"-¿Sabes? A veces, durante la noche, me encierro en el baño y me pongo a llorar, pensando... -dijo Ichimatsu con la mirada baja, sin dejar de acariciar la mejilla del mayor.
-¿Qué clase de pensamientos? -preguntó Choromatsu angustiado por la confesi...
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Ichiko Matsuno, es la hermana menor de los dos hombres de la mafia más poderosa de Japón; Osomatsu era el mayor de ellos, luego estaba Ichimatsu y al final ella, la única chica de la familia, y sin contar a la servidumbre, la única de aquella mansión.
Pero volviendo al tema de la chica de cabellera negra. Ella era... Misteriosa, nadie sabía lo que realmente pensaba, su actitud era excéntrica a su manera, más que nada exótica, su misterioso contexto y su hermoso físico era algo que a las personas le encantaba.
Ichiko era una chica difícil, aunque no lo aparentara, le gustaba estar siempre acompañada, más precisamente, le gustaba tener a la gente a su disposición.
Pero para su desgracia, la servidumbre de su hogar no estaba todo el tiempo para ella, y las mujeres eran las que más trabajo tenían; la secretaria de sus hermanos; Osoko, era una chica dedicada y con carisma, le podría caer bien a cualquiera. Y Todoko, el ama de llaves, era una chica tan dulce como manipuladora, pero siempre tenía cosas que hacer, por alguna razón la casa nunca quedaba limpia y ella se encargaba de ello, además de que no la tenía fácil con Ichimatsu detrás suyo.
Por eso fue que sus hermanos, algo inconformes por el hecho de que hacía el trabajo de aquellas chicas aun más pesado, decidieron contratar a alguien para que se haga cargo especialmente de ella, un mayordomo.
Osomatsu puso a Ichimatsu a cargo de reclutar a varios hombres especializados en éste tipo de servicios, para darle a escoger uno a Ichiko, así es, los chicos iban a hacer la entrevista pero la chica escogería el que ella quisiera.
Ella, al entrar al lugar donde estaban los chicos que se presentarían para la entrevista, su vista se fue rápida y directamente a un chico de cabello castaño oscuro con flequillo no muy largo, ojos grandes de un brillante verde jade, que utilizaba anteojos, y al parecer se encontraba algo nervioso, pero más que para su mayordomo, le había gustado él en sí.
Su relación como ama y mayordomo, se había hecho mucho más estrecha que solo eso, Ichiko le tenía demasiado cariño y confianza, Choromatsu, a pesar de seguir con su semblante recto de mayordomo, también se llevaba muy bien con la chica.
Choromatsu siempre fue muy amable con la chica desde el primer día, la verdad era que desde ese mismo momento pensó que era realmente hermosa, pero trató de estar con ella solo por su trabajo, pues él tendía a ser pésimo con eso de entablar una conversación con una chica, así que solo obedeció a toda orden de la joven Matsuno y al poco tiempo se le hizo muy fácil su trabajo y estar con ella en sí, ya que era una persona muy interesante, le encantaba estar a su servicio. Por eso es que siempre era amable, cortés y protector con Ichiko, porque dentro de poco ambos ya habían establecido una amistad muy buena pero también muy formal, después de todo él era su mayordomo, no debía pasar de ahí.
Pero Ichiko no lo vio desde ese punto, ella era terca y se fue enamorando de ese dulce y atento chico que ahora tenía por mayordomo, por desgracia para ella siempre lo ocultaba debido a que sus hermanos probablemente no aceptarían una relación entre ambos, ya que el chico era de estándares muy bajos.
