"-¿Sabes? A veces, durante la noche, me encierro en el baño y me pongo a llorar, pensando... -dijo Ichimatsu con la mirada baja, sin dejar de acariciar la mejilla del mayor.
-¿Qué clase de pensamientos? -preguntó Choromatsu angustiado por la confesi...
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Ichimatsu abrió los ojos e intentó mirar alrededor.
Todo estaba oscuro. No podía ver nada.
Y de pronto, no tenía respiración, pero por alguna razón, no sentía la necesidad de respirar.
Puso atención, para darse cuenta que estaba sumergido en agua. Extrañado por eso intentó nadar para salir del agua, pero su frente chocó con lo que parecía ser un vidrio.
Tentó el vidrio frente a él, luego miró hacia arriba para ver que también había vidrio sobre él. Se impulsó hacia atrás y su espalda chocó nuevamente con vidrio, para caer en cuenta que estaba encerrado, pero por alguna razón, no sentía la necesidad de salir de ahí.
Se quedó en silencio, tratando de memorizar el cálido contacto del agua, contemplando la obscuridad, y como ésta de pronto se iba iluminando para volverse de una tonalidad naranja.
De la nada se escuchó un ruido, una voz muy familiar, volteó su cuerpo hacia donde venía esa voz, y ahí lo vió.
Se vió a él sentado en la sala de estar de su casa frente al televisor. A su lado estaba Choromatsu. Ninguno decía nada. Pero no era realmente necesario, el silencio formado entre ellos era demasiado acogedor y pacífico como para romperlo.
Ichimatsu sonrió al recordar la suave sensación que ese día le provocó.
Y entonces sintió un toque en su mano derecha, uno tímido y suave. Se miró a ellos dos frente a él, viendo como Choromatsu había tomado lentamente su mano para sujetarla y quedarse así.
Ichimatsu pensó que sentir algo que no estaba ahí era extraño, pero después lo pensó por un momento, y se dió cuenta que realmente sí estaba ahí.
Después de todo, fue a él a quien le tomó la mano.
Sonríe mientras cierra los ojos, disfrutando del toque de Choromatsu.
Y de la nada, la sensación de que Choromatsu sostiene su mano desaparece, para ser reemplazado por la sensación de una tela en la palma de sus manos.
Abre los ojos y ve de nuevo a Choromatsu y a él juntos, pero ahora su madre también está junto a ellos, y también un tercer hombre. Están en una clínica, y ahí se da cuenta que la iluminación en el agua ha cambiado.
Ahora el agua se ve blanca, tanto como el lugar como en el que estaban.
Y de la nada sintió sus manos temblar, por lo que puso atención.
Choromatsu y su madre estaban sentados en sillas consecutivas, frente a ellos un escritorio, y detrás de éste el doctor hablando seriamente. Ichimatsu estaba parado detrás de Choromatsu sosteniendo los hombros de éste, parecía que también escuchaba con atención al hombre, pero el Ichimatsu dentro del agua no podía escuchar nada.
Sus manos volvieron a temblar, y ahí se dió cuenta, Choromatsu estaba llorando, todos esos temblores los estaba ocasionando el mayor con sus sollozos.
