniendo de pie

-Alice, amor, sólo me llamaron a mi, pero aún así deberíamos llamarle, el hecho de que te sacaran de tu casa la debe tener preocupada.

-Es que no me sacaron de mi casa

-¿Entonces?

-Yo iba a ir con una de mis vecinas, me había invitado a dormir con ella, cuando di la vuelta llegó una camioneta negra y se bajaron dos tipos de ella y me subieron a la fuerza.

-Bien, entonces para que no se preocupe te vendrás a dormir a mi casa y mañana a primera hora iré a dejarte a la tuya- digo tomándola de la mano

-Está bien, ahora ¿podemos irnos?- pregunta con la mirada clavada en el pasto mientras juega con sus pies

-Claro que si amor, ¿quieres que te cargue?.

-Si, porfavor- la tomo entre mis brazos y hunde su rostro en mi cuello- te amo- susurra a mi oído

-Igual te amo, y te prometo que nada ni nadie te volverá a tocar- digo y deposito un beso en su cien. Llegamos al auto y abro la puerta para poderla sentar, se quedó dormida en tan pocos minutos, y no es para más, fueron muchas emociones en un solo día, cuando cierro la puerta del auto se despierta, subo al auto y me mira.

-Ricki

-Dime amor- digo encendiendo el auto y empezando a avanzar

-¿Por qué me agarraron a mi?

-No lo sé amor, pero mejor olvidemos ésto y vayamos a casa

-Solo espero que a mi familia no le pase algo así

-Te prometo que no, nunca más los volverán a tocar, nadie se volverá a meter con ustedes

-¿Cómo lo sabes?- pregunta algo cansada

-Por que yo los protegeré, así me cueste la vida, ustedes estarán bien- digo tomando su mano y besándola

Pasan algunos minutos y llegamos al edificio en donde vivo, subimos las pocas escaleras y entramos al departamento. Busco a tientas el apagador que está en la entrada y se ilumina la habitación.

-Muchas gracias por traerme aquí amor.

-Tranquila amor, aquí ya estarás bien. Ven, vamos a dormir.- digo tomándolo de la mano y dirigiendola a la habitación- Quédate aquí- le digo mientras voy al clóset a buscar algo de ropa cómoda, encuentro una camisa grande y un short - Toma, ponte ésto, estarás más cómoda

-¿De quien es ésto?- me mira con un poco de coraje

-Tranquila amor- digo tomándola de la cintura y pegandome a ella- son de Cinthya, mi hermana, en vacaciones de Navidad ella viene y se queda aquí, por eso tengo algo de ropa de chica

-¿Seguro?

-Seguro mi amor- la suelto para que tanto ella como yo podamos cambiar nuestra ropa y poder ir a la cama

-Estoy lista para dormir

-Igual yo, linda- digo metiéndome bajo las sábanas- ven, hay que dormir, ha sido un largo día

-Y muy largo- responde entrando bajo las sábanas, la tomo nuevamente por la cintura juntando su espalda a mi pecho

-Descansa princesa, te amo- susurro a su oído

-Te amo más- responde y apaga la lámpara que está iluminando la habitación

Mi Ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora